Se terminó el gobierno de Arias

29/04/2008
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Al fin Arias lo admite: vienen años de vacas flacas. No pretendo graduarme de pitoniso, pero sí puedo decirlo con tranquilidad: hace meses lo anticipé en varios artículos[i]. Por otra parte, esto significa tan solo una cosa: el gobierno de Arias ya se terminó, y de aquí en más tan solo le queda administrar la pobreza y la crisis.

 
1. Una economía vulnerable ante la crisis mundial
 
Claro que en esto inciden la deteriorada situación económica mundial. Pero ese efecto externo será más agudo en vista del tipo de vinculación que este gobierno y sus antecesores han fomentado, tanto respecto de la economía estadounidense, como, más en general, en relación con la globalización neoliberal. Es una forma de vinculación que nos condena a una posición de grave vulnerabilidad frente a los bandazos anárquicos y los graves desequilibrios que enferman hoy a la economía mundial. Tal vinculación ha asumido las siguientes características principales:
 
a) La apertura indiscriminada al comercio internacional y, en consecuencia, la desprotección casi irrestricta de la producción nacional. La agricultura que produce alimentos para consumo de nuestra población es un buen ejemplo de ello, y uno de los aspectos donde la crisis mundial nos hace pagar un precio muy doloroso.
 
b) Esa liberalización del comercio ha contribuido a agudizar el sesgo importador y consumista de nuestra economía, cosa que se refleja en los grandes y persistentes déficits de la balanza de pagos.
 
c) Esos déficits han sido financiados mediante inversión extranjera, recurriendo para ello a una política que la favorece con enormes privilegios, la cual es hermana siamesa de la política de apertura comercial irrestricta.
 
d) La masiva afluencia de inversión extranjera que el país ha recibido en estos años, ha implicado, de forma directa, dos consecuencias: ha atizado el auge económico pero, al mismo tiempo, ha implicado una masiva extranjerización de las riquezas nacionales. Lo que ocurre hoy en las playas lo evidencia con particular crudeza. Estos enormes flujos de inversión extranjera constituyen la razón fundamental detrás del auge económico. Pero en el proceso se han agudizado los riegos que se derivan de la crisis mundial en curso. Muy sintéticamente intentaré explicar esta última idea.
 
2. Una apuesta riesgosa
 
Lo que se ha hecho es tan simple como irresponsable: sacarle todo el jugo a tendencias que venían de la administración anterior, cosa que se hizo facilitando, con absoluta permisividad, que los inmensos flujos de capital venidos de fuera alimentaran el auge inmobiliario, la expansión descontrolada del crédito y el endeudamiento, así como el crecimiento del consumo y las importaciones. Tales han sido los motores principales que le han puesto velocidad a la economía. Y todos, sin excepción, son hoy motores recalentados que podrían estallar en cualquier momento. De esa forma, resulta que el auge de estos últimos años ha implicado tanto una agudización de los desequilibrios internos, cuanto un agravamiento de la vulnerabilidad en nuestra relación con la economía mundial. Ello crea un riesgo cierto e inquietante: el de que los efectos de la crisis mundial podrían ser más agudos de lo que serían bajo otras condiciones.
 
Trataré de explicar esto último. Primero, hagamos un breve recuento de la situación que, en estos momentos y para los próximos años, se nos plantea:
 
a) Recesión en Estados Unidos durante este año y bajo crecimiento para el siguiente (lo anterior según una hipótesis optimista). Todo indica que esta recesión se está transmitiendo a Europa y que incluso impactará en China, al menos en la forma de una reducción considerable de sus elevadas tasas de crecimiento. Es posible que, además, esto inaugure un período prolongado de bajo crecimiento a nivel mundial.
 
b) Crisis alimentaria global, cuyas consecuencias sociales y humanas son devastadoras.
 
c) Crisis energética, con los precios del petróleo en niveles récord.
 
d) Restricción global del crédito que, combinada con un ambiente de mayor incertidumbre global, sugiere seriamente la posibilidad de una reducción de los flujos de capital a nivel mundial.
 
3. ¿En ruta hacia la crisis?
 
Entre tanto, y hasta el momento actual, Costa Rica permanece atrapada en una densa red especulativa. Ésta se manifiesta de diferentes maneras: la tendencia a la valorización del colón frente al dólar; la acumulación de montañas de deuda; el crecimiento inmobiliario descontrolado. Asusta pensar en la posibilidad de que estas tendencias se reviertan y que estallen las burbujas especulativas que se vienen inflando.
 
Y el caso es que ello puede efectivamente ocurrir. La causa primera podría ser, precisamente, la recesión mundial. Ésta casi seguramente hará disminuir el dinamismo de las exportaciones, del turismo y de los flujos de capital. Provocará, entonces, un enfriamiento considerable del motor que mueve la economía costarricense ¿Qué tendríamos entonces? Fácil: una economía que camina a rastras, una inflación que se mantiene alta y salarios en retroceso. Estos pueden ser eficaces detonantes que provoquen el derrumbe de los castillos de ensueño del endeudamiento, el consumo y la locura de la construcción. Es un escenario gris que podría devenir escenario de catástrofe en una situación de pánico que induzca grandes fugas de capital. Esperemos que haya la suficiente sensatez como para tomar a tiempo las medidas necesarias que eviten el llegar a tales extremos (admito que digo tal cosa sin demasiada esperanza).
 
El problema, entonces, no es simplemente que la recesión mundial se trasmita hacia la economía costarricense. Si la cosa fuera tan solo eso, no sería tan grave. Más preocupante es el hecho de que esa situación recesiva inducida desde fuera, podría facilitar el estallido de las diversas burbujas especulativas gestadas adentro. En cuyo caso, mejor no hablar de vacas flacas. Lo que tendríamos s


[i] Véase, por ejemplo, mis artículos en Tribuna Democrática: “Y dicen que bajó la pobreza” (7-12-2007), disponible en: http://www.tribunademocratica.com/2007/12/y_dicen_que_bajo_la_pobreza.html; y “Los límites del auge” (14-7-2007), disponible en:

 

- Luis Paulino Vargas Solís  es  profesor e investigador universitario y catedrático de la Universidad Estatal a Distancia (UNED) de Costa Rica.

Fuente: Tribuna Democrática (Costa Rica)
www.tribunademocratica.com


 
https://www.alainet.org/es/articulo/127251
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