La verdadera Humanidad emana de la tierra
02/07/2007
- Opinión
Catalunya
Siempre nos han inculcado que la fuerza viene de arriba, que quienes dominan el mundo son clase superior, que solo ellos tienen posibilidad de dominio ... ¡Craso error!
América Latina insufla aire fresco a estas teorías, demuestra que el poder está en manos de la base, del pueblo, de la gente que debe trabajar para sustentar a su familia, normalmente amplia, generosa. Y lo hacen con orgullo, con pasión, por el gusto de sentirse útiles y demostrar, a quienes les tenían sometidos, que son tan válidos como el que más, con un tesón y alegría, con una honradez sin límites, que los diferencia de quienes hasta hace poco oprimían aquellos países.
Acabo de llegar del Brasil donde he convivido con gentes humildes, sencillas, de la base. Ha sido un placer escucharles, comprobar como viven, como laboran, como aman, como comparten. Estuve una semana en Sao Félix de Araguaia junto a uno de los hombres claves de aquellas tierras, un catalán ilustre que ha dedicado su vida a los pobres, Don Pedro Casaldàliga el gran Teólogo que tiene como Palacio Episcopal una casita del pueblo, como mitra un sombrero de paja, como báculo el remo que usan los indígenas y campesinos para remar por el rio Araguaia, su anillo, de coco negro. Luego pasé 10 días en la Favela Vila Prudente en Sao Paulo, seis mil habitantes, muchos niños. Casas sencillas, calles estrechas de metro y medio, tortuosas, a manera de laberintos, suelo sin asfaltar, música a tope. Un Centro Cultural, al frente del cual se encuentra otro gran hombre el irlandés Patrick Clarke, posibilita a los niños actividades extra escolares cuando salen de la escuela primaria: artes plásticas, música, teatro, instrumentos, actividades físicas como gimnasia, capoira. Los niños desayunan y almuerzan en el Centro si es de mañana, si de tarde, almuerzan y meriendan.
Conocí la experiencia de los “catadores” los que recogen basuras y tiran de un carro de más de 700 Kg. También de los que construyen apartamentos para sacar a la gente de las favelas, el estado ofrece un espacio donde construir, se hace cargo del arquitecto-ingeniero-jefe de obra. Luego, son los usuarios, quienes ocuparan los apartamentos, los que deben trabajar en la construcción de sus hogares. Llevan ya construidos más de 3 mil.
La gente sonríe, te abraza, es feliz por el mero hecho de compartir su vida con alguien que llega del exterior. No pide, no reclama tu ayuda, en todo caso te da lo poco que tiene... Su vida dista años luz de la nuestra, la de la “civilización” incivilizada en la que mal vivimos, en la que nos desesperamos en este nuestro mundo globalizado donde todo son exigencias, necesito más..., mi casa debe ser superior a la de mi compañero, debo cambiar mi coche, mi ropa, mis vacaciones...al contrario, ¿qué pensaran? ¿perderé mi ranking en la empresa? ¿me despedirán?
Con tanto agobio nadie tiene seguro nada ni siquiera su puesto de trabajo, hoy alto estanding, mañana quien sabe...Vive con el terror de perder todo.
Deberíamos revisar nuestras conductas, constatar que se puede vivir sin tanta crispación, sin tanto dispendio. ¿Compartir? ¿Por qué? Suelen ser preguntas que salen de la boca cuando propones otros modelos, o simplemente narras tus vivencias. ¿Estás loca? Pues sí, y a conciencia, feliz de poder ver el mundo desde otro ángulo, y de saber que hay una Humanidad que emerge, que a no tardar modificará la vida sobre la tierra. ¿Porqué sino están tan preocupados algunos jerarcas que se erigieron en profetas-dueños del Universo? Ellos tienen también la certeza de que la Humanidad está en fase de cambio, a bien...
- Montserrat Ponsa, periodista, Catalunya
Siempre nos han inculcado que la fuerza viene de arriba, que quienes dominan el mundo son clase superior, que solo ellos tienen posibilidad de dominio ... ¡Craso error!
América Latina insufla aire fresco a estas teorías, demuestra que el poder está en manos de la base, del pueblo, de la gente que debe trabajar para sustentar a su familia, normalmente amplia, generosa. Y lo hacen con orgullo, con pasión, por el gusto de sentirse útiles y demostrar, a quienes les tenían sometidos, que son tan válidos como el que más, con un tesón y alegría, con una honradez sin límites, que los diferencia de quienes hasta hace poco oprimían aquellos países.
Acabo de llegar del Brasil donde he convivido con gentes humildes, sencillas, de la base. Ha sido un placer escucharles, comprobar como viven, como laboran, como aman, como comparten. Estuve una semana en Sao Félix de Araguaia junto a uno de los hombres claves de aquellas tierras, un catalán ilustre que ha dedicado su vida a los pobres, Don Pedro Casaldàliga el gran Teólogo que tiene como Palacio Episcopal una casita del pueblo, como mitra un sombrero de paja, como báculo el remo que usan los indígenas y campesinos para remar por el rio Araguaia, su anillo, de coco negro. Luego pasé 10 días en la Favela Vila Prudente en Sao Paulo, seis mil habitantes, muchos niños. Casas sencillas, calles estrechas de metro y medio, tortuosas, a manera de laberintos, suelo sin asfaltar, música a tope. Un Centro Cultural, al frente del cual se encuentra otro gran hombre el irlandés Patrick Clarke, posibilita a los niños actividades extra escolares cuando salen de la escuela primaria: artes plásticas, música, teatro, instrumentos, actividades físicas como gimnasia, capoira. Los niños desayunan y almuerzan en el Centro si es de mañana, si de tarde, almuerzan y meriendan.
Conocí la experiencia de los “catadores” los que recogen basuras y tiran de un carro de más de 700 Kg. También de los que construyen apartamentos para sacar a la gente de las favelas, el estado ofrece un espacio donde construir, se hace cargo del arquitecto-ingeniero-jefe de obra. Luego, son los usuarios, quienes ocuparan los apartamentos, los que deben trabajar en la construcción de sus hogares. Llevan ya construidos más de 3 mil.
La gente sonríe, te abraza, es feliz por el mero hecho de compartir su vida con alguien que llega del exterior. No pide, no reclama tu ayuda, en todo caso te da lo poco que tiene... Su vida dista años luz de la nuestra, la de la “civilización” incivilizada en la que mal vivimos, en la que nos desesperamos en este nuestro mundo globalizado donde todo son exigencias, necesito más..., mi casa debe ser superior a la de mi compañero, debo cambiar mi coche, mi ropa, mis vacaciones...al contrario, ¿qué pensaran? ¿perderé mi ranking en la empresa? ¿me despedirán?
Con tanto agobio nadie tiene seguro nada ni siquiera su puesto de trabajo, hoy alto estanding, mañana quien sabe...Vive con el terror de perder todo.
Deberíamos revisar nuestras conductas, constatar que se puede vivir sin tanta crispación, sin tanto dispendio. ¿Compartir? ¿Por qué? Suelen ser preguntas que salen de la boca cuando propones otros modelos, o simplemente narras tus vivencias. ¿Estás loca? Pues sí, y a conciencia, feliz de poder ver el mundo desde otro ángulo, y de saber que hay una Humanidad que emerge, que a no tardar modificará la vida sobre la tierra. ¿Porqué sino están tan preocupados algunos jerarcas que se erigieron en profetas-dueños del Universo? Ellos tienen también la certeza de que la Humanidad está en fase de cambio, a bien...
- Montserrat Ponsa, periodista, Catalunya
https://www.alainet.org/es/articulo/122022
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