La red que nos controla

14/09/2006
  • Español
  • English
  • Français
  • Deutsch
  • Português
  • Opinión
-A +A
Buscar es la actividad más común de Internet. Pero cada vez que realizamos una búsqueda en la Red porque necesitamos información, no somos conscientes de que también la estamos ofreciendo. Nuestras preguntas y consultas llegan al ciberespacio donde se van generando unos ficheros, llamados logs de servidor, en los quedan registrados datos como el texto de la solicitud, el día y la hora en que se realizó y la dirección IP, que identifica al ordenador desde el que se hizo la búsqueda. En algunos países, esos datos personales están protegidos por la Ley y su manipulación fuera de un estricto protocolo de seguridad constituye delito. En todo caso, los usuarios hemos de ser conscientes de los datos que ofrecemos en Internet. Vamos dejando pistas que muestran nuestras preferencias, costumbres, tendencias e incluso nuestros deseos y sueños. Uno puede ser aficionado al submarinismo, querer adelgazar, tener una moto Yamaha, y ser socio del Real Madrid, ¿Qué hacen los buscadores con toda esta información? Para un director de marketing, acceder a ese tipo de ‘perfil emocional’ que se deduce de las consultas realizadas puede resultar de gran valor. Si se exprimen esos datos con las búsquedas de millones de clientes, se pueden deducir sus niveles de ingresos, su orientación sexual y religiosa, etc. con lo que quedan dibujadas las intenciones, gustos, preferencias y temores de sus clientes. El 80% de los navegantes españoles realiza unas 10 millones de visitas al mes en Google. La empresa gestora asegura que se utilizan esos ficheros para mejorar la seguridad de sus servicios o su calidad, pero lo cierto es que conservan esos datos “mientras sean útiles”. Enlace por enlace se va creando un archivo sin precedentes. Nuestras preferencias se pueden descubrir, citar, archivar, rastrear y explotar para todo tipo de fines. La utilidad es evidente, pues permite ofrecer un tipo de publicidad cada vez más segmentada y especializada, a la medida de los clientes. El negocio de insertar publicidad en las búsquedas se basa en conocer cuáles son exactamente las palabras más solicitadas, y en informar a los anunciantes para que puedan pujar por ellas. Se venden posibles compradores. America On Line (AOL) colocó el mes pasado en una web los datos de 23 millones de búsquedas realizadas por 650.000 usuarios durante tres meses. La compañía hizo pública la información para que fuera utilizada por la comunidad investigadora, pero la decisión provocó un escándalo. A pesar de que los usuarios no estaban identificados, los resultados decían mucho de ellos: sus aficiones, deseos, intenciones y sueños más ocultos. Cuando AOL se disculpó y retiró la página, ya la habían copiado y estaban analizando con lupa los datos más de mil personas. Al parecer, también en el mundo virtual de Second Life (SL) se ha abierto un agujero informático que liberó los datos de 650.000 clientes. En este espacio donde los clientes pueden escaparse de su vida cotidiana y vivir sus fantasías, el peligro real se hizo presente con la entrada de un intruso que accedió a la base de datos. La posibilidad de que alguien pueda manipular los nombres, la dirección postal, los pagos y la contraseña de acceso ha indignado y preocupado a los clientes. La empresa gestora, para evitar problemas ha pedido a los usuarios que habitan en SL que cambien sus contraseñas. Los expertos en seguridad advierten de que la mala costumbre de los usuarios de Internet de emplear la misma contraseña en los distintos sitios adonde acuden, hace posible que los piratas puedan emplearla en los lugares frecuentados por una posible víctima. No resulta extraño que los nuevos medios generen nuevas situaciones hasta ahora inéditas. Es insuficiente decir que ‘en la Red se nos espía’, cosa que habrá que perseguir, es también muy importante que cada uno seamos conscientes de no ofrecer nuestros datos sin la suficiente reserva y contrastar la seguridad de los lugares donde hacemos nuestras consultas. - María José Atiénzar, periodista. Fuente: Centro de Colaboraciones Solidarias (CCS), España.
https://www.alainet.org/es/articulo/117075

Del mismo autor

Suscribirse a America Latina en Movimiento - RSS