Ejecutivos de la ONU en la mira de EU.
20/05/2002
- Opinión
En la ONU y en otras organizaciones,
Estados Unidos ha montado una campaña de depuración de los
funcionarios internacionales que juzga no están alineados con su
guerra al terrorismo e insiste en tener la última palabra en todos
los temas relacionados con la "gobernanza mundial".
La primera y la más importante persona en salir ha sido Mary
Robinson, la ex presidenta irlandesa cuyo trabajo como Alta
Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU ha sido aclamado por
grupos de derechos humanos en todo el mundo. Oficialmente, se retiró
luego de la renovación de su contrato por un año. De hecho, Estados
Unidos hizo un intenso lobby en contra del intento de prorrogar su
mandato. Funcionarios de la ONU y diplomáticos occidentales también
manifestaron que era una persona "con la cual es difícil trabajar" -
eufemismo común para gente que no sigue al pie de la letra sus
dictámenes. Muchos activistas de derechos humanos consideran que
ésta es precisamente su fortaleza en una organización donde muchos
funcionarios intentan no crear olas que desestabilicen al barco.
Estados Unidos no pudo perdonarle sus posiciones sobre Oriente Medio
o su endoso de los resultados de la Conferencia sobre el racismo de
Durban del año pasado, de la cual se retiraron Estados Unidos e
Israel. El resto del mundo permaneció en ella y adoptó un documento
tibio y subsiguientemente Washington comenzó su campaña para forzar
la salida de Mary Robinson.
Otra víctima reciente de la campaña estadounidense fue Robert Watson,
el muy respetado presidente del Panel Intergubernamental sobre Cambio
Climático (IPCC, siglas e inglés). El 19 de abril, la administración
estadounidense logró reemplazarlo con el economista hindú Rajendra
Pachauri. El Panel es (o quizá es mejor decir era) una entidad
científica independiente establecida para evaluar el grado del cambio
climático y la contribución de las actividades humanas en la "quema"
de combustibles de origen fósil. El Panel había alcanzado un
consenso que no era compartido por la administración Bush: que la
actividad humana es un factor que contribuye al cambio climático.
Previamente, en un memorando filtrado de Exxon-Mobil, ésta
transnacional había preguntado a la Casa Blanca "¿Puede Watson ser
reemplazado ahora a solicitud de Estados Unidos?". El memorando
también recomendaba que la administración Bush "reestructure la
participación de Estados Unidos en las próximas reuniones del IPCC
para asegurar que ninguno de los allegados a Clinton-Gore estuviera
involucrado en la toma de decisiones". Aparentemente, la
administración Bush acató la recomendación. Pachauri considera su
designación al hecho de ser candidato del mundo en desarrollo, pero
las ONGs ambientales la atribuyen al lobby estadounidense.
Pocos días después, el 22 de abril, la derecha estadounidense logró
un nuevo éxito con la destitución de José Mauricio Bustani, máximo
directivo de la Organización para la Prohibición de Armas Químicas
(OPCW, siglas en inglés) apenas un año luego de ser elegido por
unanimidad para un segundo periodo de cinco años. La votación fue de
48 votos a favor, siete en contra y 43 abstenciones. La OPCW fue
creada por la Convención de Armas Químicas, que impide la producción
de armas químicas. La OPCW efectúa inspecciones de manera regular a
las instalaciones de los países miembros para asegurar que nadie haga
trampas. El brasileño Bustani ha dirigido la Organización desde su
creación hace 5 años, y sus inspectores han verificado la destrucción
de dos millones de armas químicas y las dos terceras partes de las
instalaciones de armas químicas del mundo en los últimos años. Han
efectuado 1100 inspecciones en más de 50 países. Sin embargo, desde
el inicio del 2002, Estados Unidos ha tratado a Bustani casi como si
fuera una suerte de Bin Laden de la burocracia. Los funcionarios de
la administración Bush le acusaron de "mal manejo financiero
permanente, desmoralización del staff de la secretaria técnica e
iniciativas mal concebidas". Recién hace un año había sido reelegido
en forma unánime, con aplausos de todos, incluido Colin Powell. Mas
aún, el staff de la Organización señaló que las finanzas y la
administración de la organización eran controladas no por Bustani
sino por una persona designada por el gobierno de Estados Unidos.
¿Entonces que había cambiado? No fue Bustani sino Washington. Su
principal perseguidor fue John Bolton, subsecretario de Estado para
el control de armas y la seguridad internacional. Sus convicciones
anti-ONU nunca le han impedido recibir dinero de la misma
Organización. Recientemente trabajó como asistente de James Baker en
la fallida misión en el Sahara Occidental. Durante muchos años,
Bolton había argumentado que Estados Unidos debía retirarse de la
ONU. Sin embargo, al mismo tiempo, Bolton trabajó como consultor
para el gobierno de Taiwán aconsejándolo cómo ingresar a la ONU,
según el periódico The Nation. Aunque Bolton puede ser flexible en
los principios, al igual que otros allegados a Bush de la derecha
dura, es implacable cuando maquina antipatías como demostró en el
caso de Bustani.
Tener a Bolton a cargo del desarmamento es como entregar a un
piromaníaco el manejo de una fábrica de juegos pirotécnicos, según se
desprende de sus últimas y duras actitudes en las conversaciones con
Rusia sobre desarme nuclear, y de la fuerte abogacía por la
Iniciativa de Defensa Estratégica (Star Wars). El primer problema
que enfrentó Bustani ocurrió cuando resistió las presiones de Estados
Unidos para definir la nacionalidad de los inspectores de la OPCW
designados para investigar las instalaciones estadounidenses. Es
más, se había opuesto a una ley de Estados Unidos que permitía al
Presidente bloquear inspecciones no anunciadas en los Estados Unidos
y que impedía a los inspectores de la OPCW retirar muestras de sus
químicos. Algunos diplomáticos sugieren que el mayor delito de
Bustani fue intentar persuadir a Irak a que firmara la Convención, lo
que significaría que los funcionarios de la OPCW podrían inspeccionar
las instalaciones iraquíes. Los halcones de la administración Bush
desaprobaron estas malpensadas iniciativas. Si Irak firmara la
Convención y permitiera el ingreso de inspectores de la ONU, dejaría
a Washington sin su justificación cuasi-legal para una acción militar
contra Bagdad.
A principios de este año, Estados Unidos pidió a Brasil que solicite
el retorno de Bustani, pero el gobierno brasileño señaló que Bustani
no fue designado por Brasil sino que fue elegido por unanimidad por
la OPCW. Luego Bolton personalmente le pidió a Bustani que renuncie.
Cuando éste último se negó, Estados Unidos solicitó al consejo
ejecutivo de la OPCW que lo despida. Como este intento también
fracasó, Washington solicitó una sesión especial de los estados
miembros para despedirlo, bajo la amenaza de que Estados Unidos no
pagaría sus cuotas si Bustani era designado para un nuevo período.
La mayoría de Estados sucumbió ante este chantaje para evitar perder
una agencia de desarmamento efectiva y bien aceptada. Con esta
decisión establecieron un precedente nefasto. Como dijo Bustani "al
despedirme se habrá establecido un precedente internacional por medio
del cual, cualquier directivo debidamente elegido por una
organización internacional, durante cualquier momento de su mandato,
permanecería vulnerable a la voluntad de uno o unos pocos grandes
contribuyentes, que estarían en posición de relevar a cualquier
director general o secretario general en cualquier momento".
La derecha ha sido hostil a las organizaciones internacionales o
multilaterales. Pero durante la administración Reagan, cuando por
primera vez la derecha ejerció control sobre la política de Estados
Unidos, había el temor de que Estados Unidos no podía retirarse de la
ONU y dejarla en manos de sus enemigos de la guerra fría. Sin
embargo, ahora, Estados Unidos no tiene contrapeso en la ONU, y los
funcionarios de la administración Bush insisten en ejercer la
influencia que otorga el ser el único superpoder del mundo.
Aprovechando que es indispensable en este mundo unipolar el equipo de
Bush está jugando duro amenazando en volver impotente a la
organización multilateral a menos que consiga salirse con la suya.
* Traducción libre del artículo en inglés "The U.S. Hit List at
the United Nations", el autor escribe para Foreign Policy In Focus y
ha publicado "La ONU para principiantes".
https://www.alainet.org/es/articulo/105929?language=en
Del mismo autor
- Ejecutivos de la ONU en la mira de EU. 20/05/2002
- The U.S. Hit List at the United Nations 29/04/2002