“Los Vínculos del CO2” es el nombre de un nuevo documental que nos enseña las incoherencias (o el cinismo) de algunas medidas políticas adoptadas supuestamente para frenar el cambio climático. En el acuerdo de Kioto, con el argumento de disminuir las emisiones de dióxido de carbono, se permitió a la industria la posibilidad de compensar la contaminación producida invirtiendo en proyectos de captación o reducción de dióxido de carbono. De esta forma en lugar de obligar a las empresas contaminantes a disminuir sus emisiones, se les permite mantenerlas a cambio de invertir en proyectos “verdes”. Con estas medidas lo que se ha generado es un mercado de CO2. Siempre aparece el mercado como el sanador mágico, que tanto tiene remedios para las verrugas en el pie como para el hinchazón de vientre.

En el documental los habitantes de una ciudad escocesa que sufren las consecuencias de vivir junto a una gran refinería de la empresa BP, explican mediante un video doméstico su realidad a una comunidad brasileña. Estos, a su vez y también con un video, explican a las familias escocesas como las plantaciones de monocultivo de eucaliptos que desde hace unos años asedian sus tierras, ha provocado el agotamiento de los manantiales, la drástica reducción del cauce de los ríos y la pérdida de las riquezas propias de los bosques naturales, afectando a su economía agrícola. Los primeros son claramente personas afectadas, muy de cerca, por un desarrollo industrial sin ningún respeto ecológico. Humo por todas partes, el fuego de las chimeneas como pebeteros permanentes, olores insoportables y recurrentes, etc. Los segundos son comunidades sobrevivientes en un ecosistema rural alterado.

Las familias escocesas y brasileñas, con su intercambio de videos, se han reconocido. Como si enfrente tuvieran un espejo. Es el reflejo de un sufrimiento ambiental que se transforma en rabia al conocer que BP ha financiado el proyecto de bosques de eucaliptos lindante a la comunidad brasileña. BP puede así seguir escupiendo tóxicos por las chimeneas y aumentando sus beneficios, aliándose con empresas papeleras en Brasil que de muy buena gana reciben fondos para ensanchar su plaga de árboles esquilmadores.

- Gustavo Duch Guillot es director de Veterinarios sin Fronteras (España) 

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