Nos vuelven a patear la cara

11/11/2007
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  • Opinión
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En España un joven fascista que cree que los de este lado del mundo que ellos llamaron nuevo, somos seres inferiores, que no merecemos vivir en su país, patea en la cara de una niña ecuatoriana, y nos golpea a todos, porque nos está diciendo que practica la superioridad blanca, contra las necesidades de trabajo e ingreso de muchos de nosotros. Y un juez le otorga la libertad “por falta de pruebas”, a pesar de lo que muestra el video de la seguridad del tren metropolitano, que justamente está allí para identificar a malhechores.

¿Cuántos medios de Perú y América Latina han resaltado este acontecimiento y han hecho campaña para que el rey y el presidente del gobierno español se disculpen por esa conducta salvaje? Más aún, cuántos han destacado el gesto del presidente Correa que anunció que al joven desquiciado lo traería a su país para que vea quiénes son los ecuatorianos, quiénes somos nosotros de esta parte de América y cuánto nos respetamos nosotros mismos. El racismo crece en diversos países de Europa, aún en la culta y democrática Suiza.

Pero he aquí que el gobierno peruano y la mayor parte de los medios locales se han sentido representados en la actitud desaforada del rey Juan Carlos, que sin tener el uso de la palabra, intentó hacer callar al presidente de Venezuela, porque se había atrevido a relatar como el ex presidente Aznar quiso ganarlo a su idea de club de los ricos del mundo, para aislar a Cuba. Gorila, impertinente, provocador, cállate de una buena vez, le espeta la gran prensa peruana a Chávez. Pero el venezolano no estaba hablando con él, sino con Rodríguez Zapatero.

Pero rey es rey, deben pensar algunos. Con España nadie puede meterse. Por eso es que las aventuras fascistas de Aznar, que todo el mundo conoce, que incluyen su contribución a la invasión de Irak, no deben mencionarse en público, porque fue elegido por el pueblo español. Y los abusos de las trasnacionales españolas, no deben ser discutidos por alguien como Daniel Ortega, porque si no, el digno rey se sale de la sala. Y si uno dice que todo esto es mentecatada, se te lanza encima una jauría de cortesanos locales que te recuerdan que uno es un dictador (aunque elegido y ratificado por su pueblo) y el otro un rey (al que designó Francisco Franco). Y que si digo esto es porque debo estar comiendo de los petrodólares.

Es decir tantas veces nos han pateado en la cara que ya hasta parece impertinente pedir cuentas por estas actitudes. Seguro que la reunión de la llamada “Ibero América”, España, Portugal y sus antiguas colonias, debería servir para que el rey y su presidente de gobierno salgan contentos en la foto, y no para ventilar diferencias y buscar nuevos consensos más democráticos. Alan García, como no, ha expresado su solidaridad con el hombre de la corona, pero nadie sabe de qué es que lo desagravia: si fue el Borbón el que se metió en conversación ajena, el que quiso hacer callar a un presidente y el que se salió cuando otro presidente hablaba. En todo caso debió sensibilizarse con la pobre Bachelet haciendo esfuerzos para que el grandulón ofendido volviera adonde estaba el resto.

Claro, García ya está pensando como Toledo cuando abandonó a Colombia y Ecuador en lo del TLC, cuando se trataba de hacer presión para que los gringos cedan siquiera unos centímetros, en que lo mejor es estar lo más cerca de los que cortan el jamón, para que nos toque el mejor trozo, aunque traicionemos a nuestros vecinos. No ven que el próximo año la reunión con la UE, tendrá sede en Lima. Por supuesto que lo último que le faltaba al APRA para completar su ciclo a la derecha era hacerse monárquica. Porque lo de Santiago no es entre chavistas y antichavistas, sino entre hablar claro y de frente con los poderosos, o bajar la cabeza y solidarizarse con el que tiene la sangre azul y la billetera más llena.

- Raúl Wiener es analista político y económico peruano.
http://rwiener.blogspot.com/
https://www.alainet.org/es/articulo/124168?language=en
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