Los mandatarios de la región mantuvieron distintas reuniones pero con similares visiones sobre Latinoamérica previas al encuentro llevado a cabo en Trinidad y Tobago.

No es casual que se produjeran dos reuniones de suma importancia en la región antes de la Cumbre de las Américas , donde por primera vez los líderes latinoamericanos se reunieron como bloque con el presidente de Estados Unidos Barack Obama .

El Foro Económico Mundial para América Latina y la Cumbre del ALBA (Alternativa Bolivariana para los Pueblos de América) gestaron varias de las posiciones comunes que fueron expuestas en Trinidad y Tobago.

En este sentido, los principales ejes de discusión giraron en torno a los tópicos que afectan a la región tanto a nivel económico como político. Estos fueron abordados y acordados por los mandatarios que apelaron a una defensa común de la integración como parte de solución a los problemas.

La primera reunión se organizó en el IV Foro Económico Mundial para América Latina que se dio cita en la ciudad de Río de Janeiro entre el 14 y el 16 de abril. Este foro es una organización internacional independiente que sirve de espacio de discusión.

De él participaron más de 500 líderes regionales procedentes de 35 países, incluidos los presidentes Luiz Ignacio Lula da Silva, el anfitrión; Álvaro Uribe, de Colombia, y Leonel Fernández, de República Dominicana. Los jefes de Estado discutieron el impacto de la crisis global en América Latina y la necesidad de respuestas proactivas.

En esta ocasión, los debates del encuentro se basaron en responder positivamente a la crisis económica, construir puentes entre las regiones, integrar para construir un futuro mejor, implementar políticas públicas para un crecimiento sustentable, aprovechar oportunidades para un ciclo de desarrollo verde y enfrentar desafíos análogos.

En la apertura, el presidente Brasileño Ignacio Lula da Silva, hizo un llamado a la ética de las empresas y los gobiernos, y a un mayor control de parte de los organismos internacionales y los Estados; reflexionó cómo fue posible que bancos de gran renombre cayeran de un día para otro y que nadie se diera cuenta a tiempo. A su vez, atacó la especulación que hizo que se dispararán los precios del crudo y reconoció los nuevos paradigmas en los organismos multilaterales con presencia en Latinoamérica.

Asimismo, el mandatario brasileño dijo que las naciones emergentes “no creamos el problema, pero somos la parte fundamental para solucionarlo, porque llegamos a estas circunstancias con las economías ordenadas y en crecimiento”. También reiteró sus críticas a los países desarrollados, afirmando que dictaban reglas al resto del mundo y no vieron el surgimiento de la crisis en sus propias economías.

La crisis financiera global ha frenado en seco cinco años de fuerte crecimiento económico en la región, golpeando la demanda por materias primas desde el petróleo hasta el cobre, empujando a las economías a la recesión y llevando a millones de personas a la pobreza. A raíz de ello, los líderes de la región están sintiendo presiones para que blinden sus economías al desplomarse el flujo comercial y crecer la pérdida de empleos.

Al respecto el presidente Lula se pronunció en rechazo a las medidas proteccionistas que algunos países han adoptado en el último tiempo, como es el caso de México, que ha elevado los impuestos sobre una larga lista de importaciones estadounidenses, y Argentina, que impuso a Brasil restricciones adicionales a las importaciones.

“El proteccionismo es como una droga, que ofrece alivio inmediato pero luego pone a su víctima en una depresión prolongada”, afirmó el mandatario brasileño. En ese sentido, expresó que concluir la Ronda Doha sería una medida fundamental para demostrar que el mundo no está cayendo en el proteccionismo como respuesta.

A pesar del impacto causado por la crisis en América Latina, algunos funcionarios de la región fueron optimistas y confiaron en superar la dificultad, gracias a los abundantes recursos naturales del territorio, su amplio mercado y su desarrollo económico relativamente bueno. Asimismo, se propusieron pensar a la crisis como un momento de oportunidades para los países en desarrollo.

En este sentido el director del banco Itaú-Unibanco, Ricardo Villela Marino, manifestó que “independientemente de la ideología, cada Gobierno debería centrarse en medidas anticíclicas. Además, los países deberían enfocarse en el comercio con sus vecinos. Hay margen para nuevas iniciativas en América Latina, particularmente en el comercio intraregional”.

El ejecutivo destacó que las instituciones financieras latinoamericanas están libres del contagio de la crisis y están bien capitalizadas, por lo que serán fundamentales para emerger de la turbulencia. “Latinoamérica y sus instituciones financieras son parte de la solución de la crisis, no parte del problema”, aseguró.

En ese contexto, el analista financiero Álvaro Andrade explicó a America Economía que si bien no existen soluciones rápidas a la crisis global en la región, será necesario que los líderes “centren sus discusiones en temas como la defensa de la liquidez de sus cuentas, la concertación con los distintos sectores de la producción, para aliviar un poco los efectos en el empleo e inversión, y en concentrar en los nichos de mercado los productos que pueden exportarse con ventaja competitiva”.

Como respuesta al nuevo tablero geopolítico, que pone al frente del escenario a América Latina en una oportunidad histórica, Luis Ignacio Lula Da Silva apuesta a un nuevo orden económico basado en la redistribución de la riqueza y en la protección del empleo.

“Mucho dinero en pocas manos es concentrar la riqueza. Poco dinero en muchas manos es distribución de riqueza y es así que queremos construir un nuevo orden mundial para superar la crisis financiera”, expresó el presidente.

El pedido sobre el reingreso de Cuba al sistema interamericano no quedó al margen de la agenda. El mandatario brasileño se unió al pedido ante la Cumbre de las Américas de la aceptación de Cuba al sistema interamericano.

En tanto la Cumbre del ALBA, se llevó a cabo en Cumaná, Venezuela, el 16 de abril. En ella participaron los presidentes Raúl Castro (Cuba), Evo Morales (Bolivia), Manuel Zelaya (Honduras), Daniel Ortega (Nicaragua) y el primer ministro Roosevelt Skerrit (Dominica).

También asistieron como invitados el mandatario de Paraguay, Fernando Lugo, y el primer ministro de San Vicente y las Granadinas, Ralph Gonsalves.

La agenda de la reunión se centró en el análisis de la crisis internacional, y también en la revisión de los avances, logros y nuevos proyectos del ALBA. Asimismo, fue aprobada la creación de una moneda común llamada “sucre”, un sistema regional de compensación comercial.

Esta propuesta de integración fue pensada para terminar con la dependencia al dólar y dinamizar el comercio entre los países miembros. Este proyecto se incluye en un amplio programa que abarca desde empresas conjuntas, denominadas gran-nacionales, hasta acciones en terrenos de salud y educación.

Además, los países miembros del ALBA pidieron el reingreso de Cuba al sistema interamericano. También se solicitó el cese inmediato del bloqueo que Estados Unidos mantiene sobre la isla. El presidente de Bolivia, Evo Morales , presentó el borrador de la resolución con el pedido, que fue adherida a la declaración final de la VII Cumbre del ALBA, y contó con el apoyo unánime de los presidentes que se reunieron.

El bloque del ALBA mantuvo duras criticas hacía los organismos internacionales y hacía Estados Unidos por la exclusión que padece Cuba.

En este sentido el mandatario Evo Morales -en el marco de la cumbre del ALBA- y tras leer la resolución con la cual se excluyó a Cuba del sistema interamericano en el siglo pasado, se declaró “marxista, leninista, socialista. Ahora que me expulsen. Es increíble”, manifestó.

Y agregó “Estados Unidos no tiene moral para hablar de democracia porque desde allá se planifican y financian golpes de Estado. Que liberen los presos, no tienen moral. Lo emplazo a que expulsen a los delincuentes que tienen asilados allá. Si (Barack) Obama quiere el apoyo de todos que levante el bloqueo a Cuba”.

Más allá de las posturas algunas más moderadas que otras, lo importante a tener en cuenta es que de estas dos reuniones surge el compromiso de apostar por una posición común para el crecimiento de Latinoamérica, que hasta no hace mucho tiempo había sido postergado por los gobiernos afines a la dominación de los países desarrollados.

América Latina se encuentra en un momento histórico e inédito que le permite tener más fuerza y peso ante los países desarrollados (fuertemente golpeados por la crisis financiera). Los bloques políticos y económicos Latinoamericanos vienen trabajando en una fuerte política integracionista.

Se piensa un intercambio más justo con la creación de nuevos sistemas de compensación en monedas locales o la creación de una nueva moneda como el “sucre”. La crisis genera ante todo oportunidades, y esta es la mejor para demostrar que América Latina puede surgir como una nueva potencia económica.

Brasil ya se conforma como una potencia sudamericana y mundial, que esta ganando terreno y poder en el tablero internacional. América Latina necesita de la integración, para no permitir que la brecha entre los propios países, caven la tumba de la desigualdad y de la pobreza bajo la sombra del “subdesarrollo”.

“Los hermanos sean unidos porque esa es la ley primera, sino los devoran los de afuera”. Fragmento del “Martín Fierro” de José Hernández.

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Facultad de Periodismo y Comunicación Social. Universidad Nacional de La Plata.