Riesgos anticipados del ALCA-eda
21/05/2002
- Opinión
Inaudito. Antes del atentado en Nueva York habrían existido
informaciones sobre la amenaza terrorista. Varios indicios
concordantes anticiparon lo que se fraguaba. Incluso se habría
conocido que el grupo integrista Al-Qaida iba a estrellar un avión con
explosivos en el Pentágono... "hay demasiado ruido sobre la línea,
algo se prepara", se decía. Esas advertencias nunca fueron cotejadas,
nada se hizo para prevenir la tragedia. Esta falta de previsión -para
no sospechar en complicidad de intereses que aprovecharon del atentado
del 11 de septiembre- es una lección. Las amenazas no pueden pasar
desapercibidas por falta de difusión de la información disponible...
tal como sucede con el ALCA: Acuerdo de Libre Comercio de las
Américas.
En este Acuerdo, las preocupaciones sobre la apertura comercial
aparecen como las mayores. Sin embargo, buena parte de los países
latinoamericanos ya han introducido este tipo de reformas, que
simplemente se profundizarían con el ALCA. Sin minimizar el riesgo
comercial y otros más que aparecen en el borrador del Acuerdo en
ciernes, hay un punto que pasa medio desapercibido. Es el contenido
en el capítulo de inversiones, que contempla un total de 16 artículos.
Si bien muchas de las propuestas se encuentran entre paréntesis
(explicable por los desacuerdos existentes aún), hay como anticipar la
amenaza que se está fraguando: se quiere sobreproteger a las
inversiones extranjeras. No se trata simplemente de desmontar las
restricciones existentes. En la mira está constituir un marco
jurídico que proteja al capital internacional frente a posibles
medidas que adopte un Estado y que puedan ocasionar pérdidas en sus
actividades futuras; concretamente, una empresa internacional, que se
sienta afectada por alguna decisión de un gobierno, estaría en
capacidad de demandarlo, en el marco de un arbitraje comercial, al
margen de los poderes judiciales. Así de fácil. Y así de grave.
El ALCA, entonces, recoge las pretensiones del fracasado Acuerdo
Multilateral de Inversiones (AMI). Y al incorporar y ampliar los
acuerdos logrados en el marco del GATT, que dieron origen a la
Organización Mundial de Comercio (OMC), el ALCA sería una suerte de
OMC-plus. Con consecuencias terroríficas que podrían sorprendernos,
si no se toma a tiempo nota de las advertencias: en el Tratado de
Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), en su capítulo 11, se
protege en extremo a la inversión extranjera, tal como lo propone el
ALCA. Son ya varias las empresas que han demandado por sumas
multimillonarias a los Estados de Canadá, México y aún de EEUU por
potenciales perjuicios. Incluso por prohibir la importación de
productos atentatorios contra la salud o el medio ambiente, como
aconteció en el caso de la Ethyl Corp. de EEUU en contra de Canadá.
¿Qué sucedería en un país de nuestra América Latina si una de las
grandes empresas demanda a un gobierno débil y sin los recursos (ni la
dignidad) para enfrentarla? Será una torpeza no tomar en consideración
esta amenaza y las otras que implica el ALCA-eda.
Tomado del Diario Hoy 22/05/2002
https://www.alainet.org/es/articulo/106066
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