Descarrilando a la Cumbre ALC-UE
06/05/2008
- Opinión
Ya hay algunas cancelaciones europeas y otras presencias en duda para la cada vez más incierta Cumbre de América Latina, el Caribe y Europa ALC-UE de la próxima semana. Pero aquí, en el Perú, seguimos discutiendo cómo hacer que el viejo continente reconozca que el MRTA es terrorista aunque no exista, a pesar que en la cúpula del gobierno saben que sin necesidad de carta de Aprodeh van a volver a ser derrotados si insisten, como aseguran que lo harán, en poner el punto frente a los presidentes y jefes de gobierno. ¿Qué pasa con el gobierno peruano?, ¿lo hacen de puro tontos?, ¿o alguien les ha encargado hacer saltar en pedazos una reunión que podría votar algunas resoluciones molestosas?
¿Cuáles son los temas que el encuentro de América Latina y el Caribe con la Unión Europea no podía evadir?, para decirlo de alguna manera. Pongamos algunos sobre la mesa: (a) conflicto Ecuador-Colombia; (b) separatismo en Bolivia; (c) intervención en Haití; (d) nueva correlación política en América del Sur; (e) cuestionamientos al libre comercio; etc. Y digamos que detrás de ellos hay una presencia invisible que es la de Estados Unidos que tiene una posición definida y claramente parcializada en cada uno de estos puntos. Y lo que es también cierto es que Europa no necesariamente coincide cien por ciento en ellos, y más bien tiende a al arbitraje y a buscar el acuerdo con todos. Sarkosy, por ejemplo, acaba de insistir en que Chávez sea mediador con las FARC, para la liberación de los rehenes, empezando por Ingrid Betancourt. ¿Sería la reunión de Lima un buen escenario para ello? Sin duda que no. Pero quizás por eso mismo el francés no viene y argumenta problemas de agenda, cuando su agenda será precisamente presidir la UE desde el siguiente mes, o sea ejercer liderazgo sobre sus pares. Y tampoco lo hace el inglés, que trata de tomar distancia del juego de Washington, que les está costando demasiados votos a los laboristas británicos, como acaba de verse en las elecciones municipales.
El asunto del MRTA, que parece locazo, sobre todo como tema para Europa, adquiere algún sentido si es que alguien quiere hacer ver que aquí en Latinoamérica también el problema principal es el “terrorismo”. Y si de ese punto se pasa rápidamente a la construcción de nuestro propio “eje del mal”, con Chávez-Correa-FARC-Evo y otros. Obviamente, la agitación sobre las Casas del Alba, sólo da para consumo interno. Por eso es que ha sido necesario sacar del baúl una guerrilla inactiva, que necesitan activar para poner a varios peruanos en la cárcel y dividir a nuestros países por el lado que más conviene a los intereses del gigante del Norte. Después de la elección del paraguayo Lugo, en América del Sur sólo quedan Colombia y Perú absolutamente alineados con Estados Unidos. Sin embargo el sentido común conservador es que es ese alto número de gobiernos no alineados con Washington, votados por sus pueblos, lo que divide al subcontinente.
El dilema de la Cumbre era que Europa que más o menos ha logrado organizarse como una sola voz se encontraría con una América Latina de muchas voces y descontentos. Esta era la gran prueba del ALC-UE. Pero contra ello, el país anfitrión se ha convertido en el menos interesado en que ese problema sea resuelto adecuadamente. Desde el sabotaje de las pistas, el ninguneo en nombre de la otra Cumbre más importante de noviembre, hasta el ficticio debate sobre el MRTA, lo que se saca en claro es que hay una operación para bajar al mínimo el significado de una enorme reunión de más de medio centenar de países.
- Raúl Wiener es analista político y económico peruano.
http://rwiener.blogspot.com/
¿Cuáles son los temas que el encuentro de América Latina y el Caribe con la Unión Europea no podía evadir?, para decirlo de alguna manera. Pongamos algunos sobre la mesa: (a) conflicto Ecuador-Colombia; (b) separatismo en Bolivia; (c) intervención en Haití; (d) nueva correlación política en América del Sur; (e) cuestionamientos al libre comercio; etc. Y digamos que detrás de ellos hay una presencia invisible que es la de Estados Unidos que tiene una posición definida y claramente parcializada en cada uno de estos puntos. Y lo que es también cierto es que Europa no necesariamente coincide cien por ciento en ellos, y más bien tiende a al arbitraje y a buscar el acuerdo con todos. Sarkosy, por ejemplo, acaba de insistir en que Chávez sea mediador con las FARC, para la liberación de los rehenes, empezando por Ingrid Betancourt. ¿Sería la reunión de Lima un buen escenario para ello? Sin duda que no. Pero quizás por eso mismo el francés no viene y argumenta problemas de agenda, cuando su agenda será precisamente presidir la UE desde el siguiente mes, o sea ejercer liderazgo sobre sus pares. Y tampoco lo hace el inglés, que trata de tomar distancia del juego de Washington, que les está costando demasiados votos a los laboristas británicos, como acaba de verse en las elecciones municipales.
El asunto del MRTA, que parece locazo, sobre todo como tema para Europa, adquiere algún sentido si es que alguien quiere hacer ver que aquí en Latinoamérica también el problema principal es el “terrorismo”. Y si de ese punto se pasa rápidamente a la construcción de nuestro propio “eje del mal”, con Chávez-Correa-FARC-Evo y otros. Obviamente, la agitación sobre las Casas del Alba, sólo da para consumo interno. Por eso es que ha sido necesario sacar del baúl una guerrilla inactiva, que necesitan activar para poner a varios peruanos en la cárcel y dividir a nuestros países por el lado que más conviene a los intereses del gigante del Norte. Después de la elección del paraguayo Lugo, en América del Sur sólo quedan Colombia y Perú absolutamente alineados con Estados Unidos. Sin embargo el sentido común conservador es que es ese alto número de gobiernos no alineados con Washington, votados por sus pueblos, lo que divide al subcontinente.
El dilema de la Cumbre era que Europa que más o menos ha logrado organizarse como una sola voz se encontraría con una América Latina de muchas voces y descontentos. Esta era la gran prueba del ALC-UE. Pero contra ello, el país anfitrión se ha convertido en el menos interesado en que ese problema sea resuelto adecuadamente. Desde el sabotaje de las pistas, el ninguneo en nombre de la otra Cumbre más importante de noviembre, hasta el ficticio debate sobre el MRTA, lo que se saca en claro es que hay una operación para bajar al mínimo el significado de una enorme reunión de más de medio centenar de países.
- Raúl Wiener es analista político y económico peruano.
http://rwiener.blogspot.com/
https://www.alainet.org/es/articulo/127395
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