El Quilombo de los Palmares
30/09/1995
- Opinión
Los quilombos, de Kilombu, en el idioma africano quimbundo, que significa
acampamento, constituyeron en la época colonial un movimiento sociopolítico y
económico de las masas de esclavos negros que rechazaban la sumisión, la
explotación y la violencia del régimen esclavista. Tolerados o no por la
sociedad dominante, los quilombos fueron y son, como dice la historiadora
Beatriz Nacimiento, "un lugar donde la libertad era practicada, donde los
lazos étnicos y ancestrales eran revigorizados", ejerciendo un papel
fundamental en la conciencia histórica de los negros, a partir de la posesión
colectiva de la tierra.
Una de las experiencias más destacadas en la historiografía brasileña es la
del Quilombo de los Palmares, que tuvo su origen en una sublevación de 40
esclavos en un ingenio azucarero de Porto Calvo, de la provincia de Alagoas, a
inicios del siglo XVI. Integrado por ciudadelas que cercaban la capital
Macaco, el centro político-administrativo, y Subupira, el campo de
entrenamiento, Palmares era una gran fortificación, con aproximadamente 6
kilómetros de diámetro, situada en los altos de la Serra da Barriga, con más o
menos 800 metros de altitud, en el interior del actual estado de Alagoas.
La comunidad palmarina llegó a tener entre 20 y 30 mil habitantes. Vivía
básicamente de la agricultura, bajo un sistema colectivo de trabajo, donde los
principales productos de subsistencia eran el maíz, el frijol, la yuca, el
camote, el banano y la caña de azúcar. Con el tiempo se integraron a la
actividad productiva la metalurgia (fabricación de herramientas para la
agricultura y la guerra) y la fabricación de objetos artísticos y utilitarios
en cerámica y madera. La sociedad fue dividida en campesinos, artesanos,
guerreros y funcionarios. Se sabe que el Quilombo de los Palmares era la
región más fértil de la capitanía y sus habitantes se alimentaban mejor,
contrastando con la población sometida a las haciendas y latifundios.
Desde el comienzo el gobierno colonial organizó sucesivas expediciones contra
Palmares, cuyos combatientes protagonizaban constantes ataques a los ingenios
azucareros y las fuerzas representativas de la Corona, al grado de que muchos
colonizadores tuvieron que abandonar sus propiedades.
Sin embargo, los ataques contra Palmares se intensificaron a partir de 1676,
provocando muchas muertes y la prisión de decenas de personas. Ante la
amenaza de un recrudecimiento de las hostilidades, "en escala irreversible", y
la promesa de que serían tratados bien, demarcadas sus tierras y devueltas sus
mujeres e hijos, el líder Ganga-Zumba formalizó, en diciembre de 1678, un
Acuerdo de Paz con el gobierno colonial. De hecho el líder negro recibió
tierras para asentarse con sus seguidores y fue, incluso, nombrado oficial del
Ejército. Pasado algún tiempo, empero, los negros tomaron conciencia de su
libertad restringida y de la violencia practicada por los militares,
principalmente contra sus plantaciones.
Zumbi, el General
En 1655 nació, en Palmares, Zumbi. Recién nacido fue capturado y puesto a los
cuidados del Padre Antonio de Melo, quien lo bautizó con el nombre de
Francisco, le dio nociones de latín y enseñó a hablar bien el portugués. A
los 15 años de edad Zumbi huyó a Palmares, donde en poco tiempo se convirtió
en general y líder de los negros que rechazaban la postura que había asumido
su tío Ganga-Zumba, que luego murió envenenado. Zumbi reconstruyó Palmares y
retomó la lucha guerrillera de los negros contra el poder colonial.
Fracasadas las misiones de convencimiento y sucesivas expediciones contra los
quilombos, el líder negro fue intimado a deponer las armas. Al no responder,
los combates recrudecieron.
Rechazando las propuestas de negociación, Zumbi continuó la guerra, liberó
esclavos, infiltró a sus hombres en los ingenios, lo que provocó el temor de
una rebelión generalizada de los esclavos. Y el gobierno colonial modificó
sus planes de destrucción de los quilombos.
Al asumir como gobernador de Pernambuco, en 1693, Caetano de Mello e Castro
fijó como prioridad acabar con el reino de los Palmares. Organizó la mayor
expedición bélica del período colonial con la participación de militares de
Pernambuco, Paraíba, Río Grande do Norte, Bahía y Maranhao, que llegaron a
sumar unos 8.300 hombres, bajo el comando de Domingos Jorge Velho, jefe de las
tropas de Sao Paulo. Desde lo alto de la Serra da Barriga, protegidos por
cercas de madera y piedra, y variadas trampas que escondían lanzas y estacas,
los palmarinos resistieron meses, hasta que las fuerzas enemigas se
apertrecharon de armamento pesado, incluso cañones. El abandono de las
posiciones por parte del ejército negro se tradujo en desbandada por el abismo
y masacre total. Zumbi, herido, consiguió huir.
Preso y torturado, el lugarteniente de Zumbi, Antonio Soares, a cambio de su
libertad aceptó delatar a su máximo líder, al que pocos conocían y se
aproximaban. Localizado en la Serra dos Irmaos, Zumbi fue acuchillado a
traición por Soares, como señal de ataque. Herido mortalmente, se mantuvo en
el combate, hasta que fue degollado por el militar que comandaba la operación,
Furtado de Mendonça, y su cabeza fue llevada a Recife, la capital de
Pernambuco, donde fue expuesta, colgada de un palo, en plena plaza pública.
Esto sucedió en 1695, un 20 de noviembre, fecha en que hoy se conmemora en
Brasil el "Día Nacional de la Conciencia Negra".
El nombre Zumbi procede de la lengua africana quimbundo. Su raíz nzumb está
ligada a la idea de inmortalidad. Esto es, nzumbi, como adjetivo significa
"inmortal", y como sustantivo quiere decir "espíritu".
A trescientos años de su asesinato, Zumbi se ha eternizado en la lucha
diversificada de los pueblos negros. De modo especial en varias comunidades
negras rurales, se constituyen hoy en Brasil asociaciones que luchan por el
reconocimiento de su derecho a la tierra que ocupan (incluso a través de
procesos de autodemarcación) y por el respeto a su forma de vida, en el marco
de una sociedad efectivamente multiracial, pluriétnica y democrática. La
experiencia de los quilombos y de Zumbi sigue inspirando las luchas actuales
de los negros.
* Este documento es parte de "Afroamericanos: Buscando raíces, afirmando identidad", serie Aportes para el Debate No. 4.
https://www.alainet.org/es/articulo/104937
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