Cumbre en La Habana

Una posible agenda para los No Alineados

13/09/2006
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  • Opinión
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Aunque el mundo cambió mucho, todavía persisten los viejos temas que dieron origen al movimiento de los NOAL. Pero ahora el denominado Tercer Mundo se encuentra en mejores condiciones para incrementar su autonomía. La cuestión económica, y la comercial –de la cual es un apéndice- adquiere cada vez mayor importancia entre los países del antes llamado Tercer Mundo. Y dentro del Movimiento de los No Alineados (NOAL), que surgiese con otros objetivos, también se va incorporando el concepto de estrechar vínculos también económicos. Lo que se discute desde el martes en la capital cubana tiene mucho de político, pero también se ve reflejada una conciencia de estrechar los vínculos entre naciones que representan a más de la mitad de la población mundial. Desde la creación del NOAL, en Belgrado en 1961, el mundo cambió demasiado. Hasta incluso, ya no existe la nación de la que la antes mencionada ciudad era la capital. Desde ese encuentro en Yugoslavia hasta la actualidad, por ejemplo, la zona del Asia Pacífico creció a tasas altísimas, y algunos de los países de esa zona están cerca de considerarse desarrollados. Aunque heterogéneo, los No Alineados compartían muchas deficiencias. La mayoría habían sido colonias de estados europeos hasta la historia reciente. La pobreza era mayoritaria, los servicios básicos estaban vedados a las poblaciones, la riqueza por habitante era muy baja, dependían del capital extranjero y no tenían producción de conocimiento propia. Aunque no en forma radical, la situación cambió. Es decir, en algunos de estos países la situación sí cambió radicalmente, pero en otros todavía persisten los inconvenientes de antaño. Pero lo más destacable es que, en este momento, los países de esta vasta agrupación pueden recurrir a la solidaridad entre ellos sin necesidad de acudir a las potencias mundiales. Si hoy un país del Tercer Mundo desease adquirir un reactor nuclear para generar energía eléctrica, podría comprárselo a Argentina; de hecho, Australia compró uno a la empresa argentina INVAP, que ya se encuentra en instalado en la isla. Si otra nación requiere aviones de pasajeros, podría recurrir a Brasil; de hecho, China realizó un pedido por 100 aeronaves a la empresa brasileña Embrear. Singapur, Emiratos Arabes, Qatar, son importantísimos centros financieros donde recurrir en busca de capital. La India es un enorme productor de software y de medicamentos. Y poseen el 86 por ciento del petróleo mundial, gracias al subsuelo de Arabia Saudita, Venezuela, México, Bahrein, Kuwait y Nigeria, entre otros. La posibilidad de expandir el comercio Sur-Sur (antigua expresión geopolítica) es evidentemente cierta. Por ejemplo, en lo que va de siglo, Estados Unidos, la primera potencia mundial, comercia más con el Tercer Mundo que con las naciones desarrolladas; aunque vale la aclaración que es con México con quien más intercambia bienes –ambas naciones integran junto a Canadá el Northern American Free Trade Agreement (Nafta). Los bancos del Golfo Pérsico y de Singapur están desbordantes de efectivo gracias al precio internacional del petróleo, en una situación desfasada 180 grados con lo ocurrido durante la Crisis del Petróleo de 1973. El sudeste asiático (Filipinas, Indonesia, Malasia, Tailandia, etc.) es un polo tecnológico de primer nivel. Y los atractivos turísticos del Tercer Mundo atraen cada vez a mayores contingentes de viajantes. Este medio ha reflejado como el comercio de los países de América Latina crece en dirección de China –por la voracidad de esta nación por los bienes básicos producidos en esta región- pero también hacia India, Medio Oriente y Africa toda. En forma inversa se da el mismo escenario. Las diferencias de desarrollo relativo y de ingreso entre algunos miembros del NOAL son realmente notables. Entre los 53.539 dólares anuales de ingreso por habitante en Qatar y los apenas 83 dólares de Myanmar (datos del Fondo Monetario Internacional correspondientes a 2006) existe un abismo “abismal”, si se nos permite el juego de palabras. Pero en el Tercer Mundo están ubicados la mayor parte de los recursos naturales, a la vez que la incorporación de tecnología eleva la productividad de la tierra y de la industria año a año. Como lo expresase el propio canciller de Venezuela, Nicolás Maduro, la nueva agenda del NOAL debe ser "la lucha por el desarrollo económico, de la superación de la pobreza, y, sobre todo, de consolidar la independencia política sobre nuevas bases económicas y sociales". Pero las condiciones están dadas para que el intercambio Sur-Sur se incremente y que se puedan alcanzar grados de desarrollo independientes de los dictados del bloque hegemónico. Queda en el haber crear instituciones de distinto tipo que reflejen los intereses de los No Alineados. Evidentemente, tanto el FMI como el Banco Mundial (BM) como la Organización Mundial de Comercio (OMC) no satisfacen las necesidades de las naciones económicamente más atrasadas –algunas menos que otras. Una propuesta sería la de crear institutos que mejoren la integración verdadera entre estos países, el acceso a los mercados, la transferencia de conocimiento y tecnología, la soberanía alimentaria y energética. El Tercer Mundo, las Naciones en vías de Desarrollo, los Mercado Emergentes, los Países Menos Adelantados (PMA) o cualquier otro eufemismo que se utilice para nombrar a este grupo de naciones, tiene la oportunidad de poder avanzar hacia la superación de su atraso estructural. Falta la decisión política. Fuente: Agencia Periodística del MERCOSUR (APM), Mar del Plata / Argentina
http://www.prensamercosur.com.ar
https://www.alainet.org/es/articulo/117059
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