Los derechos humanos en los albores del siglo XXI

23/02/2005
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Recuerdo, recordemos.
Ésta es nuestra manera de
ayudar a que amanezca
sobre tantas conciencias
mancilladas…
Recuerdo, recordemos.
Hasta que la justicia se
siente entre nosotros.
Rosario Castellanos.
El neoliberalismo genera injusticia La globalización imperial nos regaló novedades: portentosos aparatos que almacenan cantidades impensables de información y realizan operaciones en milésimas de segundo; máquinas que vuelan en silencio total y son capaces de "ver" en la más absoluta oscuridad; medios informativos que cubren el planeta entero y nos dan noticias en el momento en que se están produciendo. Pero también nos trajo "bombas inteligentes" que sólo matan seres orgánicos y no destruyen los bienes materiales; industrias que producen contaminantes que alteraran gravemente el equilibrio climático; y lo peor, un modelo de organización social en el que toda actividad se rige por la Ley de la ganancia: el neoliberalismo. Ciertamente, el desarrollo tecnológico multiplicó las capacidades productivas de la industria, pero su utilización a favor del capital no propició la distribución justa de la riqueza. Por el contrario se agravó la concentración de la riqueza y aumentó el número de personas sin acceso a satisfactorias elementales. Para éstas, los Derechos Humanos (en lo sucesivo DH) son todavía una asignatura pendiente. Para imponer un modelo tan generador de diferencias, el poder tiene que ejercerse con una alta dosis de violencia. La apertura mercantil requiere el rápido derribamiento de barreras legales, ambientales y culturales, lo cual se traduce en violaciones de todo género a los DH. En tales condiciones, la lucha por lograr el respeto y la efectividad de éstos mantiene plena vigencia. Los DH entre el discurso y la realidad El 10 de diciembre del 2004, el gobierno federal dio a conocer su Programa Nacional de Derechos Humanos, que presume de grandes logros en la materia, pero en el que también hay compromisos importantes. Se supondría que existe la voluntad política de aplicar medidas para que nuestro país se acerque a los parámetros internacionales en la materia; e implicaría convertir en leyes nacionales los acuerdos y convenciones elaboradas por la comunidad mundial. Para tener idea de la posibilidad de que lo prometido en el Programa se traduzca en vida real, es necesario tomar en cuenta estos factores: 1. Los tiempos en que se elaboró: en el último tercio del "sexenio del cambio", o sea cuando declina el poder de Vicente Fox y en el escenario está la más descarnada disputa por la sucesión. Es evidente que a estas alturas lo predominante es tratar de asegurar el triunfo en la elección del 2006, eliminando para ello al “candidato incómodo” Andrés Manuel López Obrador. Para lograr el desafuero, el gobierno foxista tiene que contar con los votos del PRI, de modo que es impensable que vaya a pelar con éste por un asunto que considera menor: los DH. 2. El precedente del sinnúmero de ofertas incumplidas por Vicente Fox: el crecimiento del 7% anual; el enjuiciamiento de los culpables de megacorruptelas de la etapa priísta de ejercicio del poder; la designación de funcionarios por méritos y no por amiguismo o complicidad económica; la "limpia" de los cuerpos policíacos; y decenas más. A la luz de esta experiencia, es previsible que al mencionado Programa sea visto como una más de las promesas de político. 3.- No obstante que en el Plan de gobierno 2000-2006 se dijo expresamente que, como parte indispensable de la búsqueda de la efectividad de los DH, se ajustaría las leyes mexicanas a los parámetros más altos, en la práctica nada se ha hecho. Incluso, se retrocedió en la subsecretaría de Relaciones Exteriores encargada del tema, pues se dejó de trabajar con los organismos de la sociedad civil en el seguimiento de casos ante la Comisión Interamericana de DH, así como en la formulación de propuestas de reformas legales e institucionales. Las organizaciones no gubernamentales que fueron convocadas para elaborar el Programa, hicieron público su desacuerdo con el contenido del mismo. La Fiscalía para Asuntos del pasado La única acción concreta del gobierno de Vicente Fox fue designar un Agente del Ministerio Público Federal como encargado de los asuntos "del pasado" relacionados con cuestiones políticas y sociales, la famosa guerra sucia. Aquél comenzó con un ímpetu muy fuerte en lo propagandístico, generando expectativas de justicia en casos históricos como el 2 de octubre, el 10 de junio y las desapariciones forzadas. Con el tiempo y la inefectividad, ha sufrido un severo desgaste y hoy el fiscal Ignacio Carrillo Prieto se atribuye logros que no le corresponden (como el hallazgo de Lucio Antonio Gallangos Vargas), en un desesperado intento por justificar el costoso aparato que pusieron en sus manos. Los resultados son paupérrimos: dos o tres averiguaciones concluidas y con ejercicio de acción penal, de entre centenares de denuncias; un criminal de lesa humanidad, Miguel Nazar Haro, enjuiciado pero en la comodidad de su casa "por razones de edad"; y una legión de culpables burlándose de la Fiscalía. El gobierno de Fox no se atrevió a dar indicaciones a la Procuraduría general de la república, y ésta a la Fiscalía Especial, para que se cuestionara la injerencia de los tribunales militares en estos asuntos. Tampoco le dio instrucciones para que se apoyara en instrumentos jurídicos internacionales al ejercitar la acción penal. La Suprema Corte de Justicia de la Nación conoció de consignaciones por privación ilegal de la libertad y no por desaparición forzada de personas. Fue deshonesta su publicidad en radio y TV. pues mintió al decir que declaró que la desaparición forzada comienza a prescribir cuando se localiza a la víctima. En estos momentos, el que debiera ser el más alto tribunal del país, está enredado en la controversia constitucional promovido por Fox en relación con al Presupuesto de Egresos para el 2005. Los paupérrimos resultados de la Fiscalía no constituyen ninguna sorpresa. Son normales en razón de la ausencia de voluntad política del gobierno foxista de aclarar los hechos de la guerra sucia y procurar castigo a los delitos de lesa humanidad. La denuncia recién presentada por el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas respecto a crímenes de E.Z.P.L. en Chiapas demuestra que este tema no es del pasado y que la sociedad perdió la confianza en la Fiscalía. Sólo la lucha social hará efectivos los DH Yerran quienes confían en que serán la Comisión Nacional de Derechos Humanos, la Fiscalía especial o cualquier otra dependencia oficial las que vendrán a hacer que se cumplan los DH. Es ingenuo creer que el desde el gobierno vendrá la justicia en contra del gobierno. Está históricamente comprobado que es la sociedad la que puede lograr que los DH pasen del mundo de las proclamas al de la vida real. Es en ella en quien confiamos.
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