Me declaro terrorista
- Opinión
En nuestro hermoso país, y más allá de sus fronteras, ya no es terrorismo colaborar íntimamente con el tirano Trujillo durante 31 años (1930-1961)
No es terrorismo asesinar 4 mil personas en doce años de gobierno (1966-1978)
No es terrorismo torturar presos políticos, perseguir y deportar opositores.
Ni desaparecer a Henry Segarra, Guido Gil, (1966-1967), Narciso González (1994) y otros luchadores.
No es terrorismo lanzar un ejército contra cuatro jóvenes valientes apostados en una cueva.
El general Neit Nivar Seijas no fue terrorista.
El general Pérez y Pérez tampoco.
Balaguer mucho menos.
Ellos merecen estar en el nuevo “mural” de
No fue terrorismo ocupar a tiros, militarmente,
Ni matar de hambre a un parte del pueblo.
Ni violar domicilios, mujeres, propiedades individuales…
Ni destruir la hermosa ciudad antigua de Samaná y su patrimonio histórico cultural.
Eso tiene otro nombre: modernización y pacificación.
No es terrorismo tapiar en pleno siglo XXI un mural de gran valor histórico, sentimental y artístico, como el que pintó el maestro Silvano Lora en el paraninfo de
No, no, eso no es terrorismo en ninguna de sus formas y categorías. Se equivocan los que piensan así.
El significado de la palabra terrorismo ha cambiado sustancialmente. El lenguaje globalizador, el nuevo diccionario neoliberal, ha precisado muy bien el sentido epistemológico del término y ha corregido sus interpretaciones erróneas. El neoliberalismo globalizado ha revolucionado la semántica, invirtiendo significados.
2
Terrorismo no es terrorismo. Bombardear a Irak, matar niños (as), torturar árabes, invadir países, arrasar Beirut, destruir Afganistán…no es terrorismo ni nada parecido.
El “pintor magnífico” del mural monumental que “justamente” endiosa la figura de Balaguer y de su corte civil y militar, por encargo de Leonel Fernández y Félix Bautista leyó y asimiló muy bien los cambios introducidos en el Diccionario de
El “pintor magnífico”, beneficiario de la apertura democrática y plural del “rector magnífico”, tiene toda la razón: no hay delitos uniformados, no hay presidentes, ni ministros, ni funcionarios delincuentes en la historia del país.
La violencia y el robo que se ejercen desde el poder tienen la sagrada misión de contribuir a la paz. Solo así puede marcharse hacia la adelante
¡Y e´palante que vamos con don Leonel, su Fundación Global, y los fondos de
Las pinturas y murales por encargo de su mal gobierno tienen la noble misión de rectificar el equívoco histórico, situando “dialécticamente” a los tiranos Santana, Báez, Lilis, Trujillo, Balaguer… en la historia nacional. Sus muertos, sus robos, su entreguismo y su impronta empobrecedora, saqueadora y destructiva… son los costos “necesarios” de la llegada del progreso y la modernidad.
Tapar el Duarte de Silvano es “pecata minuta”. No olvidemos que el prócer de nuestra independencia, también, como Luperón, Gilbert, Caamaño, ManoloTavárez, Minerva Mirabal, Orlando Martínez, Jiménez Moya, Amín Abel, Narcisazo, Sagrario Díaz…, como el propio Silvano y todos los héroes y mártires de la patria, fue en su época un activo y avezado agente de la subversión y el terrorismo.
Los contratos grado a grado, las obras por encargo, silenciosamente diseñadas, deben servir al “equilibrio”, aupando sobre todo las mediocres expresiones conciliadoras de lo inconciliables en la plástica moderna y postmoderna.
La era digital permite, por demás, sepultar las originales de los maestros de la subversión, proyectando en su lugar-solo de vez en cuando y de cuando en vez- la fotografías lumínicas de sus obras. Y esto ha sido ofrecido en esta oportunidad para aplacar iras y preservar la armonía entre “los reductos del pasado “violento” y “atrasado” y el avance arrollador de “los nuevos aires de paz del progreso y la modernidad”.
Y si aun así, la exaltación de los pacificadores ofendiera demasiado a algún terrorista sobreviviente de la era cuaternaria, entonces el “pintor magnífico” le podría pedir permiso al “rector magnífico” y al “globalizador magnífico” para ofertar hacerle algunas modificaciones a su panfleto colosal a cambio de su pasividad.
Siempre por las buenas, dialogando, negociando, la perdurabilidad del producto del encargo y los beneficios de su contrato.
Porque todo lo que no sea así, todo lo que sea continuar impugnando el desagravio a los generales y jefes de gobiernos responsables de asesinatos de Estado, corrupción y represión, merece recalificarse de terrorismo y de vandalismo antidemocrático.
Borrar la reivindicación de los “pacificadores” y “modernizadores”, e incluir en la plástica sus tropelías, sería ceder frente a los “terroristas” y sucumbir frente al “vandalismo” que opera con pintura en manos y voces explosivas.
Y no importa que la colectividad lo demande. Vale más que los encumbrados autores del encargo no se ofendan, porque es lógico que ellos vean sus rostros y su “obra de gobierno” en el mismo espejo de los déspotas, criminales y gobernantes empobrecedores y corruptores, reivindicados por el “arte” bien pagado.
Por eso ante tan convincentes argumentos y realidades, no tengo el menor problema en declararme terrorista impenitente, de tomo y lomo. ¡ Y con mucho orgullo¡
Denme, por favor, más pintura negra y roja, y si me pueden hacer llegar un poco de C-4 o algo de TNT, mucho mejor. Se lo agradeceré infinitamente.
Del mismo autor
- Otra campana sobre el plebiscito 04/10/2016
- No habrá democracia sin socialismo, ni socialismo sin democracia 16/09/2016
- Reciclamientos y decadencias 04/01/2016
- PRM-PRSC: juntitos 26/12/2015
- Venezuela: causas, efectos y respuestas a un gran revés 11/12/2015
- Balance y perspectivas de la oleada de cambios en el siglo XXI 04/11/2015
- Pensando en voz alta las inconsecuencias de cierta “izquierda” y del “progresismo” 26/08/2015
- En qué está el socialismo del siglo XX? 17/04/2015
- El contrataque más eficaz 21/02/2014
- Las izquierdas y el 2016 10/02/2014