Si algo puede rescatarse del horrible atentado en Londres es, precisamente, la convicción que titula esta nota pues nos deja una enseñanza y una clara amenaza que debemos tener en cuenta todos aquellos que pensamos en un mundo y en una Argentina distinta. Evidentemente, la esquizofrenia y la histeria no son patrimonio solamente del Presidente Kirchner, sino también del Emperador George Bush y del Premier británico Tony Blair; más aún, teniendo en cuenta las declaraciones efectuadas por éste en respuesta a los hechos que dejaron una estela de muertos y heridos en la capital inglesa. Sin embargo, nos encontramos ante un hecho horroroso que no debe empañar nuestra memoria acerca de las muertes y de la gran cantidad de heridos que ha generado la invasión en Irak, como también en Afganistán, en Corea y en Vietnam por parte del Imperio. Si bien el 11S como el 11M fueron de una violencia inusitada, al igual que la del 7J, nos deberíamos preguntar si en realidad no son respuestas generadas por el Imperio para imponer el terror con el deliberado fin de acumular poder, teniendo en cuenta la actual resistencia iraquí y la emergente rebelión latinoamericana en Venezuela, Ecuador y Bolivia. Nada es casualidad y nada nace de un repollo... Tal como han pensado algunos, y adhiero a este pensamiento en particular, la intención es permitirle retomar la iniciativa perdida a Tony Blair, quien fue desairado por Francia y Alemania debido a su intransigencia con respecto a las cuestiones relativas a la Unión Europea pero deberíamos añadir la necesidad imperial de imponer el miedo como una forma de dominación, como una forma de acallar las voces diferentes al pensamiento único que vienen sosteniendo las grandes calamidades de un capitalismo que sigue destruyendo el medioambiente y a sus habitantes, que sigue buscando su propio interés en aras de la acumulación de capital. De lo que se trata, precisamente, es de sobrevivir al miedo, al terror impuesto por el Imperio para poder seguir buscando la verdadera alternativa al genocidio humanitario, tanto en África como en América Latina. A nadie escapa que este tipo de acciones, realizadas por dos viejos parientes como Bush y Osama Bin Laden, no son más que una mascarada para perpetuar la dominación imperial en tiempos de aceleración del agotamiento de los recursos naturales y de la posibilidad malthusiana de la escasez de alimentos frente al incremento de la población mundial. La esquizofrenia de la violencia imperial intenta, una vez más, que todos los habitantes de este planeta sientan miedo ante este tipo de hechos luctuosos y que, en consecuencia, acepten la realidad que imponen los multimedios, la perpetuidad de la pobreza y la verdad relativa del capitalismo en versión neoliberal como única solución para los males actuales. Sin embargo, cuando en la Argentina se dice desde el poder que los periodistas y el periodismo en general tenemos un ataque de histeria y que somos esquizofrénicos, también debemos pensar que el Imperio sustenta exactamente lo mismo porque no defendemos sus intereses, sino los de aquellos que pretenden vivir dignamente y en paz. Sobrevivir al terror es el desafío de la hora, ante terroristas que no tienen religión ni nacionalidad, ante personeros de la muerte que no necesitan armas para seguir matando e hiriendo a quienes pretenden justicia porque, en rigor de verdad, el neoliberalismo es un arma mortífera con la cual hacen añicos los sueños y las ilusiones como también lleva a la muerte y a la discapacidad de millones de personas en este planeta. Tal vez, no exista mejor bomba que la del hambre, la pobreza y la exclusión social para seguir sustentando al Dios mercado pero está en nosotros superar el miedo para exigir justicia y el cese de esta violencia política y militar a sus personeros: Bush, Blair, Aznar, Berlusconi y Sharon... - Prof. Juan Carlos Sánchez Cs. Jurídicas, Políticas y Sociales (I. S. P. "Dr. Joaquín V. González")