Contra la discriminación y el racismo
I Encuentro de Mujeres Negras Latinoamericanas y del Caribe
30/09/1995
- Opinión
Como una respuesta alternativa a las "celebraciones del Quinto Centenario",
entre el 19 y el 25 de julio de 1992, en Santo Domingo (República Dominicana),
tuvo lugar el "Primer Encuentro de Mujeres Negras Latinoamericanas y del
Caribe", con la participación de 300 representantes de 32 países.
Durante el evento se interpeló a la sociedad que durante quinientos años ha
asimilado y reproducido el racismo y el sexismo, manteniendo relaciones de
desigualdad entre las diferentes etnias y géneros; pero también al movimiento
negro y demás organizaciones sociales y políticas de la región para que hagan
suyas las reivindicaciones de las mujeres negras y les reconozcan el espacio
que les corresponde en los diversos niveles de las organizaciones. Asimismo,
desafió al movimiento feminista y de mujeres para que incluya la cuestión
étnica a sus análisis y propuestas políticas.
En la reunión se destacó, igualmente, que la imbricación histórica entre la
desvalorización de este grupo étnico y la discriminación de género ha
invisibilizado la presencia y los aportes de las mujeres negras a la sociedad,
devaluando así sus raíces y cultura. Se denunció que por la estructura
clasista predominante en la región -que también tiene una dimensión étnica-
las mujeres negras enfrentan sólidas limitaciones en el acceso a la educación,
su participación en el proceso productivo está determinada por estereotipados
roles marginales, y en el ámbito laboral las mujeres negras son las peor
remuneradas.
Las ideologías racista y sexista constituyen el armazón que sostiene las
instituciones, que define la forma y el contenido de las políticas públicas,
educativas, sanitarias, agrarias, culturales, etc. Las políticas demográficas
internacionales, por ejemplo, aducen que la superpoblación es la causa
principal de la pobreza y que por tanto hay que reducir la población en los
sectores menos "aptos" para el desarrollo. Los medios de comunicación
vehiculan imágenes estereotipadas de las mujeres negras, y el arte dominante
refuerza esta visión asociando a las mujeres de este grupo social a papeles
casi exclusivamente serviles o sexuales, expusieron las asistentes al
Encuentro.
En este contexto, los procesos de afirmación de la identidad cultural y
nacional se complejizan por la interiorización de los valores
discriminatorios, por lo que se puso énfasis en la necesidad de priorizar la
creación de espacios reales y simbólicos que, desde una perspectiva de género,
permitan una expresión positiva de la cultura afro-latina y afro-caribeña,
como lo fueron los espacios artísticos y literarios que demostraron durante el
Encuentro los altos niveles de creatividad de estas mujeres.
Conscientes del largo alcance del proceso emprendido durante este primer
acercamiento regional a su realidad, las delegadas de los 32 países presentes
en el Encuentro crearon la "Red de Mujeres Afro-latinas y Afro-caribeñas", que
tiene como principal objetivo articular estrategias regionales de lucha contra
la discriminación específica que viven, como también incidir con propuestas de
cambio en los diversos estamentos de la sociedad.
A continuación presentamos una síntesis de los ejes articuladores de la Red y
de algunos de los talleres de trabajo que hicieron parte de una agenda que
incluyó análisis subregionales y nacionales, políticas de desarrollo, arte,
literatura, opción sexual, espiritualidad, poder, etc.
Red de Mujeres Afrolatinas y Afrocaribeñas
Esta Red estará constituida por un comité nacional representativo de cada
país, y por seis comités subregionales: Caribe hispano, Caribe angloparlante,
Caribe francoparlante, Centroamérica, Sudamérica, y Afro-latinas/caribeñas
residentes en otros países del mundo.
Los objetivos son:
- Trabajar conjuntamente para mejorar las condiciones de vida de las mujeres
negras;
- Combatir las ideas negativas (prejuicios y estereotipos) que se vehiculan
sobre la mujer negra;
- Denunciar todo tipo de discriminación contra las mujeres negras;
- Promover la participación de las mujeres negras en los diferentes espacios
políticos y decisionales.
- Trabajar la problemática del racismo desde una perspectiva de género;
- Promover la comunicación, intercambio de experiencias, solidaridad y
destreza con otras organizaciones;
- Luchar contra todo tipo de discriminación.
- Apoyar la lucha de las mujeres haitianas por mejores condiciones sociales y
por la solución de su crisis política;
- Apoyar la lucha de la mujer dominicana de ascendencia haitiana por mejores
condiciones sociales, legales y económicas.
Las estrategias propuestas:
- Realizar reuniones y encuentros periódicos a nivel nacional, subregional y
regional;
- Promover una ley de antidiscriminación en todos los países del continente;
- Divulgar las conclusiones del I Encuentro de Mujeres Negras y llevarlas
hacia otras organizaciones para que incluya esta problématica en sus agendas;
- Promover investigaciones sobre la problemática de las mujeres negras y sobre
la cultura afro-latina y afro-caribeña en todos sus aspectos;
- Gestionar recursos económicos
- Realizar marchas, conferencias, peticiones, cabildos, coloquios y
conmemoraciones;
- Conmemorar el 25 de julio de cada año como el día internacional de las
mujeres afro-latino/caribeñas;
- Promover la inserción de la problemática de las mujeres negras en el
movimiento feminista y de mujeres, y en todas las organizaciones afines.
I Encuentro de Mujeres Negras
Conclusiones y Propuestas
Partiendo de problemas relativos a la supervivencia, las mujeres negras de la
región han comenzado a organizarse para frenar los diversos niveles de
discriminación (étnico, de clase y de género). Tales experiencias
organizativas han permitido el desarrollo de concepciones valorizantes de la
negritud, como también la afirmación de la libertad de género; se ha
desencadenado un verdadero proceso de afirmación de la identidad.
Este primer encuentro ha permitido la confluencia de mujeres de distintas
procedencias sociales y políticas, que han expresado los matices de esas
diversidades para permitir la emergencia de propuestas comunes.
El Racismo
En América Latina existe desde hace veinte años un movimiento feminista cada
día más fuerte, al interior de este, por haber abierto sus espacios a la
participación de las mujeres negras, desde 1981 el tema étnico hace parte de
su agenda. Es pues desde el movimiento feminista que las mujeres negras han
comenzado a reflexionar sobre la problemática género/etnia, y es en ese
espacio que surge la idea de crear el Primer Encuentro y la Red.
Contrariamente a las organizaciones antirracistas, políticas y otras que
tardan en considerar la situación específica de las mujeres negras, el
movimiento feminista ha abierto espacios significativos que han permitido
develar una situación que permaneció negada durante siglos, pero aunque
teóricamente haya quedado establecido que la negritud es una problemática
socio-político y no biológico, la visión género/etnia no ha permeado aún en
todas las esferas del movimiento y difiere de un país a otro.
Reconocer el pluralismo del movimiento no significa negar el trabajo que nos
queda por hacer. En el Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe
(Argentina 90) se añadió a última hora el "olvidado" espacio para la
problemática género/etnia. A nivel privado, hay compañeras que continúan
teniendo "empleadas domésticas negras" estableciendo una relación semejante a
la de cualquier patrona común.
En los diversos movimientos y organizaciones sociales los prejuicios raciales
están muy arraigados, al interior de estos las mujeres negras viven problemas
de clase, género y etnia, el racismo multiplica los esfuerzos personales que
ellas deben desplegar para participar políticamente. Se piensa que los negros
no son capaces de liderar o de asumir responsabilidades, lo que obliga a las
militantes a mantenerse vigilantes para que los prejuicios vehiculados no
despierten aquellos interiorizados durante una vida de discriminaciones.
La identidad étnica
La identidad comprende todos los bienes materiales y no materiales (valores)
que caracterizan a una etnia determinada, por ello la identidad étnica puede
adquirir una ponderación valorativa que priorice ciertos bienes y desvalorice
otros, como ha sucedido con la identidad étnica negra.
Se ha afirmado durante siglos que la identidad étnica negra no tiene ningún
valor, que la población negra es inferior, que la negritud no tiene
proyecciones hacia el futuro, que es incompleta y hay que mejorarla, etc., por
ello las mujeres negras han vivido divididas entre lo que quieren ser y lo que
tienen que ser para sobrevivir.
La supervivencia de la negritud en todos estos siglos ha sido asegurada por la
educación ofrecida por las mujeres, que desde la familia han constituido los
principales pilares de resistencia a la aculturación, aunque la versión
sexista sólo transmita la imagen de la mujer negra alienada por lo "blanco".
La negritud debe asumirse como una globalidad, no como una moda, las mujeres
negras deben difundirla en todos sus campos de acción, en particular en el
movimiento popular, para que también desde este se impulsen campañas
educativas y de sensibilización contra el racismo y por la igualdad.
Asimismo, hay que incidir en los partidos políticos para que estos una vez en
el poder promulguen leyes y modificaciones a la situación discriminatoria.
La educación
La educación juega un papel protagónico en la formación de la persona. Si se
la asocia con la escaloridad para las mujeres negras ésta se convierte en algo
que se quisiera obtener. En el sistema escolar el racismo y el sexismo están
omnipresentes, ya sea para discriminar, excluir o segregar. La necesidad de
incluír metodologías y filosofías provenientes de la cultura negra en el
currículum educativo constituye una prioridad.
Violencia contra mujeres negras
A más de las diversas expresiones de la violencia de género, la violencia
étnica y clasista aumentan la gama de agresiones que afectan a las mujeres
negras. Así por ejemplo, el prejuicio que presenta a las mujeres negras como
objetos sexuales las convierte en presas fáciles para el abuso.
Tan sólo en Jamaica, Panamá, Brasil y Puerto Rico existen centros
especializados que atienden a mujeres víctimas de violencia que,
desgraciadamente, por la magnitud del problema no son suficientes. Se hacen
necesarias campañas de información educativas que sensibilicen a las mujeres
de su derecho a vivir sin agresiones, sobre las prácticas negativas de
esterilización masiva, sobre la maternidad voluntaria, sobre el exterminio de
niñas/os pobres en las calles de Brasil, etc.
Se necesitan también estudios especializados que exploren el impacto de la
esclavitud o la discriminación racial en la autodefinición de las mujeres, que
provean datos sobre esta problemática a nivel nacional y global.
La sexualidad
Se abogó porque se reivindique el derecho a la sexualidad disociándolo del
estereotipo que pretende que las mujeres negras son objetos sexuales,
separándola también de la posibilidad reproductiva -que debe ser planificada y
deseada-.
Se asocia muy facilmente sexualidad a "maldad" o prostitución, por lo que se
hace necesario un trabajo informativo que incluya informaciones sobre la
genitalidad, la reproducción, el placer, etc.
La libre opción sexual
Se subrayó la necesidad de que el movimiento de mujeres negras incluya a todas
las mujeres sin discriminación de ningún tipo. En este sentido se quiere,
desde un inicio, reflexionar sobre la heterosexualidad obligada y sobre la
falta de condiciones para que las mujeres negras ejerzan la libre opción
sexual sin arriesgar que a las discriminciones de género, de clase y étnicas
aumente la discriminación homofóbica.
Se subrayó que el sexismo y la homofobia hacen que ninguna mujer tenga la
oportunidad de plantearse su opción; se presume que todas las mujeres son
heterosexuales y ello se convierte en norma y obligación. Las religiones
(colonizadoras) han contribuido a la afirmación de prejuicios discriminatorios
contra la homosexualidad.
Para prevenir una discriminación que se ha repetido en muchos espacios
sociales y políticos, se propuso que, más allá de establecer el diálogo entre
las mujeres de todas las opciones sexuales, se priorice en incluir entre las
recomendaciones constitutivas de la Red, propuestas que garanticen la
participación de mujeres lesbianas a nivel local y regional.
Las Mujeres Negras en Centroamérica
La presencia negra en los siete países que conforman Centroamérica es muy
significativa. Las expresiones culturales provenientes de esta etnia hacen
parte de la identidad colectiva, no obstante, no se reconoce el origen de
estos aportes y el racismo es omnipresente. Las organizaciones de mujeres
negras son nuevas, aún frágiles, y las reflexiones sobre su discrimanción
específica están recién despuntando.
Panamá
Históricamente, la población negra de Panamá se ha conformado por tres grandes
migraciones. La primera se produjo a raíz de la colonización española que
luego del brutal desarraigo de Africa, impuso la cultura hispánica, borrando
su lengua y gran parte de sus valores y sus costumbres. La segunda migración,
proveniente de las Antillas, se produjo en el siglo XIX, con el
establecimiento de plantanciones bananeras por los colonizadores británicos
que querían comunicarse en inglés. En el mismo siglo se realizó la otra fase
migratoria, a raíz de la construcción del ferrocarril transocéanico, y
finalmente, a comienzos del siglo XX, para la construcción del canal
interoceánico. Este proceso ha caracterizado y diferenciado culturalmente a
la comunidad negra panameña, aunque coincide en registrar los más altos grados
de pobreza del país.
Dada la ausencia de datos estadísticos, en Panamá se hace necesario recurrir a
las reminencias y expresiones culturales que persisten en el país para
reconstruir la historia de las mujeres. Pretendiendo la inexistencia de
relaciones de discriminación, se ha querido negar la realidad de las mujeres
negras, de allí la necesidad de recuperar la memoria histórica desde una
perspectiva propia.
A partir de la colonización se ha utilizado a las mujeres negras como mano de
obra barata, tanto para la servidumbre como para las plantaciones. También
como "mamás de leche" de los hijos de sus amos y como maestras.
La discriminación y la explotación sistemática de las mujeres negras es un
elemento explicativo de la negación de la identidad negra y de la asimilación
a los valores de los grupos dominantes. No obstante, en los últimos 20 años
se ha dado un proceso de afirmación étnica y las mujeres negras han tomado un
papel protagónico en diversos niveles de la vida pública y en la actividad
político-partidista.
Las mujeres negras viven, por lo general, en los suburbios en condiciones
infrahumanas, tienen poco acceso a los servicios públicos, al empleo y a los
bienes. La discriminación y la auto-discriminación se viven y se expresan de
manera cotidiana en todos los ámbitos. En el sector comercial, financiero y de
servicios se excluye la participación laboral de mujeres negras, la "señorita
con buena presencia" señalado en los clasificados excluye a las postulantes
negras consideradas como maleantes y "cochinas".
Las prioridades expresadas por las panameñas son: propulsar organizaciones
específicas de lucha contra el racismo y la discriminación de género, y
reforzar por varios medios la identidad étnica y de género.
Costa Rica
A pesar de que en Costa Rica la población en general tiene mejores condiciones
de vida en relación con la de países vecinos, las mujeres negras viven en
condiciones de subsistencia mínima y, aunque pueden en principio acceder a los
mismos niveles educacionales y laborales que el resto de la población, la
discriminación encubierta hace que no puedan acceder a niveles educacionales
superiores ni a puestos públicos.
Las mujeres negras participan en diversas organizaciones que priorizan la
identidad étnica respecto de la identidad de género. En los últimos años
estan emergiendo organizaciones de mujeres negras que quieren conjugar estas
dos dimensiones de su realidad.
Honduras
En Honduras el 48.3% de la población de mujeres negras no han completado la
primaria, hay altos índices de desempleo y subempleo, los niveles de
participación política (formal) son débiles. Pese a todo esto, las mujeres
negras tienen un alto sentido de su identidad étnica y cultural, el garífuna
es hablado por la mayoría y existen organizaciones con más de 15 años de vida
en el área rural como también en Tegucigalpa. Desde 1991 funciona un comité
femenino al interior de OFRANEH (Tegucigalpa), que tiene entre sus objetivos
revalorizar la contribución histórica de las mujeres negras al desarrollo del
país.
Las mujeres negras en el Caribe hispanoparlante
La transición al modernismo capitalista ha acarreado un gran desplazamiento
poblacional; de manera particular la inmigración ilegal inter-subregión y
hacia el primer mundo, que afecta principalmente a la población negra debido a
su situación de desventaja socio-económica y educativa (altos índices de
desempleo y sub-empleo; límitado acceso a la educación, etc).
El principal punto en común que caracteriza a las mujeres de esta sub-región
es la doble subordinación (étnica y de género), el resto de relaciones
sociales están marcadas por el grado de inserción de cada país en el
desarrollo capitalista. De un país a otro, la discriminación que viven las
mujeres negras adquiere matices muy singulares.
Las mujeres de esta sub-región consideran prioritario rescatar y recrear la
negritud, insertarla en la historia y en el futuro, para lo que se hace
necesario el fortalecimiento organizacional y el desarrollo de un trabajo
dirigido a la base.
Puerto Rico
La mayoría de la población negra (trigeños, jabaos, mulatos y grifos) enfrenta
una situación de desventaja económica, subsiste con ayudas del gobierno y/o
con la economía paralela y subterránea. Se considera que en Puerto Rico las
condiciones de vida (educación, trabajo, participación política) son
proporcionales al tono de la piel. La identidad étnica se vehicula a nivel
individual, las organizaciones feministas no se han apropiado aún del tema
étnico y no existe aún ninguna organización específica.
República Dominicana
La situación socioeconómica de las mujeres negras dominicanas es crítica,
tanto en el área rural como en la urbana la remuneración es inferior a la de
otros grupos sociales. El sistema educativo es racista y sexista, y la
participación política es mínima.
El recientemente creado "Movimiento por la Identidad de la Mujer Negra",
anfitrión del Encuentro, articula las problématicas étnica, de género y de
clase, proponiendo el delineamiento de estrategias que busquen la
reformulación de la identidad étnica en el país y en la región.
Las mujeres haitianas en los bateyes dominicanos
Las condiciones de vida en los bateyes son infrahumanas. Carecen de
electricidad, agua, servicios sanitarios, etc.,las viviendas obvian cualquier
requisito humano o sanitario, su deterioro es total, no obstante las
autoridades cobran un alto porcentaje del ingreso, las mujeres no tienen
acceso independiente a ningún tipo de vivienda. El acceso a la educación es
casi nulo; no existen escuelas ni recursos para solventarlas, los bateyes se
encuentran muy distantes entre sí como también de los centros urbanos.
Las mujeres y los niños de los bateyes no tienen acceso a ningún tipo de
servicio de salud; cuando una mujer dominico-haitiana acude a un hospital es
maltratada, y aunque llegue primera se la atiende al final, en esa espera
muchas mujeres mueren o ven morir a sus hijos en los hospitales.
A pesar de pertenecer al grupo social más numeroso, las mujeres de los bateyes
no tienen ni derechos, ni ciudadanía. Cuando luego de largas luchas obtienen
un documento de identidad, las autoridades lo invalidan o destruyen señalando
que son documentos para dominicanos. No se les permite transitar libremente en
su propio territorio, los vehículos son registrados para ver si van haitianos
"de contrabando". Muchas mujeres son deportadas en condiciones infrahumanas,
arrancadas de sus familias y de su contexto.
"Por ser de origen africano (de lo que estamos orgullosas) nosotras hemos
sufrido todas las consecuencias del colonialismo que dura desde hace
quinientos años, porque aquí (Rep. Dominicana) negro es sinónimo de haitiano.
Ser haitiana pesa más que ser negra. Nosotras sentimos que nada ha cambiado
con la abolición de la esclavitud".
"En estos quinientos años queremos pedir y exigir que se nos respete como
personas humanas, con derechos, que se nos tome en cuenta; que cambie
totalmente el sistema de esclavitud imperante" Para ello solicitan se forme
una Red de Solidaridad y comités de apoyo a su causa en los distintos países.
Las mujeres negras en el Caribe francoparlante
El principal problema común subrayado por estas mujeres tiene que ver con la
identidad étnica. Hace 5 siglos se impuso el modelo blanco y las mujeres de
origen africano comenzaron a auto-despreciarse y, a pesar de constituir la
mayoría de la población, en estos países se peyoriza lo negro.
Haití
Para las mujeres haitianas es de vital importancia subrayar las graves
consecuencias económicas, sociales, políticas y culturales provocadas por los
500 años de colonización. Hace cinco siglos vivían los Arawaks en las Bahamas
y Antillas Mayores, los Caribes en el este del Caribe, los lucayanos en las
Bahamas, los borenquinos en Puerto Rico, los tainos en Cuba, Española y
Jamaica, de los cuales en 20 años los españoles no dejaron ni huella.
Entre las armas empleadas para sojuzgar a pueblos enteros está el arma racial,
que justifica en el color de la piel todo tipo de vejaciones.
Otra de las armas utilizadas es la religión. Sustentándose en el chantaje los
españoles llegaron hasta a imponer sus ritos y creencias: el Dios defensor de
los blancos listo a castigar las desobediencias de los esclavos.
En Haití, Primera Nación Negra Libre de América (siglo XVII) se fueron los
blancos pero dejaron el racismo a más de los problemas políticos y económicos.
Se abolió la esclavitud, pero los nuevos acumuladores o herederos de los
bienes de los colonizadores también son blancos que continúan considerándose
superiores a las otras culturas.
En Haití la mayoría de la población es negra, pero la mayoría de los que
poseen los medios de producción (y que explotan a los demás) tienen la piel
clara y por ese lado mantienen su control en el poder político aunque no estén
físicamente presentes.
Las mujeres haitianas aprendieron desde hace cinco siglos a desvalorizarse y
admirar lo europeo, las mujeres que se aferran a su identidad negra son
marginadas, como lo son aquellas que afirman sus ideas, aunque estas difieran
de las de sus compañeras. Las instituciones refuerzan comportamientos étnicos
alienantes valorando o desvalorando a los individuos según los rasgos étnicos,
por ello a las mujeres se les obliga desde niñas a tratar de ser lo más
occidentales posible (blanquearse la piel, alisar el cabello, etc.) adoptando
comportamientos europeos.
En este contexto las haitianas se pronuncian contra todo tipo de
discriminación (clase, etnia, género, etc), subrayando la necesidad de crear
espacios unitarios para luchar contra todos los imperialismos culturales, de
manera de lograr cambios personales y globales.
Martinica
La población negra es mayoritaria en Martinica. Siendo una colonia francesa,
este país establece para la isla prioridades que no coinciden con los
intereses y las necesidades del pueblo. Se aparenta un alto nivel de vida pero
la realidad demuestra lo contrario, la mayoría de la población vive en la
miseria, el desempleo, esperando la asistencia de Francia. Aunque se pretenda
que la escolarización es de 100%, diversos problemas estructurales hacen que
los/as jóvenes deserten antes de llegar a obtener un título.
Los valores culturales predominantes son los europeos, las mujeres
martiniqueñas enfrentan las diferentes expresiones de machismo (europeo y
negro), el incesto es tan frecuente como lo son las agresiones y violaciones
sexuales.
En el ámbito laboral, las mujeres enfrentan duras condiciones de trabajo, las
obreras agrícolas, empleadas domésticas, trabajadoras del sector turístico,
etc. están organizando gremios que buscan la obtención de mejoras laborales.
Las mujeres de Martinica sostienen que su liberación pasa por el camino de la
lucha de todo el pueblo para derrocar la dominación colonial. Las principales
reivindicaciones son: respeto, igualdad, seguridad, eliminación de los abusos
sexuales y las discriminaciones en el trabajo.
Las mujeres negras en el Caribe angloparlante
Aquí, a pesar del aparente equilibrio inter-étnico, la discriminación social
tiene un gran componente racista que se expresa principalmente en el acceso a
la propiedad. Las mujeres de origen africano en edad productiva enfrentan las
más altas tasas de desempleo y el sistema educativo -que no ha cambiado desde
la independencia- no garantiza una educación equitativa. Para las mujeres del
caribe angloparlante el currículum debería incluir la filosofía de
pensadores/as negros como Marcus Garvey, Chatoyer James y Walter Rodney, así
como las enseñanzas de Una Marson, Nanny, Isaiah Morton, Cleopatra White,
Antonio Maceo, Anacaona, Louise Bennett, Toussaint L'Ouverture, Pedro Albizu
Campos.
En este sentido, se sitúa entre las prioridades el pedido para que los
gobiernos tomen medidas educativas inmediatas para incluir en el currículum
las contribuciones de la civilización africana a la historia de la humanidad.
Las mujeres negras en Sudamérica
En general, las mujeres negras de Sudamérica viven en una situación de
pobreza y precariedad, y en muchos casos no tienen garantizados los derechos
de ciudadanía ni de seguridad social.
El acceso a la educación es limitado por las condiciones socio-económicas,
mientras en el campo laboral se sitúan mayoritariamente en el aréa de
prestación de servicios, trabajo doméstico y en varias actividades
consideradas como parte del trabajo informal y descalificado. Existen altos
grados de violencia y represión dirigida hacia ésta población por parte de los
gobiernos y los aparatos represivos de los estados.
A pesar de que la sociedad sudamericana oculta y niega la realidad que vive la
población negra, ésta mantiene su cultura y resiste a la alienación de su
historia; las mujeres negras de Sudamérica enfrentan tres niveles de opresión:
la pobreza, la negritud y el género.
Colombia
Colombia es un país multi-étnico, la población negra es de 20% y se concentra
mayoritariamente en el litoral pacífico donde constituye el 92% de la
población. También subsisten 80 grupos indígenas que en distintas regiones
interactúan con comunidades negras, particularmente en el litoral pacífico
donde han compartido ancestralmente un territorio y han desarrollado
estrategias de adaptación al ecosistema pluvial de ésta región. Además por
razones socio-económicas han habido migraciones significativas hacia las
concentraciones urbanas como Bogotá, Medellín, Barranquilla y Cali.
Históricamente, la llegada de los españoles marcada por la exterminación de
los indígenas y la traída de africanos en calidad de esclavos, sienta la base
de una sociedad racializada donde las relaciones económicas, culturales e
interpersonales se fundamentan en el color de la piel, pero aún así Colombia
no se reconoce como una sociedad racista. En el proceso histórico de este
país, la comunidad negra ha contribuido a la construcción nacional, sin
embargo se mantiene la invisibilidad étnica y política de este grupo social.
La historia colombiana está marcada por siglos de negociación, exclusión y
marginamiento de distintos grupos sociales y étnicos. Durante la década de
los 80, la violencia generalizada tuvo impacto en toda la población y
particularmente en los sectores más vulnerables. Para la población negra a
esto se suma la falta de empleo, de educación, de servicios de salud, las
constantes violaciones de los derechos humanos, etc.
La Coordinadora Nacional de Comunidades Negras ha impulsado, en el marco de la
concertación para la Nueva Constitución, la inclusión del Artículo No. 55
sobre los derechos de las Comunidades Negras y Ribereñas de la Costa Pacífica
a su territorialidad.
Para las mujeres negras de Colombia es necesario incluir a las
reivindicaciones sobre la territorialidad consideraciones sobre el medio
ambiente para el desarrollo de la vida. La tierra es considerada por ellas
como una madre usurpada y maltratada por la propiedad privada y por la
explotación desconsiderada de sus recursos. Por ello, la cuestión de la
territorialidad constituye una reivindicación prioritaria a la que se suman
otras reivindicaciones que tienen que ver con la humanización de la vida.
Uruguay
En Uruguay la comunidad negra constituye el 4% de la población, y se concentra
sobre todo en la capital y en las fronteras; los niveles educacionales son
bajos y 75% de la inserción laboral se produce en el servicio doméstico. Sólo
el 8% de la población negra es parte de la clase media, el 92% se sitúa en las
esferas más desposeídas de la sociedad.
La participación social y política de las mujeres negras es escasa, las
preocupaciones específicas nacen de alguna participación en el movimiento
feminista. Fundamentalmente, las reivindicaciones son: una mejor inserción
educativa y laboral, la revalorización de la identidad y la cultura, y la
incorporación de la reflexión sobre el racismo en los movimientos poblacional
y feminista.
Venezuela
En Venezuela la población negra es de aproximativamente el 10% y se concentra
al Oeste-Litoral Central y al Este del país. Desde el punto de vista socio-
económico la población negra tiene una situación similar a la de los otros
países de la región: se concentra en las clases desposeídas y tiene menor
acceso a la educación, la salud, la vivienda, la alimentación, y por supuesto
a las instancias del poder.
La Unión de Mujeres Negras de Venezuela viene develando desde hace tres años
la discriminación específica que enfrentan, y coordina un trabajo de
sensibilización hacia las mujeres negras y hacia todos los sectores de la
población a nivel nacional y a nivel internacional, quiere incorporar entre
las prioridades actuales el debate sobre el problema del racismo.
Perú
En Perú las diferencias sociales y étnicas son muy marcadas. A pesar de que la
multietnicidad constituye uno de los principales elementos constitutivos de la
sociedad, no se reconoce su diversidad. Además en Perú se ha polarizado lo
rural/indígena y lo urbano/Lima; casi 50% de la población del país vive en
Lima, en donde se han concentrado la mayoría de actividades políticas,
sociales y productivas.
La población negra se concentra en la zona costera, al norte y sur de Lima y
en general en los sectores más pobres del país. La crisis ha provocado la
migración de algunos campesinos que se dedican al comercio informal y habitan
en los lugares periféricos de la ciudad (pueblos jóvenes).
Por la ubicación en la estructura clasista del país, las mujeres negras se
identifican ante todo de lado de los pobres. La gran carga de racismo y la
segregación son parte del cotidiano en la lucha por la supervivencia. En ese
contexto, la interiorización de valores racistas y machistas es fuerte, el
rompimiento con el grupo étnico es considerado como un paso previo a la
promoción social.
Uno de los más fuertes indicios de racismo es la idea que pretende "que no hay
racismo en el Perú", en circustancias sociales en las que ni siquiera las
organizaciones específicas han sido posibles.
Brasil
La población negra brasileña se concentra sobre todo en el norte, nordeste y
sudeste del país. Brasil es considerado como el país de la diversidad cultural
pero 5% de blancos tienen el control político y económico. Esta minoría en el
poder vehicula la idea de que la pobreza es una cuestión socio-cultural y no
el resultado de su gestión del poder.
La existencia de la "democracia racial" deslegitima cualquier alusión al
racismo. No obstante, el 56.4% de las mujeres negras urbanas están
subempleadas (trabajos domésticos, ambulantes, etc.), tan solo 11% de ellas
alcanzan a la educación secundaria.
El racismo como ideología dominante determina un comportamiento de sumisión y
negación de la identidad étnica.
Desde la década de los 80 surge un movimiento de mujeres negras con carácter
nacional y autónomo que sitúa su estrategia en las reivindicaciones étnicas,
de clase y de género. Han realizado dos encuentros nacionales y ahora buscan
divulgar sus propuestas en el movimiento negro y otras organizaciones
populares. Entre las reivindicaciones están: la democratización del sistema
educativo introduciendo estudios sobre las culturas negra e indígena, de
manera que se demuestre el carácter pluriracial y multicultural del país.
Denuncian, igualmente, la esterilización masiva, el exterminio de niños y
adolescentes. Buscan el acceso de las mujeres negras a trabajos calificados,
cargos públicos y de representatividad política.
* Este documento es parte de "Afroamericanos: Buscando raíces, afirmando identidad", serie Aportes para el Debate No. 4.
https://www.alainet.org/es/articulo/104934
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