Denuncian indiferencia de gobiernos durante accidente de Matayaya

Política migratoria afecta imagen del país en el exterior

03/10/2006
  • Español
  • English
  • Français
  • Deutsch
  • Português
  • Opinión
-A +A
Santo Domingo La política migratoria de la República Dominicana donde las repatriaciones masivas y las violaciones sistemáticas de los derechos humanos de los/as ciudadanos/as haitianos/as son hechos de denuncias frecuentes, está afectando negativamente la imagen internacional del país, con cuestionamientos, criticas y observaciones de organismos multilaterales, organizaciones no gubernamentales (ONG) y los medios de comunicación. Varias ONGs británicas de reputación internacional han seguido hoy el paso a sus similares estadounidenses, la Facultad de Derecho de la Universidad de Berkeley de California y MUDHA de la República Dominicana, al enviar una carta pública al Presidente dominicano Leonel Fernández en relación a la cuestión migratoria haitiana en el país. El tema ha vuelto al tapete con el accidente la semana pasada de un autobús repletos de repatriados/as haitianos/as que al volcarse en el río Matayaya cerca de la sureña ciudad de Elías Piña, puso en grave peligro a los/as pasajeros/as y sus custodias/os dominicanos/as que salvaron la vida milagrosamente. Las preocupaciones internacionales sobre la migración haitiana remontan a la masacre ordenada por el dictador Rafael Leonidas Trujillo en 1937 que hizo a miles de victimas haitianos y haitianas, al mismo tiempo que esa trágica ocasión selló un espíritu de solidaridad entre ambos pueblos, por las acciones de dominicanos/as que a riesgo de sus propias vidas salvaron a muchos/as ciudadanos/as haitianos/as. A mitad de los años 70 las denuncias internacionales recopilaban las condiciones de contratación, trabajo y vida de los braceros haitianos, las mismas fueron calificadas de “formas modernas de la esclavitud”. Si la primera carta pública al mandatario fechada en Washington el 11 de septiembre de este año se restringió al caso de la vergonzosa condena del Estado Dominicano por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, con relación a la negación del derecho a la nacionalidad dominicana de dos niñas de origen haitiano, la de los grupos europeos enumera otros aspectos cuyo manejo oficial hace décadas pone en tela de juicio el estado de derecho y los principios democráticos vigentes en el país. Las ONGs británicas señalan entre otros, las “deportaciones masivas que han llegado al número de 16,115” entre enero y junio del 2006.Además, las violaciones de derechos humanos perpetrados por agentes públicos apostados en la frontera, el tráfico de seres humanos con la complicidad de militares, los llamados al odio de funcionarios gubernamentales y los ataques de turbas contra ciudadanos haitianos/as o dominico haitianos. En círculos de los organismos de derechos humanos y de las ONGs de proyección mundial, se percibe una disposición de desvelar las contradicciones entre las autoridades dominicanas sobre el manejo del tema migratorio, asimismo el uso demagógico de lenguaje en el exterior a favor de los inmigrantes dominicanos, diferente al tratamiento que ofrecen a los inmigrantes haitianos. La inacción oficial para preservar la imagen de la República Dominicana en el campo del manejo del tema migratorio contrasta con la importante inversión para promover al país como destino turístico. Se advierte una tendencia oficial a cometer el error de subestimar la capacidad de las ONGs internacionales que han probado en lugares tan lejanos como el África y Asia, la efectividad de sus campañas, al afectar donde “más le duelen” a los Estados y gobiernos que han tolerado prácticas similares a las actualmente reprochadas a las autoridades dominicanas. El compromiso personal del Presidente Leonel Fernández cuya figura se está promoviendo para un tercer mandato, ha quedado establecido públicamente con sus declaraciones en junio del año pasado sobre las repatriaciones, al afirmar que las situaciones denunciadas durante las repatriaciones masivas “no se volverán a repetir en mi gobierno”. El curso de los hechos han dejado mal parado al mandatario quien deberá de definir claramente una opción: complacer a los grupos nacionalistas dominicanos cercanos al poder cuyo discurso anti inmigrante es copiado de sus pares de los Estados Unidos. O por el contrario dejar en evidencia la voluntad política de un manejo de la cuestión migratoria haitiana en la República Dominicana que refleje la visión de un Estado democrático respetuoso de sus leyes y de sus compromisos jurídicos internacionales. Fuente: Espacio de Comunicación Insular (espacinsular.org)
http://espacinsular.org/
https://www.alainet.org/es/articulo/117409?language=en
Suscribirse a America Latina en Movimiento - RSS