La guerra que dividió a la izquierda
05/08/2014
- Opinión
Cuando explotó la Primera Guerra Mundial, el efecto de sus bombas cayó también sobre la izquierda. Provocando la más importante ruptura que conformó las dos corrientes que han dominado el escenario político por varias décadas: la socialdemócrata y la comunista.
Lo primero que hace un gobierno cuan decide hacer una guerra es solicitar al Parlamento un presupuesto de guerra para mover libremente los recursos, con prioridad absoluta para la guerra. Los partidos socialistas se vieron entonces frente a la alternativa de apoyar a sus gobiernos o de reafirmar sus políticas pacifistas e internacionalistas, respaldadas en los análisis de Lenin, de que se trataba de guerras interimperialistas, de división y redivisión de las colonias entre las grandes potencias.
Puestos frente al dilema de sumarse a la guerra interimperialista, en las que las burguesías de cada país luchaban por sus colonias en contra de las burguesías de los otros países, llevados por el clima patriótico de cada país que va a la guerra, o de reafirmar el pacifismo y el internacionalismo, la mayoría de los partidos socialistas optaron por la primera posibilidad.
Cada uno de los partidos socialistas se alinearon con la burguesía de su país en la lucha contra los otros países, no solo aceptando la canalización de los recursos presupuestarios para la guerra, como el reclutamiento de masas de la población, en su mayoría trabajadores, para ser carne de cañón de la guerra interimperialista.
Una minoría, manteniendo las tesis del pacifismo y del internacionalismo, según las cuales los trabajadores de todos los países tienen intereses idénticos y no deben luchar entre sí, pero si contra las burguesías de sus países, se mantuvieron Lenin, Trotsky, Rosa Luxemburgo, entre otros, quienes terminaron fundando unos años más tarde, la Tercera Internacional. La tesis de que nunca la revolución no es tan difícil como el comienzo de una guerra, cuando el sentimiento patriótico unifica países contra los países adversarios, Lenin se opuso a la tesis de que, al mismo tiempo, nunca una revolución es tan posible, como en el transcurso de una guerra, cuando la masa de trabajadores siente en carne propia sufrimientos de todo tipo y como terminan luchando contra los trabajadores de otros países, en función de los intereses de la burguesía de cada país.
Fue una fractura traumática de la izquierda, la creación de una socialdemocracia -que apoyó la guerra- por un lado, y de los comunistas -pacifistas, internacionalistas- por el otro. Después de la ruptura fue asumiendo otro carácter, conforme la socialdemocracia renunciaba al socialismo y optaba por la domesticación del capitalismo y acusaba a la URSS de una nueva forma de totalitarismo. Mientras que los comunistas asumían la URSS como referencia del socialismo y acusaban a la socialdemocracia de servir a la reproducción del capitalismo.
Pero aquel momento clave sirvió para definir una elección: quien prefería la guerra, optaba por la cuestión nacional bajo la forma chovinista, en detrimento de la cuestión social. Abandonado el internacionalismo y el pacifismo. Un momento trágico para la izquierda mundial, por las posiciones adoptadas por la mayoría de los partidos, sino también por la ruptura que nunca será superada.
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