Soberanía alimentaria: Un derecho de los pueblos

15/05/2008
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La agricultura campesina y su sistema de producción, que mantiene una relación de armonía con la naturaleza, es hoy una de las alternativas reales para combatir la escasez de alimentos generada por el sistema de producción agraria instaurado por los gobiernos neoliberales. El concepto de “soberanía alimentaria” fue lanzando por la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones Campesinas, CLOC, y Vía Campesina en respuesta a las definiciones de dadas por la Organización Internacional de Alimentos, FAO.

Para compartir experiencias en torno al derecho a una alimentación segura y sana, CLOC y Vía Campesina organizaron el panel “Es tiempo de soberanía alimentaria”, en el marco de la Cumbre de los Pueblos de Lima, hasta donde llegaron representantes de diversas organizaciones sociales del continente.

Fortalecer los mercados locales y la reforma agraria


Melchor Lima, de la Confederación Campesina del Perú, CCP, abrió el foro planteando la necesidad de potenciar los mercados rurales y producir para el país, a pesar de que eso no sea un tema que esté dentro de la agenda del gobierno. Melchor señaló que ya existen experiencias en Perú en donde grupos organizados de productores campesinos desarrollan mercados locales en donde logran evitar la participación de intermediarios. “Nuestros hermanos organizadamente llevan los productos que hacen semanalmente a los mercados para venderlos directamente a las gente de los pueblos, y así cortan con los intermediarios, ya que el campesino productor entrega directamente al consumidor”, destacó el dirigente de la CCP.

Por su parte, Antolin Huascar, dirigente de la Confederación Nacional Agraria de Perú, indicó que aun se sigue trabajando para fomentar la soberanía alimentaria como una forma de lucha y resistencia contra el modelo. Huascar criticó la posición del gobierno de Alan García, el que ha fomentado el modelo de exportación, lo que ha producido el aumento de las importaciones y de los precios de los alimentos. “Ahora han aumentado las importaciones y con el incremento del petróleo los alimentos están más caros. El gobierno dice que plantemos para agrocombustibles, pero nosotros nos negamos, ya que sabemos el daño que eso genera”, indicó el dirigente de la Confederación Nacional Agraria del Perú.

La soberanía alimentaria es una lucha global que implica la articulación de los pueblos y que se basa en la unión de iniciativas. Así lo señaló Alberto Villareal de Food and Water Watch, quien explicó que producto del desplazamiento de los campesinos por parte de la industria alimenticia, se han comenzado a sumar a la lucha otros actores como los pueblos indígenas, los consumidores urbanos, las organizaciones de mujeres, las organizaciones ecologistas, los pescadores, los trabajadores migrantes, etc.

A criterio de Villareal, la unificación de los distintos actores ha permitido construir una plataforma que lucha por la soberanía alimentaria, bajo la convicción de que este concepto corresponde al derecho de los pueblos a alimentarse sanamente y de forma sustentable, el derecho de los pueblos a producir sus propios alimentos, el derecho a decidir las políticas agrícolas y alimentarías, de pesca y ganadería, incluyendo la perspectiva de mantener una base de recursos y de territorios aptos para la producción local que garantice el acceso a los recursos productivos, la que se genera a partir de una reforma agraria integral.

Según lo planteado por Villareal, la principal estrategia para la soberanía alimentaria es llevar esto a los niveles locales, fortalecer las organizaciones sociales y resistir, impulsando los mercados internos, dejar de producir solo para la exportación y darle un valor agregado a los productos nacionales. “Para establecer la soberanía alimentaria hay que promover el conocimiento local, de modo que no se nos imponga otros pensamientos, y esto se hace –por ejemplo- a través del uso de semillas nativas antes que las extranjeras. Es vital además, luchar por una real reforma agraria para el control comunitario de las tierras, lo que implica modelos de producción de bajo impacto y sin el uso de plaguicidas”, destacó el representante de Food and Water Watch.

La lucha de las mujeres


Las mujeres rurales son una de las principales protagonistas de la defensa de la biodiversidad y de la soberanía alimentaria, ya que son ellas quienes en los campos están luchando para transformar el sistema de producción agrícola neoliberal que tanto daño ha causado al mundo campesino latinoamericano.

Nalú Farias, de la Marcha Mundial de las Mujeres, indicó que la visión de las mujeres es confrontar los problemas que el mundo moderno genera y hacer cambios. “Este modelo no reconoce la reproducción campesina, por eso queremos que se valore y reconozca el trabajo que hacen las mujeres, tanto sus labores domésticas como las productivas”, indicó Farias.

La Marcha Mundial de las Mujeres tiene el compromiso de seguir fortaleciendo la discusión sobre soberanía alimentaria, pero esta vez focalizado en las mujeres de la ciudad, para así disminuir las barreras entre el campo y las urbes. “En las ciudades nos encontramos con un tema muy complejo que es el consumo alienado que está fomentado por la industria de la alimentación, que impide que las personas se alimenten sanamente. Por eso retomamos el derecho de la soberanía alimenticia, el derecho a que los pueblos produzcan sus alimentos y se alimenten en forma sana y equilibrada”.

Esta labor que desarrollan las mujeres, se ve materializado en los movimientos sociales como la Confederación Nacional de Mujeres del Campo de República Dominicana, CONAMUCA, organización que esta luchando por una reforma agraria integral y que –además- está dando una gran lucha contra las empresas transnacionales.

Así lo indicó, Yecenia García, integrantes de CONAMUCA, quien compartió la experiencia dominicana sobre la soberanía alimentaria, indicando que desde la Confederación a la cual representa, está trabajando arduamente para evitar la venta de tierras, los monocultivos y el uso de plaguicidas. “Nosotras trabajamos en la conservación de los ríos y en la producción organizada porque planteamos que si destruimos nuestro planeta nos estamos destruyendo a nosotros mismos. Si los campesinos no vuelven a la producción inicial de la siembra, las transnacionales tendrán el poder total. La conscientización va en que los campesinos no permitan la entrada de las transnacionales y a las semillas transgénicas”, concluyó García.


- Rocío Alorda, Minga Informativa / ANAMURI

https://www.alainet.org/es/articulo/127587
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