¿Intromisión o solidaridad recíproca?

América Latina progresista en Monterrey

14/01/2004
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Seguramente Estados Unidos estará arrepintiéndose de haber convocado la Cumbre de Monterrey en un contexto internacional poco favorable para sus planes de expansión hegemónica en América Latina; y aunque intentará enfocar la reunión presidencial en terrorismo, inmigración y ALCA, no podrá esquivar fácilmente el creciente disgusto que ha surgido entre los países latinoamericanos que se niegan a seguir dócilmente su política neoliberal. Pero quizás lo que nunca esperó el gobierno estadounidense, fue la solidaridad recíproca de los gobiernos de Argentina, Venezuela, Bolivia y Brasil sobre aspectos políticos y geoestratégicos que ha sido catalogada por la derecha pitiyanqui como una "intromisión" desde el estrecho y anacrónico lente de la Guerra Fría. Argentina Después de largos años de humillación "menemista" que le hizo ganar el calificativo de "lamebotas", Argentina asiste a la Cumbre de Monterrey dispuesta a no abandonar su nueva política exterior soberna e independiente de los Estados Unidos. A raíz de las duras críticas que realizó la administración Bush sobre el encuentro del presidente Néstor Kirchner con el líder cocacolero Evo Morales en noviembre y la visita que realizara a La Habana el canciller argentino Rafael Bielsa, el gobierno argentino dejó por sentado que "su política de acercamiento con Cuba [y su apoyo a Bolivia] no variará." (La Jornada, 12 de Enero de 2004) Precisamente, la relación de solidaridad recíproca entre Argentina y Cuba ha permitido la instalación en el país suramericano de 240 "puntos de alfabetización" con el método de enseñanza cubano "Yo sí puedo." (El Clarín, 11 de Enero de 2004) Sin embargo, el hostigamiento de la administración Bush hacia Argentina también pretende que el país suramericano abandone su política de "un solo bolsillo" con la cual se privilegia el pago de la deuda externa con organismos multilaterales como el FMI y Banco Mundial para luego cancelar con el remanente la deuda de acreedores privados. En este sentido, el presidente Kirchner realizará su primera reunión en Monterrey con el director gerente del FMI, Horst Köhler, quien le explicará "las presiones que está padeciendo por parte de los acreedores para que Argentina le haga una oferta con una quita menor al 75 por ciento propuesto en Dubai, el último septiembre." Buena parte de estas presiones han venido de la propia administración Bush, que a través de su asesora de seguridad, Condoleezza Rice, le advirtió al gobierno argentino que era hora de "hacer sus deberes" y "tomar decisiones difíciles en lo económico." (El Clarín, 12 de Enero de 2004) A pesar del creciente hostigamiento, el gobierno del presidente Kirchner anunció que mantendrá sus relaciones con Cuba, que la propuesta de quita de 75% es "inamovible" y que no habrá aumentos para el pago de la deuda externa "porque hacerlo pondría en peligro el crecimiento". Esta posición fue reafirmada por el embajador de Argentina en Washington, Octavio Bordón, al manifestar que "Argentina no quiere tener conflictos, quiere tener dignidad." ( La Jornada, 12 de Enero de 2004) Venezuela La dignidad de Argentina fue aplaudida y respaldada por el presidente Chávez, al tiempo que rechazaba tajantemente la intromisión de Washington en los asuntos internos de Venezuela. Y es que la administración Bush ha realizado innumerable declaraciones de manera sistemática que intenten involucrar al gobierno venezolano con las guerrillas colombianas y el movimiento popular boliviano que derrocó al presidente neoliberal y principal aliado ­ léase monigote - de Washington, Gonzalo Sánchez de Lozada, así como con el financiamiento de movimientos insurgentes para "desestabilizar las democracias" de los gobiernos pro-yanquis de la región y socavar el régimen democrático de Venezuela, aunque para ello defienda, auspicie y financie a los grupos golpistas de la extrema derecha que participaron en el golpe de Estado del 11 de abril de 2001. Según relata el presidente Chávez, "en caso de que del Consejo Nacional Electoral dictaminara que la oposición no juntó las firmas suficientes para el referendo revocatorio de su mandato, Washington diría que el mandatario venezolano saboteó la consulta, y que hay que salir de Chávez." (La Jornada, 12 de Enero de 2004) Y así lo denunciara en Monterrey, además de proponer una Carta Social que reivindique el derecho a la justicia social de los habitantes de toda América Latina, y condenar la globalización neoliberal que junto al ALCA que promueve el FMI y la administración Bush, son los factores que realmente han desestabilizado a la región. Precisamente, el problema de Washington con Venezuela es su posición soberana e independiente que ha comenzado a recorrer a toda América Latina como un huracán revolucionario. El nuevo tipo de relación entre Cuba y Venezuela basada en la solidaridad recíproca ­ petróleo accesible a cambio de educación, atención medica y entrenamiento deportivo - se ha extendido a Brasil, Argentina y Bolivia, y amenaza con regir las relaciones de los países latinoamericanos en contraposición al ALCA que pretende imponer Estados Unidos de manera unilateral. Bolivia Este nuevo tipo de relación es la que ha privado también entre Bolivia y demás gobiernos progresistas suramericanos en su legitima aspiración por lograr una salida al mar. Ya no es solo el Secretario Genral de la ONU, Kofi Annan, y el ex-residente estadounidense Jimmy Carter, quienes se han manifestado públicamente a favor de una salida al mar para Bolivia, sino el propio presidente Chávez quien ha manifestado su deseo de bañarse en una playa boliviana y el presidente Lula de Brasil, quien manifestó enfáticamente que obstaculizar tal aspiración podría desestabilizar a toda la región. El nuevo presidente de Bolivia, Carlos Mesa, llegará a la Cumbre de Monterrey desatendiendo la petición de Estados Unidos de mantener su litigio con Chile por una salida al mar dentro de las relaciones bilaterales, y promoverá el antiguo reclamo boliviano en instancias multilaterales con la solidaridad recíproca de sus pares de Brasil, Venezuela y Argentina, provocando "el disimulado disgusto del Departamento de Estado y la abierta irritación de la cancillería chilena." (La Jornada, 12 de Enero de 2004) Brasil Por su parte, Brasil llega a Monterrey tras haber implementado lo que podría ser la política mas desafiante que gobierno alguno en América Latina haya realizado contra Estados Unidos: medidas de "reciprocidad" hacia la política antiterrorista de la administración Bush que obliga a todo visitante estadounidense a ser fotografiados y fichados como sospechoso terrorista de la misma manera en que Estados Unidos lo hace en su territorio con los ciudadanos brasileros. Además de sumarse a la petición de Bolivia por una salida al mar, Brasil también ha defendido la tesis de fortalecer las economías regionales y darle prioridad a la integración latinoamericana (MERCOSUR-CAN) antes de sumarse al ALCA. Considerada Brasil la octava economía del mundo, la decisión del gobierno de Lula efectivamente determinara el éxito o no de la pretensión norteamericana que desesperadamente busca como colocar sus productos en el exterior antes que su déficit comercial con Asia y Europa colapse. En este sentido, Brasil se ha opuesto rotundamente a las presiones que ha realizado la administración Bush para que los 34 países que asisten a la Cumbre en Monterrey ratifiquen su decisión de plegarse al ALCA en el 2005. De acuerdo al diario EL Clarín (12 de Enero de 2005), "el presidente del Brasil, Lula da Silva, rechazó ayer esa propuesta que no estaba en el temario original de la cumbre y advirtió con dureza que no quiere firmar una declaración donde figuren compromisos con los plazos para el despegue del ALCA", y junto a Argentina se opuso a la propuesta de "firmar ya las bases económicas obligatorias para el área de libre comercio", lo cual hizo que el Primer Ministro de Canadá, Paul Martin, fuese el primero en manifestar en Monterrey que la idea de un área de libre comercio para 2005 era "irrealizable." (CBC, 12 de Enero de 2004) Giro a la izquierda Lo ultimo que le faltaba a Estados Unidos era enterarse que el nuevo alcalde de Bogotá, Luis Eduardo Garzón, también se reunió recientemente con Fidel Castro. De acuerdo al semanario El Espectador (12 de Enero de 2004), "la CIA le manifestó a la Embajada de Colombia en Washington la preocupación por el encuentro de Garzón con el líder cubano", ya que existe "un temor palpable por el ascenso de políticos de izquierda al poder y por la fuerza que esta corriente tendría en la región." En este sentido, El Espectador cita a una fuente anónima del Departamento de Estado la cual manifestó que "el giro a la izquierda que está dando Latinoamérica es algo que Estados Unidos no puede tolerar." Para el catedrático argentino Claudio Katz, este temor se debe a que el surgimiento de la izquierda en América Latina, integrada desde adentro política y económicamente a través de la solidaridad recíproca, puede muy bien obstaculizar sus prioridades en la región: "avanzar con el ALCA y reforzar el cobro de la deuda externa- consolidar la dominación comercial y financiera del imperialismo- afianzar el control de su 'patio trasero'" manejar directamente los recursos estratégicos de la región, especialmente el petróleo de México, Venezuela y Ecuador, los bosques de la Amazonia y las reservas de agua de la Triple Frontera." (La Jornada, 12 de Enero de 2004) En este sentido, los pronunciamientos de Argentina, Brasil y Venezuela a favor de la aspiración de Bolivia hacia una salida al mar, la defensa de sus relaciones con Cuba, la prudencia explicita con que han asumido el ALCA impidiendo que se le incluya en la declaración de Monterrey, y su rotundo rechazo a las recientes declaraciones de la administración Bush contra Venezuela, responden a un nuevo tipo de relaciones entre los países progresistas de América Latina basada en la solidaridad reciproca, la cual tendrá en Monterrey su primer espacio de acción y difusión. A mala hora que vino Estados Unidos a convocar la Cumbre de Monterrey.
https://www.alainet.org/es/articulo/109078
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