El amor y el cólera en el celuloide
23/09/2013
- Opinión
Desde el primer momento en que se editara la novela “El amor en los tiempos del Cólera “de nuestro dilecto literato de Aracataca allá por el año 1985, no tardó en llegar a mis manos esta joya literaria del cual degusté y pasó a ser una de mis predilectas lecturas de su vasta labor literaria de Gabriel García Márquez, pues no había nada más agradable y placentero que acompañar a Florentino Ariza por los vericuetos secretos del amor y su sempiterna pasión y lealtad a su diosa coronada, la joven Fermina Daza, doncella arisca que supo acertar con el dardo certero del amor, una ilusión inclaudicable en Florentino y un suspiro de amor a la vida en los tiempos en que la pandemia del cólera y las guerras civiles se vestían con su mortaja lúgubre por estos lares y sólo así se comprendería: “… que es la vida y no la muerte la que carece de límites”.
Esta obra literaria que me invitó a crear mi propio imaginario de sus personajes como esa descripción singular del andar de venada de Fermina Daza o la imagen del bardo Florentino Ariza en sus noches de desvelo tratando de componer sus declaraciones de amor en sus cartas, escribiendo bajo la luz mortecina de aquella lámpara de aceite de corozo, quien además contaba con el consuelo de su madre Transito Ariza que le decía: “Aprovecha ahora que eres joven para sufrir todo lo que puedas, que estas cosas no duran toda la vida” . Pero ese fuego ardiente del amor que ambos mancebos sentían al borde del delirio era conminado por los prejuicios sociales y esas ironías del destino que siempre cohabitan en todo tiempo y espacio. Así empieza el confinamiento del amor en esta historia.
Esta buena lectura me hizo también imaginar los efímeros y furtivos romances que Florentino experimentaba mientras curaba su desatendida dolencia de amor con el remedio de la paciencia, en estas aventuras amorosas conoció a la Viuda de Nazareth, con esa “su vocación de gata errante”, mujer que se sintió muy libre de ataduras después de conocer a Florentino. Experimentó una relación con Sara Noriega, profesora mayor que él que succionaba un chupón de niño mientras hacía el amor para alcanzar la gloria plena. El romance pasajero con Olimpia Zuleta que Florentino Ariza en un momento de locura pintara en el pubis de esta bella palomera alborotada una fecha en dirección al austral y le escribiera en su vientre:” Esta cuca es mía”, jugarretas que más tarde le costara la vida a Olimpia Zuleta al ser descubierta por su esposo y degollada como a una gallina con el filo de una navaja de barbero. En sus días otoñales cuando ya languidecía su virilidad y el olor a viejo se hacía inminente se solazaba con la joven América Vicuña en quien aún sentía el “olor de pañales”, en un domingo de Pentecostés de esas muchas tardes de domingo que pasaban juntos y desnudos escuchó el redoble de la campana de la iglesia del pueblo presagiando el anhelado día que había esperado durante 51 años 9 meses y 4 días.
“El amor en los tiempos del cólera” adquiere actualidad al ser llevada al celuloide y sus personajes con sus avatares recobran nuevamente vida en este género cinematográfico bajo la dirección de Mike Newell en un de rodaje de 139 minutos, película que fuera estrenada en el Palms Casino Resort de Las Vegas el 6 de noviembre de 2007, con un reparto de actores acreditados como el español de Las Palmas de Gran Canarias Javier Bardem en el papel de Florentino, la italiana Giovanna Mezzogiorno como Fermina , la actriz brasilera considerada como la mejor intérprete de estos tiempos Fernanda Montenegro hace el papel de Transito Ariza, el colombiano John Leguizamo como Lorenzo Daza, la joven actriz colombiana Catalina Sandino Moreno como la prima Hidelbranda Sánchez y entre otros artistas se contó con el prestigioso actor americano Benjamín Bratt de madre peruana con ascendencia quechua que hace el papel del doctor Juvenal Urbino.
Gabriel García Márquez que inicialmente no mostró interés en vender sus derechos de autor ni menos hacer de su obra una versión al estilo Hollywoodense, pudo más la insistencia del productor Scott Steindorff que acabó aceptando este ofrecimiento. La productora Stone Village Pictures se hizo cargo de la filmación y la cinta fue rodada en la versión inicial del idioma inglés. En este proyecto singular no podía faltar el complemento musical de la cantante colombiana Shakira con la canción “Pienso en ti” y “Despedida” nominada esta última al Globo de Oro a la mejor canción original para este 2008.
El lenguaje universal del amor empieza con las miradas del alma y sólo se entiende cuando se siente, se enciende como un sutil fueguito hasta llegar a avivar con frenesí las llamas de la pasión, se encuentra siempre al filo entre la dicha y el tormento ya que jugar con fuego implica un inminente riesgo, de acabar en cenizas o mantenerse indeleble con la flama del amor como Florentino en aquellos tiempos del cólera.
Esta saga de “El amor en los tiempos del Cólera” sólo puede ser escrito por aquellos como García Márquez que sienten y creen en la quimera del amor como un acto de justicia. Por encima del amor convencional de los mortales, ésta obra literaria a mi juicio tiene la dimensión altruista y ejemplar de seguir los dictados del corazón y continuar invariable e inclaudicablemente por aquella quimera, por esa rara utopía que mueve montañas aunque parezca quijotesco, pues buscando se encuentra y para el nobel de literatura Gabriel García Márquez el amor a su prójimo, a su pueblo permanentemente amenazado por los que confiscaron la paz en Colombia fue una constancia y una práctica diaria, sólo como nuestra tenemos algunos de sus pasajes. Participó como intermediario en las conversaciones de paz entre el gobierno y el Ejército de Liberación Nacional de Colombia en el pasado y durante el régimen de Andrés Pastrana fue activo mediador de la paz entre el gobierno y las FARC. También estoy seguro que el pueblo Puertorriqueño registra en su memoria el apoyo incondicional de García Márquez junto a un puñado de reconocidos literatos impulsaron el derecho de Puerto Rico a ejercer su libre determinación y su plena descolonización en aquel Congreso Latinoamericano y Caribeño por la independencia de Puerto Rico llevado a cabo en noviembre del 2006 en Panamá.
Fue placentero reencontrarme en esta película de “El amor en los tiempos del cólera” con sus personajes que años atrás dieron rienda suelta a mi imaginación, al mismo tiempo que traduzco este género cinematográfico como un rocío de esperanza en estos tiempos en que el cólera que no es necesariamente una infección intestinal aguda sino ese cólera visceral que voltea el tablero de la paz por la animadversión y la perfidia de Álvaro Uribe, de la Casa Blanca y los últimos estertores del neoliberalismo que ven en la paz de los pueblos ningún negocio lucrativo, sea este el acicate para seguir soñando pero despiertos.
Habrá que contagiarse aún más de la persistencia y la utopía de Florentino Ariza en tiempos donde la ilusión y la esperanza adquieren nuevos bríos.
Esta obra literaria que me invitó a crear mi propio imaginario de sus personajes como esa descripción singular del andar de venada de Fermina Daza o la imagen del bardo Florentino Ariza en sus noches de desvelo tratando de componer sus declaraciones de amor en sus cartas, escribiendo bajo la luz mortecina de aquella lámpara de aceite de corozo, quien además contaba con el consuelo de su madre Transito Ariza que le decía: “Aprovecha ahora que eres joven para sufrir todo lo que puedas, que estas cosas no duran toda la vida” . Pero ese fuego ardiente del amor que ambos mancebos sentían al borde del delirio era conminado por los prejuicios sociales y esas ironías del destino que siempre cohabitan en todo tiempo y espacio. Así empieza el confinamiento del amor en esta historia.
Esta buena lectura me hizo también imaginar los efímeros y furtivos romances que Florentino experimentaba mientras curaba su desatendida dolencia de amor con el remedio de la paciencia, en estas aventuras amorosas conoció a la Viuda de Nazareth, con esa “su vocación de gata errante”, mujer que se sintió muy libre de ataduras después de conocer a Florentino. Experimentó una relación con Sara Noriega, profesora mayor que él que succionaba un chupón de niño mientras hacía el amor para alcanzar la gloria plena. El romance pasajero con Olimpia Zuleta que Florentino Ariza en un momento de locura pintara en el pubis de esta bella palomera alborotada una fecha en dirección al austral y le escribiera en su vientre:” Esta cuca es mía”, jugarretas que más tarde le costara la vida a Olimpia Zuleta al ser descubierta por su esposo y degollada como a una gallina con el filo de una navaja de barbero. En sus días otoñales cuando ya languidecía su virilidad y el olor a viejo se hacía inminente se solazaba con la joven América Vicuña en quien aún sentía el “olor de pañales”, en un domingo de Pentecostés de esas muchas tardes de domingo que pasaban juntos y desnudos escuchó el redoble de la campana de la iglesia del pueblo presagiando el anhelado día que había esperado durante 51 años 9 meses y 4 días.
“El amor en los tiempos del cólera” adquiere actualidad al ser llevada al celuloide y sus personajes con sus avatares recobran nuevamente vida en este género cinematográfico bajo la dirección de Mike Newell en un de rodaje de 139 minutos, película que fuera estrenada en el Palms Casino Resort de Las Vegas el 6 de noviembre de 2007, con un reparto de actores acreditados como el español de Las Palmas de Gran Canarias Javier Bardem en el papel de Florentino, la italiana Giovanna Mezzogiorno como Fermina , la actriz brasilera considerada como la mejor intérprete de estos tiempos Fernanda Montenegro hace el papel de Transito Ariza, el colombiano John Leguizamo como Lorenzo Daza, la joven actriz colombiana Catalina Sandino Moreno como la prima Hidelbranda Sánchez y entre otros artistas se contó con el prestigioso actor americano Benjamín Bratt de madre peruana con ascendencia quechua que hace el papel del doctor Juvenal Urbino.
Gabriel García Márquez que inicialmente no mostró interés en vender sus derechos de autor ni menos hacer de su obra una versión al estilo Hollywoodense, pudo más la insistencia del productor Scott Steindorff que acabó aceptando este ofrecimiento. La productora Stone Village Pictures se hizo cargo de la filmación y la cinta fue rodada en la versión inicial del idioma inglés. En este proyecto singular no podía faltar el complemento musical de la cantante colombiana Shakira con la canción “Pienso en ti” y “Despedida” nominada esta última al Globo de Oro a la mejor canción original para este 2008.
El lenguaje universal del amor empieza con las miradas del alma y sólo se entiende cuando se siente, se enciende como un sutil fueguito hasta llegar a avivar con frenesí las llamas de la pasión, se encuentra siempre al filo entre la dicha y el tormento ya que jugar con fuego implica un inminente riesgo, de acabar en cenizas o mantenerse indeleble con la flama del amor como Florentino en aquellos tiempos del cólera.
Esta saga de “El amor en los tiempos del Cólera” sólo puede ser escrito por aquellos como García Márquez que sienten y creen en la quimera del amor como un acto de justicia. Por encima del amor convencional de los mortales, ésta obra literaria a mi juicio tiene la dimensión altruista y ejemplar de seguir los dictados del corazón y continuar invariable e inclaudicablemente por aquella quimera, por esa rara utopía que mueve montañas aunque parezca quijotesco, pues buscando se encuentra y para el nobel de literatura Gabriel García Márquez el amor a su prójimo, a su pueblo permanentemente amenazado por los que confiscaron la paz en Colombia fue una constancia y una práctica diaria, sólo como nuestra tenemos algunos de sus pasajes. Participó como intermediario en las conversaciones de paz entre el gobierno y el Ejército de Liberación Nacional de Colombia en el pasado y durante el régimen de Andrés Pastrana fue activo mediador de la paz entre el gobierno y las FARC. También estoy seguro que el pueblo Puertorriqueño registra en su memoria el apoyo incondicional de García Márquez junto a un puñado de reconocidos literatos impulsaron el derecho de Puerto Rico a ejercer su libre determinación y su plena descolonización en aquel Congreso Latinoamericano y Caribeño por la independencia de Puerto Rico llevado a cabo en noviembre del 2006 en Panamá.
Fue placentero reencontrarme en esta película de “El amor en los tiempos del cólera” con sus personajes que años atrás dieron rienda suelta a mi imaginación, al mismo tiempo que traduzco este género cinematográfico como un rocío de esperanza en estos tiempos en que el cólera que no es necesariamente una infección intestinal aguda sino ese cólera visceral que voltea el tablero de la paz por la animadversión y la perfidia de Álvaro Uribe, de la Casa Blanca y los últimos estertores del neoliberalismo que ven en la paz de los pueblos ningún negocio lucrativo, sea este el acicate para seguir soñando pero despiertos.
Habrá que contagiarse aún más de la persistencia y la utopía de Florentino Ariza en tiempos donde la ilusión y la esperanza adquieren nuevos bríos.
https://www.alainet.org/es/articulo/126725
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