América Latina: Estados Unidos impone sus guerras

10/03/2008
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La reunión del Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos celebrada el pasado martes 4 de marzo mostró a una América Latina incapaz de defender los más elementales principios del derecho internacional. Ante la violación flagrante de la soberanía territorial de Ecuador por parte de Colombia, los embajadores de América Latina y el Caribe contradecían sus propios dichos al intentar que, como si fueran dos niños peleándose, ecuatorianos y colombianos se amigaran, echando en saco roto lo que esos mismos representantes habían dicho en la fase inicial de la reunión al afirmar que la soberanía territorial de los estados es inviolable, invocando además la Carta de la OEA.

La sesión comenzó con la impecable intervención de la canciller de Ecuador, país que pidió la reunión del Consejo ante la agresión de que fue objeto. Enseguida habló el embajador colombiano, quien en tono agresivo y amenazante, minimizó el ingreso de tropas de su país a territorio ecuatoriano argumentando el ejercicio del derecho a la legítima defensa y centró su intervención en leer un prontuario de Raúl Reyes, segundo hombre de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC, que era el objetivo de la incursión armada y murió en el bombardeo que helicópteros y aviones colombianos realizaron contra el campamento guerrillero ubicado en suelo ecuatoriano. Repartió, además, copias de documentos y fotografías supuestamente encontrados en los computadores que habrían pertenecido a Reyes y que comprometerían a los gobiernos de Ecuador y Venezuela.

Aunque la mayoría de los embajadores que intervinieron después insistieron en defender la inviolabilidad de las fronteras, el planteamiento colombiano provocó el efecto que buscaban: sacar la agresión a Ecuador del primer plano y poner en tela de juicio a los gobiernos de los presidentes Rafael Correa y Hugo Chávez que no eran los acusados. Estas líneas fueron escritas cuando el Consejo de la OEA estaba en receso, si finalmente la declaración no fue acorde a la gravedad de los hechos, esa organización habrá demostrado una vez más que no sirve a los intereses del subcontinente.

Los problemas de fondo

La agresión a Ecuador tiene motivos distintos a los que se han señalado. El Presidente Correa ha reiterado que no prorrogará la autorización para que siga funcionando en su país la base militar estadounidense ubicada en la localidad de Manta. Esa base reemplaza a la que fue la base Howard en Panamá, que Washington tuvo que cerrar al entrar en plena vigencia los nuevos tratados sobre el Canal de Panamá. Howard era el punto a través del cual Estados Unidos controlaba, o espiaba, todo el movimiento aéreo y de cualquier tipo en América Latina y el Caribe. Lo mismo se hace desde Manta.

A eso se agregan las medidas que el Presidente Correa ha tomado para recuperar el control de la riqueza petrolera del país. Las acusaciones que el gobierno colombiano ha formulado al de Ecuador, pretendiendo mostrarlo como colaborador de las FARC con base en supuestos documentos de Raúl Reyes, quedaron desmentidas por las declaraciones de la cancillería francesa en las que se señala que se estaba buscando a través de Reyes una vía para obtener la liberación de Ingrid Betancourt y otros once rehenes. Exactamente lo mismo que dijo el Presidente Correa al desmentir la versión colombiana sobre su relación con las FARC.

Esto ni siquiera fue considerado en la reunión de la OEA, donde aparentemente tampoco conocen la existencia de las tres bases militares estadounidenses en Colombia, una de ellas en Villavicencio, la ciudad de la cual partió el operativo para liberar a Consuelo González y Clara Rojas y que estuvo sometido a ataques constantes que retrasaron el arribo de las rehenes, como lo contó después Rojas. Habrá una cuarta base en Colombia, si Washington no logra impedir el cierre de Manta.

Los computadores atribuidos a Reyes se multiplican milagrosamente. Primero se habló de uno, luego de tres y finalmente de cuatro. Su existencia y contenido sólo lo conocen la policía colombiana y el FBI estadounidense. Se asegura que los entregarán a verificación internacional, pero no dicen cuando ni de quien y ya han perdido toda credibilidad, porque con la tecnología existente se puede inventar lo que se quiera. Por lo demás, los documentos repartidos en la OEA, que hace días están publicados en el diario colombiano El Tiempo(www.eltiempo.com),que ahora pertenece a empresarios españoles, se refieren más bien a apreciaciones o afirmaciones de las FARC y no prueban lo que el gobierno de Uribe quiere en contra del Presidente Chávez, de ahí que el Partido Liberal, del que proviene el mandatario colombiano, y el Polo Democrático, le hayan recomendado que no lleve el asunto a la Corte Penal Internacional, a la que el propio gobierno uribista le ha desconocido facultades y al que se opone Estados Unidos.

La seguridad nacional de Estados Unidos

En medio de estos graves acontecimientos el presidente estadounidense salió en apoyo de su colega colombiano diciendo que “estamos al lado de nuestro aliado democrático.” Pero fue más lejos al señalar que “Mi mensaje al Congreso de Estados Unidos es que el Tratado de Libre Comercio (con Colombia) es una cuestión de seguridad nacional” y añadió “Si no lo aprobamos, vamos a dejar abandonado a un aliado cercano y vamos a dañar nuestra credibilidad en la región y vamos a envalentonar a los demagogos”.El congreso no lo aprueba por estimar que el gobierno colombiano no registra avances en la protección a los sindicalistas ni en el esclarecimiento de los vínculos de funcionarios del gobierno y parlamentarios con el paramilitarismo.

Y seguramente por casualidad, el viernes 29 de febrero se encontraba en Colombia el secretario de Comercio de Estados Unidos con una delegación de parlamentarios de su país a los que buscaban convencer para que aprobaran el Tratado. Después de la incursión a territorio de Ecuador, el diario El Tiempo publicó una foto de Uribe con el funcionario estadounidense, en la que el mandatario colombiano está con un celular en la mano y sobre la cual hay un titular que afirma que el presidente no durmió en toda la noche del sábado siguiendo el operativo en suelo ecuatoriano.

Habrá que ver si ahora se aprueba el TLC, porque aún falta un elemento importante. El jueves recién pasado se realizó en ciudades colombianas y de otros países una marcha contra el paramilitarismo y el terrorismo de Estado. Los paramilitares, amnistiados de hecho y a los que están vinculados figuras del gobierno y del parlamento, incluidos familiares del presidente, asesinaron a 60 mil personas. Cinco mil pertenecían a la Unión Patriótica, partido que se formó tras acuerdos con el gobierno de Pastrana como brazo político de las FARC e inicio de su transformación. Uno de los organizadores de la marcha, hijo de un senador asesinado, declaró que al inicio el gobierno actual la había apoyado, pero se desentendió de ella al darse cuenta de que se denunciaba también al terrorismo de Estado. Esta marcha no tuvo la misma publicidad que la realizada contra las FARC, lo que nos lleva al papel que juega el poder mediático, tema que no se puede soslayar.

- Frida Modak, periodista, fue Secretaria de Prensa del Presidente Salvador Allende.
https://www.alainet.org/es/articulo/126234
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