Las profecías comienzan a cumplirse

Alimentos subirán por culpa de los agrocombustibles

04/07/2007
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La necedad puede comprobarse cuando el necio se resiste a admitir lo evidente. Distintas organizaciones que se han ganado el prestigio sobre la base de estudios cuya seriedad se encuentra a prueba han vaticinado las consecuencias que ciertas políticas tienen sobre las personas y la economía. Un ejemplo de ellos es la advertencia que se repite sobre los perjuicios que va a traer aparejados la producción de agrocombustibles. Pues bien, ahora tanto la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) como la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) han asegurado que en un horizonte de ocho años, los precios de los commodities agrícolas van a aumentar su precio un 50 por ciento.

Esto significa que los precios de muchos alimentos que son parte de la canasta básica de millones de personas en todo el mundo, van a subir de precio un 50 por ciento. Para que se entienda: los alimentos van a encarecerse para poder llenar los tanques de los vehículos.

¿Qué dice la información difundida? "En los próximos diez años, estimamos que el aumento en los precios promedio de los productos agrícolas en los mercados internacionales crecerán entre un 20 y un 50 por ciento comparado con el promedio de los últimos 10 años", expresó a la prensa en París Loek Boonekamp, OCDE, tras ser presentado el informe “Perspectivas de la Agricultura”.

El documento es categórico: estos aumentos son consecuencia del impacto del auge de los agrocombustibles en el sector agrícola. Las previsiones se realizaron en un plazo que llega hasta 2016.

Según este informe, para Argentina los incrementos más sustanciales van a ser el trigo, las oleaginosas y la leche descremada, con un rango del 20 al 35 por ciento.

Para el caso de las oleaginosas (soja, girasol, maní, etc.) su precio pegará el salto debido a que son la materia prima para producir biodiésel. En la presente campaña, Argentina va a producir 47,5 millones de toneladas de soja, casi la mitad de toda la producción agrícola nacional.

"Los precios subirán principalmente por la bioenergía, pero también esperamos un fuerte aumento en los productos menos afectados por la bioenergía, como los productos lácteos", dijo el funcionario mencionado, que sumó a la lista los cambios de política y la mayor demanda de alimentos.

¿Qué quiere decir esto? Por un lado se va a incrementar la demanda de productos agrícolas con los cuales se pueden producir agrocombustibles: maíz, azúcar, soja, palma, etc. Como consecuencia, se va a extender la superficie dedicada a estos cultivos. Pero la superficie terrestre no es infinita, por lo tanto otras áreas van a tener que ceder terreno ante esta expansión, y las víctimas principales van a ser aquellos alimentos que no puedan producir combustibles, la ganadería y los bosques y selvas.

Como contraparte, en el mismo día que se hacía este anuncio en París, en Ginebra, el subdirector de la FAO, David Harcharik, informó que las personas que padecen hambre van en aumento, pese al compromiso de las naciones de reducir a la mitad el número de hambrientos para el año 2015.

El total de humanos que no reciben una alimentación adecuada llegó a los 854 millones, con el Africa al sur del Sahara como la región donde la situación es más crítica.

Estos lúgubres anuncios se hicieron en estos días, cuando la fiebre por los agrocombustibles recién se inicia. ¿Qué va a pasar cuando se comiencen a cumplir los objetivos de las potencias, de reemplazar en hasta un 20 por ciento el consumo de combustibles fósiles por biocombustibles? Solo los necios pueden negar lo evidente.

Fuente: Agencia Periodística del MERCOSUR (APM), Mar del Plata / Argentina

http://www.prensamercosur.com.ar


https://www.alainet.org/es/articulo/122058
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