OMC: La ronda de las mentiras

01/08/2008
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IREI – Ginebra

 

Está última reunión de la OMC es objeto – antes, durante y después- de una gruesa campaña mediática de información mentirosa, como si se tratase de un asunto electoral. Hoy nos ha tocado leer un editorial del NewYork Times titulado “El próximo paso para el Comercio mundial”, con el este subtítulo: “El fracaso de las negociaciones en la Ronda Doha puede minar la fe en un sistema multilateral basado en reglas”[1].

 

El artículo define a la Ronda Doha de la OMC como un esfuerzo de siete años para reducir barreras al comercio; eso es correcto; luego dice que esta dirigida a aumentar el acceso de los países pobres al mercado de los países ricos; eso es falso.[2] En verdad, el esfuerzo está dirigido a disminuir barreras en el mercado de los países pobres a productos de los países ricos.

 

En cuanto a lo de “sistema multilateral basado en reglas”, hay que matizar. La OMC tiene su base en reglas, es cierto, pero son reglas que durante la Ronda Uruguay se diseñaron a favor de los países ricos. Los ricos, por ejemplo, pueden subsidiar exportaciones o ignorar las decisiones de los paneles, pero eso se prohíbe a los países en desarrollo. Un sistema de reglas es deseable cuando son aplicables e iguales para todos.

 

En Doha la carnada fue admitir que ara necesario un sistema más equitativo y para eso se necesitaba una nueva ronda; se le apodó: “Ronda del Desarrollo”.  A pesar de esa retórica, la negociación fue más de lo mismo: países ricos quieren seguir protegiendo su agricultura con subsidios y altos aranceles, mientras piden apertura en agricultura, industria y servicios.  

 

Apertura a exportaciones agrícolas subsidiadas que arruinan a millones de agricultores. Apertura a la pesca subsidiada que arrasa los mares y el sustento de pescadores artesanales. Apertura en servicios públicos, para lucrar internacionalmente con necesidades populares. Apertura a productos industriales financiados con medios escabrosos. Pero en tecnología no quieren apertura sino monopolio de propiedad intelectual. Esta ronda interesa a los países desarrollados, que crecen poco o nada, para tener acceso a las economías en desarrollo, que si crecen a un ritmo sostenido; acceso ahora urgente para transferir el impacto de sus locuras financieras. Por eso “apertura de mercado” es su letanía.

 

La preparación de la “mini-ministerial”.

 

En julio del 2007 – el 26 de julio, fecha rica en memorias para Latinoamerica[3] - un grupo de países latinoamericanos y africanos rechazo el texto de NAMA (productos industriales) y también se rechazo un intento de pasar ilegalmente una propuesta de servicios ajena al mandato de los socios. En Agricultura había charla, pero sin resultados. Desde entonces hay estancamiento en las negociaciones. 

 

De pronto, a fines de junio, el Director General de la OMC - Pacal Lamy- despertó, consultó a los pocos (12) de siempre y decidió convocar algo que llamó “mini ministerial”; un engendro suyo al margen de las reglas en OMC. En OMC, las reuniones ministeriales son el órgano por excelencia, se convocan cada dos años, pero puede haber acuerdo para convocar una ministerial extraordinaria. Esta “mini ministerial” la convocó Lamy sin consultar a la mayoría de los miembros y sin avance en las comisiones. La convocó, además, para negociar sólo con unos 30 cancilleres en los llamados “cuartos verdes” (green rooms); el color adecuado para jugarse la suerte de los pueblos. color tapete de garito.

La arbitrariedad tramposa de esa iniciativa fue reclamada en la declaración del Representante Alterno de Cuba ante la OMC, Jorge Ferrer:

 

El ritmo del proceso y sus resultados deben ser determinados por los miembros y  por el contenido de la negociación, no por caprichosas fechas puestas por los presidentes o de interés de las grandes potencias comerciales, que todas han sido incumplidas por irrealistas y artificiales.” 

 

“Durante este mes de junio se han estado celebrando intensas reuniones del llamado G 12 con la participación de 12 países que representan menos del 10 % de la membresía de esta Organización …”. “La ironía del G 12 es que ese ejercicio de supuesta salvación de la Ronda tiene lugar en la Misión y bajo la coordinación de los EE.UU., el causante de las mayores distorsiones del comercio mundial, con sus multimillonarios subsidios agrícolas;”

 

El objetivo de esta maniobra forzada lo describe con lucidez una frase en la carta a los miembros de la OMC del Presidente de Bolivia, Evo Morales: “Las negociaciones en la OMC se han convertido en una pelea de los países desarrollados para abrir el mercado de los países en desarrollo a favor de sus grandes empresas.”

 

Mentiras y desacuerdos en la negociación

 

La negociación es una comedia de mentiras. En la Ronda Uruguay, Estados Unidos mintió al declarar la cifra de subsidios distorsionantes del comercio (OTDS) que entregaba a su agricultura: dijo 48 millardos. En realidad, entregan entre 12 y 7 millardos, según se muevan los precios, que subieron con la devaluación del dólar y ahora reparten unos 7 millardos.

 

Como el mandato de Doha exige recorte en los subsidios agrícolas, los EE UU ofrecen recortar,  pero con sablazos al aire;  recortar su mentira. En octubre del 2005 ofreció un “recorte” de 60%, a 22 millardos;  ahora Susan Schwab ofrece “recortar” 70%, a 14.5 millardos, cuando eso en realidad es autorizar subsidios al doble. La gran prensa proclama esa charlataneada como flexibilidad de Estados Unidos, cuando todos saben que su nuevo Farm Bill ya es ley y que aumenta los subsidios, sin hacer alguna concesión a lo que se negocia.

 

Un buen esquema de los conflictos en las propuestas presentadas al “green room” fue hecho por el Canciller argentino, Jorge Taiana,; lo resumimos aquí:  

 

Agricultura.

 

-Los subsidios agrícolas distorsionantes (OTDS) de Estados Unidos, que ofrecen un tope en 15 millardos de dólares; o sea, 7,5 millardos - o 100%-  por encima de su nivel actual.   

 

-Falta de un límite máximo de arancel para productos agrícolas (en Europa hay de 300%).

 

- Un 4% de “productos sensibles” (protegidos) en los países desarrollados, pero orientado de tal modo que cubre casi todas las exportaciones de los países en desarrollo.

 

-  Una cuota arancelaria limitada a importar apenas el 4% del consumo doméstico.

 

- Querer cobrar como concesión la eliminación de la Salvaguardia Agrícola para los países desarrollados, que ya estaba prevista (AA, Artículo 5, párrafo 9) desde la Ronda Uruguay.

 

- Flexibilización de la “caja verde” (subsidios permitidos) a los países desarrollados (hay trampas y no quieren revisar lo declarado).

 

- Algodón, donde un panel falló contra los subsidios de EE UU y no se ha hecho nada.

 

- Falta de transparencia en la base de expansión para productos sensibles (desarrollados)

 

- La ausencia de nuevas cuotas arancelarias.

 

- La simplificación arancelaria eliminando aranceles específicos (crecen si baja el precio)

 

- La aplicación, listas y límites para el nuevo Mecanismo de la Salvaguardia Especial Agrícola. (SSM)

 

Productos Industriales (NAMA)

 

La base principal de desacuerdo es la fórmula de reducción arancelaria, que termina siendo dos tercios más baja para los países desarrollados que para los países en desarrollo. Eso es una inversión de lo acordado en Doha, donde se aceptó que las rebajas serían menos que recíprocas por parte de los países en desarrollo. Argentina, Bolivia, Cuba, Uganda y Venezuela ya habían rechazado – el 26 de julio, 2007- la totalidad del texto como base de negociación. Ahora volvió al tapete, sin cambios sustanciales.   

 

Una negociación enajenada.

 

Desde la reunión inicial -cuando Argentina, Sur Africa y otros convidados hicieron claras objeciones-  Lamy opto por reunir sólo un grupo de 7: Australia, Brasil, China, EE UU, India, Japón y UE.

 

“El señor Lamy invitó a treinta cancilleres pero sólo negoció con siete,” se quejó el delegado de Indonesia.

 

También se evitó tocar temas que pudieran molestar los intereses de congresistas en Washington, como algodón.

 

“Apenas puedo contener mi enojo”, dijo el canciller de Burkina Faso. “Vine hace diez días para hablar de algodón y no pude hablar de algodón. Para nosotros es una cuestión de vida o muerte.”

 

Lamy encontró un aliado insólito– tal vez un sucesor- en Celso Amorín, el canciller de Brasil. Brasil es un gran exportador de alimentos, pero rompió con sus aliados y apoyó el proyecto de Lamy. Aceptó una reducción del 56 por ciento de su arancel; sin consultar con MERCOSUR, en contra de los grupos industriales que dan trabajo y contra los agricultores de la comida; aparentemente, todo por exportar unos litros de etanol y unos kilos de carne… Tampoco  informó sobre las consultas del G-7 al G-20, a quien Brasil supuestamente representaba.  

 

El procedimiento de consulta tenía aire inquisitorial; los otros cancilleres comparecían ante los siete. Hubo escenas patéticas de pobres que luchan por migajas. Se intentó resolver el lío del banano - para lavar la cara a la UE- con un arancel aceptable para Ecuador y Costa Rica, pero las antiguas colonias europeas (ACP) protestaron porque erosionaba sus preferencias. EE UU propuso extender a Bangladesh una preferencia en tres líneas de textiles que también daba a los africanos; eso provocó agrias disputas, ante la indiferencia de la Schwab, que comprobó el efecto divisivo de las preferencias.

 

Según las reglas de OMC se supone que la negociación es un solo conjunto, donde nada esta otorgado hasta que todo, en todas las áreas, esta acordado. Lamy logró archivar ese criterio y meter bajo la alfombra temas como servicios, reglas sobre anti-dumping, subsidios pesqueros, trato especial y diferenciado, propiedad intelectual, Bio-diversidad, y denominaciones de origen. Lamy era el croupier que enfocana las apuestas sólo a la agricultura y la industria.

 

Había aún en esos temas un asunto escabroso que Lamy no pudo aplazar: la apertura a las exportaciones subsidiadas de Estados Unidos y Europa. Con mucho esfuerzo se había diseñado un instrumento -bastante artificial- llamado Medidas de Salvaguardia Especial, que debía permitir subir los aranceles si las importaciones agrícolas causaban daño.  Una versión agrícola de ese anti-dumping del cual los EE UU hacen un uso tan liberal.

 

India y China tienen intereses distintos en industria, pero son muy similares en sus problemas agrícolas. Ambos tienen centenares de millones de familias rurales cuyo sustento deben garantizar. Para aceptar importaciones agrícolas, Kamal Nath, ministro de comercio de la  India, propuso que el uso de la salvaguardia fuese asunto discrecional de los gobiernos nacionales y que el exportador agrícola tuviese la carga de demostrar la ausencia de daño. China se sumó a la propuesta. Lamy, en un momento de ecuanimidad, aceptó discutirla.

 

Susan Schwab – enfurecida- acuso a Nath de “querer retroceder 30 años con un instrumento que se presta para el proteccionismo más burdo”.  Nath respondió aclarando que “Lo más importante es la seguridad alimentaria, la vulnerabilidad de los granjeros pobres, que no puede canjearse en favor de los intereses comerciales de los países desarrollados. Nuestra postura es apoyada por cien países que representan a mil millones de pequeños productores”. China apoyó a la India y su agencia Xinhua acuso a los países ricos de “egoísmo de corta visión”. El canciller argentino, Taiana, comento luego que aceptar esas propuestas “provocaría una transferencia aún mayor de recursos del tercer mundo al primero”.

 

La propuesta de EE UU y la UE está perdida en teorías de ganancia e indiferente a la realidad de miseria. Un síntoma de la enajenación mentirosa es que Lamy diga que apenas si quedaban un par de puntos de desacuerdo y que la prensa lo repita. Cuando un periodista le pregunto cuales eran entonces los puntos de acuerdo, no supo que decir. Ahora hasta habla de visitar a Nath en una semana, porque “faltaba tan poco” Mari Elka Pangestu, ministra de comercio de Indonesia, cree que es un problema mental: “la inhabilidad de las potencias industriales de adaptarse a la creciente influencia de China, India y Brasil en la economía global”.

 

Con los difíciles tiempos que vienen, los espacios para decisiones políticas serán más necesarios para enfrentar un dólar a precio vil y precios internacionales crecientes. La prensa acusa los cancilleres de perder una gran oportunidad. La oportunidad para hacer tonterías regresara, porque la codicia universal es inagotable. Para entonces será bueno recordar el refrán romano: “In dubii abstinere”. En duda, abstenerse. Aquí ni siquiera hay duda.



[1] The next step for World Trade: The failure of the Doha round of trade negotiations could undermine faith in the rule-based multilateral trading system. New York Times; 02/08/2008.

[2] The collapse of the seven-year effort to further reduce trade barriers is regrettable, not least because it aimed to increase the access of the poorest countries to rich-country markets.

[3] En 1533, asesinaron bárbaramente a Atahualpa. En 1908 nació Salvador Allende. En 1952, Evita Perón pasó a la inmortalidad. En 1953, sucedió el asalto al Cuartel Moncada, que es el inicio de la Revolución cubana.

https://www.alainet.org/es/articulo/129004
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