Obesidad y obscenidad: Panorama general

23/09/2003
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Indudablemente, la Obesidad es la patología nutricional con más impacto en el mundo. De los 6.000 millones de individuos que habitan el planeta, un 18% padecen desnutrición y un 30% es obeso, según las últimas cifras de la OMS. Dado el alto número de personas afectadas y dada la proyección (para el 2030 se prevé que un 40% de la población mundial será obesa), puede decirse sin temor a equivocación que el problema de la obesidad es tan grave, como el de la pobreza, el sida y el terrorismo. Hoy mas que nunca las relaciones entre la Obesidad y condiciones sociales, como: alimentación, estrés, tabaquismo, precarización laboral, desocupación, inseguridad, costumbres, alimentarias, pérdidas de proyectos de vida, frustración y conductas adicctivas, se tornan determinantes fundamentales del estado actual del tema y sobre todo de las alarmantes previsiones al respecto que pueden vislumbrarse. Los hechos no terminan aquí , una información más, constatada, por estudios epidemiológicos llevadas a cabo por la OMS y la OPS, que hoy reclama nuestra atención es, que la erradicación de la desnutrición entre los grupos mas pobres de la población mundial, se acompaña de un crecimiento inesperado del sobrepeso y la obesidad. Hoy podemos decir que la obesidad, se ha incluido entre las enfermedades crónicas asociadas a estilos de vida inadecuados, es decir, la obesidad se ha globalizado, involucrando sectores, hasta no hace mucho tiempo ajenos a esta epidemia contemporánea; vale entonces la pena recalcar, que lo anterior nos demuestra que no siempre las patologías son indicadores fiables del grado de desarrollo y bienestar de una población; por lo que sería una ingenuidad deducir de ello, que los sectores mas excluidos del mundo hubieran accedido, a mejores condiciones de vida y por esta vía, padecer las enfermedades del mundo desarrollado. En el aumento de la prevalencia de la obesidad, es destacable el cambio en el tipo de alimentos consumidos y la globalización, que ha contribuido a la homogenización de los estilos alimentarios. La Obesidad, tiene un impacto negativo sobre la salud, con implicaciones funcionales y orgánicas; aumenta la resistencia a la insulina y como tal, representa uno de los principales factores de riesgo de diabetes tipo 2 , también se asocia a desordenes en el metabolismo de las grasas, como el aumento de triglicéridos y colesterol. Ambos padecimientos, tienen un efecto perjudicial, sobre el sistema cardiovascular que se manifiesta como, hipertensión, enfermedades del corazón, etc.; sin olvidar cómo la obesidad se asocia también a trastornos psicológicos con repercusiones en las esferas familiar y social. Lo anterior nos lleva a considerar, que si la pobreza es definida por ingresos, condiciones de vida o educación, entonces es la propia pobreza la determinante mas simple para enfermar. Por otro lado, considerando los reportes institucionales internacionales acerca de el vivir en la pobreza, ellos mismos asocian a la pobreza con altos promedios de enfermedades crónicas e infecciosas. Sin embargo ante lo expuesto, no es posible dejar de mencionar que mientras la inversión en salud de una sociedad, sea caracterizada por la inequidad, por la intervención de accionistas desiguales producto de un sistema de ganancia y comercio, de propiedad y explotación humana, problemas tan graves como el de la obesidad y sus implicaciones son parte de la obscenidad del sistema social hacia los individuos; obesidad, pero esta vez no nos referimos solo a la obesidad de un conjunto de individuos, si no también la obesidad de un sistema global, de toda una cultura, es decir la obesidad social y la respuesta obscena del propio sistema, que hace que el modelo de salud predominante del primer mundo, capitalista y homogéneo caracterizado por la desigualdad, la privatización y la exclusión al acceso de los servicios, maneje la salud como una mercancía. Necesitamos una sociedad mundial mas justa, mas de iguales, no conglomerados nacionales o regionales desiguales. No a la obesidad social, no a la obscena respuesta del sistema, si a un plan de conjunto de individuos, libremente asociados. Este ensayo, aspira a llamar la atención sobre la influencia y las repercusiones que tiene la llamada "economía de mercado", sobre aspectos de la salud del individuo, como es la obesidad que prácticamente es ya integrante actual del mundo globalizado; se pretende adentrarnos en un análisis de los determinantes sociales que inducen a enfermedades como la obesidad así como las consecuencias en el individuo y en la sociedad. Obesidad y control social Hablar de la obesidad del sistema social, de una cultura es remitirse a aspectos sociales. Cada marco colectivo para sostenerse y reproducirse, requiere de un "modelo de sujeto", que lo haga posible. Las mismas sociedades que hace siglos posibilitaron una determinada "forma de sujetos", acorde con las significaciones imaginarias propias de cada momento histórico, hoy no funcionarían para el desarrollo del mundo capitalista. Desde este punto de vista, la obesidad del sistema y la obesidad individual, son dos procesos estrechamente unidos y hasta se puede decir que uno podría ser producto del otro. La obesidad de toda la cultura, es espectral, en absoluto carente de peso, es "Bofa" y por lo tanto flota ante la expectativa de la sociedad, y encarna en cada instante en lo individual como una forma ideal en el reconocimiento del nicho social cerrado, autogestionado. Desde este punto de vista ¿qué sujeto es funcional al modelo social? ¿qué formas psíquicas y por lo tanto físicas son esperables y deseables para las creencias y valores dominantes?. Sin lugar a dudas en el capitalismo global, el soporte subjetivo de la organización social es el llamado, cliente o consumidor. La subjetividad del consumidor está constituida, para valorar y tender hacia determinadas prácticas, el consumo es la ilusión de la inmediatez de las satisfacciones. Con igual criterio las modernas corrientes médicas, nutriológicas, farmacológicas, etc., sostienen que es posible encontrar algún remedio a la obesidad, para dejar de tener sobrepeso y ajustarse a la norma ideal de peso y talla aceptada y reconocida por la misma sociedad, para no sentir angustia, depresión, etc.; es de esta manera, que el cuerpo se va llenando, se va preñando, sin llegar a parir, el cuerpo crece, es como si se almacenara todo, con una potencialidad monstruosa, hacia la enfermedad y la muerte. Todo esto nos hace afirmar que las características de los sujetos o las oportunidades de actuar no hacen posible la figura social del obeso, si esta no estuviera previamente establecida como tal. En otras formas socioculturales, esto no tendría existencia, no porque no hubiera sobrepeso y obesidad sino porque las prácticas humanas no eran calificadas y evaluadas en esos términos. De la misma forma los criterios de salud y enfermedad están pautados culturalmente, por lo que no deben naturalizarse o aceptarse acríticamente. Po otro lado es frecuente que la salud se asocie con la noción de normalidad, como expresión de la "norma social" o con sentido estadístico, produciéndose deslizamientos que implícita o explícitamente equiparan este término, con el de "salud" desde un criterio puramente adaptativo al sistema social. Ser normal desde esta perspectiva implica tener comportamientos conforme a los marcos sociales," el desviado" será entonces considerado "anormal", "enfermo" o "desadaptado"; siendo aquí donde se desarrolla lo obsceno del problema de la obesidad. Con el manejo de ese doble discurso, grosero, hacia la sociedad, por un lado se promueve la alimentación desequilibrada, caótica en cuanto al contenido nutricional, rodeada a menudo de un contexto adverso, laboral, económico, personal, etc., sobre todo en nuestros países en desarrollo. Se alienta al consumidor, se le "engancha" en una búsqueda de la solución aparente hacia sus problemas de obesidad, hacia el consumo de ciertos productos alimentarios y por otro lado , se exige una figura moderna aceptada socialmente, sobre todo para la mujer, que tiene que ser delgada, con piel firme y pechos y glúteos rozagantes y feliz, que nada tiene que ver con la realidad de los individuos que tienen obesidad. Por lo tanto toda manifestación de originalidad, en cuanto a alimentarse diferente a como lo dictan los medios de comunicación, es decir toda conducta diferente a lo esperable, se puede convertir en un "desorden"; en todo caso es pertinente preguntarse: la subjetividad que instaura el capitalismo global como normal, es lícito considerarla saludable? ; las pugnas entre diversos grupos y sus múltiples efectos en el campo científico y social del tema de la obesidad, determinan el conjunto de prácticas que legitiman cada momento histórico. Es así como se organizan distintos discursos, muchas veces entrecruzados, jerarquizados y articulados(en el orden macro y micros social), en torno a ciertas relaciones de poder del sistema hacia la sociedad. En la problemática que nos ocupa, encontramos diversas disciplinas, instituyendo dispositivos "terapéuticos "acompañados de las normas "que dicta la sociedad", hacia un cuerpo saludable y con un aspecto físico estipulado por el sistema que establece entre otras cosas, qué tipos de alimentos se deben consumir, dependiendo de cómo y con quien estén; de esta manera por una parte se incentiva el consumo de los alimentos "basura" y por otra condena a los cuerpos con sobrepeso y obesidad determinando criterios vagos, equívocos, y confusos, sobre la buena alimentación. La impresión de todo esto parece mas cercana a mantener certezas indemostrables y convicciones dogmáticas, que a la intención de conocer y comprender mas sobre la problemática. La obesidad el lado oscuro de la globalización En el "capitalismo global" donde el eje es la segmentación del "Cliente", según su capacidad, para el consumo de determinados productos alimentarios; se le impone al sujeto, qué "opciones" tiene en cuanto a los productos mencionados y solo podrá desistir bajo su propio riesgo, es decir el ser juzgado por su medio por no seguir las normas del sistema; debe quedar claro que son muchos los factores que influyen para que una persona siga una alimentación equilibrada, desde cuestiones, económicas, políticas y sociales hasta culturales, todos directamente relacionados con el fenómeno de la globalización, al referirnos al consumo de los alimentos podríamos decir que nos referimos a último eslabón del proceso alimentario, lo cual lo podemos considerar como un resultado de los procesos que forman un sistema social. Dado lo anterior, podemos percibir que nuestra organización social, no ofrece ninguna posibilidad de reflexión o libertad, de cómo alimentarnos correctamente, siendo que de ello depende en gran parte nuestra calidad de vida; el consumidor, en este caso tiene entonces solo la posibilidad de elegir entre los múltiples alimentos que se ofrece, pero siempre que "acepte" ubicarse, en el segmento que el nuevo orden le ofrece. El sistema adquiere entonces, una postura centralizadora y monopólico, ocultando bajo un discurso técnico, su intención de ejercer un efectivo control social. Curiosa situación, por un lado una percepción social negativa y por otro un conocimiento positivo que produce el desarrollo de teorías que se ocupan de "corregir", esa anomalía (obesidad)y que permiten normalizar a los sujetos"desviados" (obesos). La globalización, implica, nuevos colonizadores de un territorio, dictaminan, cómo deben ser sus habitantes y qué hábitos o conductas deben modificar para beneficio de un sistema que no le interesa en lo mínimo el bienestar de las mayorías. Bibliografía Nieto H. ; Boletín de temas de Salud , 8(68); Obesidad la Enfermedad del Siglo XXI; Asociación de Médicos Municipales de la Ciudad de Buenos Aires; Jun. 2001. Peña M:; Obesidad y Pobreza en América latina; OMS; OPS; Rev. Obesidad 2001. Porzecanski T. ; Aspectos Antropológicos de la Nutrición Humana. Rev. Chil. Nutr. 22(2):91-97, Santiago, Chile, 1994. Romo, M:; El Problema de la Obesidad en Chile, ¿Globalización de las Pautas Culturales de la Alimentación?; Cuarto Congreso Chileno de Antropología; Santiago de Chile, 2001. Socarrás M. ; Amaro M.; Blanco J. ; Interrelación dialéctica entre lo Biolólogico y Social en Relación con Factores de Riesgo Cardiovasculares en Pacientes Diabéticos Obeso Tipo 2. 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