ALCA extra light para pueblos hambrientos

18/04/2004
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Las negociaciones del ALCA se retrasan en la búsqueda de acuerdos comunes que no se concretan. Estados Unidos recurre a diversas presiones, algunos gobiernos se muestran reacios y los pueblos manifiestan su rechazo. Hombres, mujeres y niños hambrientos del continente claman justicia y dignidad mientras su futuro se negocia entre unos pocos. Esto es América. Pese al fracaso que se han evidenciado en las últimas negociaciones del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), Estados Unidos no pierde sus expectativas y continúa intentando llegar a un acuerdo, aunque utilizando ahora su táctica del ALCA de dos pisos. El ALCA extra light (o piso 1) es una estrategia para lograr la pronta firma de todos los países del continente americano –excepto Cuba-, que deja para una segunda etapa la apertura mayor de los mercados sudamericanos. El piso 2, más ambicioso, apunta a posibles acuerdos plurilaterales o bilaterales que profundicen las relaciones comerciales entre los países firmantes del ALCA extra light. Lo cierto es que la propuesta de un ALCA más liviano se orienta a establecer puntos comunes que apuren el consenso a la hora de negociar, sobre todo con los países del Mercosur que se mantienen reacios a poner la firma a causa de los fuertes subsidios de los Estados Unidos a su agricultura. Al no llegar a ningún acuerdo en febrero de 2004 en Puebla, la Comisión de Negociaciones Comerciales (CNC) del ALCA estipuló una reunión informal para el 9 y 10 de marzo en Buenos Aires. Sólo que esta vez con el objetivo preciso de "destrabar" las negociaciones con los países del Mercosur. En consecuencia, un número reducido de naciones asistieron a esta reunión. En total se hicieron presentes 12 delegaciones representantes del Mercosur, el Pacto Andino, la Comunidad del Caribe (CARICOM) y el Grupo de los 5, conformado por Estados Unidos y sus países aliados en las negociaciones de Puebla: Canadá, México, Chile y Costa Rica. El intento de convencer al Mercosur de ingresar a una primera fase del ALCA culminó en un nuevo fracaso, sustentado en el rechazo a las exigencias de Estados Unidos y sus aliados por parte de los tres bloques presentes en la reunión informal de Buenos Aires. El vicecanciller argentino, Martín Redrado, al concluir la segunda jornada de negociaciones explicó que no se pudieron alcanzar "acuerdos mínimos" y esto llevó a retrasar la siguiente reunión programada por la CNC en la ciudad mexicana de Puebla. El ALCA viene con políticas de imposición Al igual que en Puebla, la sociedad civil se hizo presente en Buenos Aires para manifestar su rotunda oposición al ALCA y un grupo de delegados pertenecientes a la Autoconvocatoria contra el ALCA ingresó a la reunión ministerial para debatir con los negociadores latinoamericanos. Como representante de la autoconvocatoria, Adolfo Pérez Esquivel afirmó que el ALCA "no viene sola, viene acompañada de la instalación de bases militares, viene con políticas de imposición". La política imperialista de Estados Unidos, que será legitimada por todos los países del continente con la firma del ALCA, no necesita del acuerdo para avanzar sobre los pueblos hambrientos de América Latina. El modelo capitalista neoliberal profundizado en las últimas décadas con la creciente dictadura de los mercados ha permitido que las empresas multinacionales y los gobiernos fascistas instalen un modelo de pobreza generalizado. Los acuerdos de comercio bilaterales o multilaterales de Estados Unidos con los países latinoamericanos, los planes militares, los oligopolios transnacionales y los modelos de ajuste implementados para perpetuar la pobreza, hacen que el ALCA sea una manera de acrecentar las brechas sociales y otorgar mayor fuerza a los poderíos económicos, en comunión con el imperialismo norteamericano. Como afirmó Tovar Da Silva Nunes, coordinador de las negociaciones en representación del gobierno de Brasil, "el ALCA no es comercio solamente y además no es libre". Pero a la vez que el Mercosur se niega a acceder a las presiones de los Estados Unidos con la firma del ALCA extra light, negocia un posible acuerdo de libre comercio con la Unión Europea. Pues los gobiernos del Mercosur se enmascaran bajo las dificultades en la negociación de los puntos del ALCA, al tiempo que responden a grandes intereses de diversos sectores. Su política no consiste en oponerse al libre comercio de un sistema que perpetúa las injusticias sino ver de qué manera se benefician mejor sus empresarios con los acuerdos comerciales internacionales. La negociación del ALCA por parte de Brasil –el mercado más importante de Sudamérica- según sus delegados, apuntará de ahora en adelante exclusivamente al acceso a mercados, es decir a la discusión con Estados Unidos sobre reducción de aranceles, eliminación de barreras no arancelarias y otorgamiento de compensaciones por la no eliminación de los subsidios agrícolas en ese país, y excluirá los puntos más álgidos en los que no se logra llegar a ningún acuerdo. A la hora de enfrentarse a las presiones del imperialismo estadounidense, el gobierno bolivariano de la Venezuela de Hugo Chávez es el más firme en su posición crítica, a la vez que busca la integración al Mercosur para crear un bloque de mayor fuerza frente a las imposiciones de Washington. Mucho de los avances o trabas de las próximas negociaciones del ALCA recaerá en los gobiernos del Mercosur, especialmente de Lula pero también de su par en Argentina, Néstor Kirchner, desde el intento de establecer puntos comunes en los acuerdos de ambos países. La respuesta está en los pueblos A sabiendas de que los gobiernos latinoamericanos intentarán llegar a un acuerdo que beneficie a los empresarios y no a los pueblos, los habitantes de los países latinoamericanos continúan alzando su voz de rechazo al ALCA y a cualquier acuerdo o plan que perpetúe la miseria y el hambre de millones de hombres, mujeres y niños. Con ese fin, la sociedad civil se reúne y moviliza en todos los países del continente; desde los diversos grupos se realizan consultas populares, proclamas y documentos para manifestar el repudio a un sistema de exclusión y pobreza que acrecienta las desigualdades y alimenta a los poderosos. Para que las necesidades de los pueblos andinos sean escuchadas, las organizaciones sociales, de productores, campesinos, indígenas, jóvenes, ambientalistas, sindicalistas y otros de Bolivia, Ecuador, Perú y Colombia decidieron realizar de manera coordinada una movilización el día jueves 15 de abril de 2004 como una primera jornada andina de protesta contra el ALCA y los tratados bilaterales de libre comercio con Estados Unidos. De firmarse el ALCA extra light o de dos pisos, los pequeños productores y campesinos saben que serán desplazados tal como sucedió en México con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). Las desigualdades del mercado y la producción estadounidenses con respecto a los países de América Latina permitirán que el ALCA sólo beneficie a las transnacionales y los grandes grupos empresarios. Sin embargo, el retraso en las negociaciones no asegura el crecimiento independiente y soberano de los países latinoamericanos ni mucho menos una tregua en la avanzada imperialista de los Estados Unidos. Mientras los ministros traban y destraban las negociaciones, es responsabilidad de los pueblos continuar presionando a sus gobiernos para que implementen nuevas políticas de Estado que sirvan a todos y no a unos pocos. Y es un derecho de todos trabajar por una verdadera integración latinoamericana, de su cultura y de su gente, y no de sus mercados. * Florencia Copley es periodista, jefe de redacción de Pacificar.com
https://www.alainet.org/es/articulo/109777

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