Cuando los hilos son manejados por los varones

Ellos, los dueños de la política

31/05/2009
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Buenos Aires

Según Jutta Marx, quizá la especialista local número uno en la materia, las decisiones más importantes siguen en manos de los varones. Una mirada sobre el machismo político.

En las próximas elecciones legislativas, Argentina será uno de los pocos países del mundo que incluya mujeres en forma casi igualitaria respecto de los candidatos hombres, en las listas de candidatos.

Una cuestión a primera vista simple, pero que en realidad constituye un hecho trascendental si se piensa en una sociedad acostumbrada a los capitaneos masculinos. El país ocupa el quinto lugar en el mundo de naciones cuyos parlamentos presentan los índices más altos de presencia femenina. La Cámara Electoral argentina aporta otro dato significativo: hay más afiliadas que afiliados a los partidos políticos mayoritarios.

Sin embargo, y a pesar de constituirse esos datos en avances en materia de igualdad de género, parece tratarse de un crecimiento sólo cuantitativo, debido a que en el terreno cualitativo, el de las decisiones políticas y definitorias, el lugar lo siguen ocupando los varones.

“Las mujeres no tienen poder de decisión sobre quiénes serán las candidatas a legisladoras nacionales” , explicó a APM la socióloga Jutta Marx, coautora junto a Jutta Borner, Mariana Caminotti y Ana Laura Rodríguez Gustá del libro “Ideas, presencia y jerarquías políticas”.

La investigación dirigida por Jutta Marx es la continuación de “Las legisladoras. Cupos de género y política en Argentina y Brasil”, estudio sobre la estructura de oportunidades de varones y mujeres en el Parlamento y en el proceso de selección de candidatos a cargos legislativos, cuya orientación también estuvo a cargo de Marx.

A partir de entrevistas a legisladores y legisladoras, “Ideas, presencia y jerarquías políticas”, indaga en las condiciones de acceso a candidaturas y se pregunta sobre los ámbitos de igualdad dentro del Congreso Nacional. En ese contexto, una de las conclusiones a las cuales arribaron las autoras fue que dentro del Parlamento aún persisten las “reglas informales”.

“Es decir, esas reglas informales significan que no son invitadas a reuniones en las cuales se toman decisiones importantes, la llamada ‘mesa chica’. Además, tienen un acceso más difícil a la información. En los debates parlamentarios sufren más interrupciones que sus pares masculinos. Tienen que trabajar más y mejor que ellos para ser reconocidas. Cuando se trata un tema dentro del Congreso, aunque ambos tengan el mismo conocimiento, quienes hablan primero son los varones” , sostiene Jutta Marx.

Asimismo, la socióloga añade que si bien los hombres entrevistados reconocieron que las mujeres corren con ciertas desventajas, continúan viendo al Congreso como un lugar igualitario. “Los varones dicen que hombres y mujeres ganan igual, tienen los mismos derechos. En tanto las mujeres, aseguran que sufren desventajas y discriminaciones y hacen referencia a esas reglas informales”, destacó Marx.

La Ley de Cupo Femenino (Ley 24.012), sancionada en noviembre de 1991, exige a los partidos políticos incorporar un porcentaje mínimo del 30 por ciento de mujeres en sus listas de candidatos a los cargos a elegir. “La ley establece además que no serán oficializados aquellas partidos que presenten listas sin esos requisitos”, añadió por su parte Jutta Born.

A partir de ese Cupo Femenino, el número de legisladoras aumentó de modo sistemático. La investigación afirma que, en la Cámara de Diputados, la proporción de mujeres ascendió desde un exiguo 5 por ciento entre 1991 y 1993 a un 36 por ciento del total de las bancas en el periodo 2005/2007.

En tanto, en el Senado nacional, en el 2005, las legisladoras constituían sólo un 5 por ciento, pero en 2008, Argentina se ubicaba en el quinto puesto del ranking de “Mujeres en el Parlamento”, de acuerdo a datos aportados por la Unión Interparlamentaria (IPU, por sus siglas en inglés), organización internacional de parlamentos de los estados soberanos.

No obstante esos avances, el Congreso Nacional presenta algunos entramados discriminatorios, desigualdad de género y división del trabajo. Sobre ese punto, Jutta Marx señala que la mayoría de los proyectos del ámbito social y de género son presentados por mujeres, mientras que la autoría de aquellos relacionados con la economía y la “gran política” pertenecen a los varones. “Se puede constatar que en el mismo Congreso existe división del trabajo. Además esos proyectos son recibidos como iniciativa de mayor prestigio”, apuntó.

En efecto, el relevamiento asevera que un 74 por ciento de propuestas referidas a familia y niñez, un 73 por ciento relacionadas con la salud y un 84 por ciento de propuestas sobre género, fueron presentadas por mujeres. Y en cambio, un 63 por ciento del total proyectos económicos y el 69 por ciento de los proyectos sobre relaciones exteriores, fueron impulsados por hombres.

La élite que elige candidatos

Dentro de los entramados de poder argentinos persisten elementos machistas y patriarcales, sobretodo en la selección de políticos para candidatearse a algún cargo. “Es un proceso controlado por líderes territoriales -indica Marx-particularmente por gobernadores e intendentes”. Y añade que en el proceso electoral rara vez se realizan internas para elegir qué figura se presentará como el candidato de un partido, sino que se trata de decisiones tomadas por un grupo de hombres que tienen cargos ejecutivos en el poder.

En el proceso de elección de candidatos, hombres y mujeres consultados en la investigación coinciden en que un grupo reducido de personas toma las decisiones y que las mujeres poseen poco acceso a esas disposiciones.

“A tal punto que pudimos ver que más hombres que mujeres participaban activamente en ese proceso porque tenían un cargo, eran intendentes. En cambio, las mujeres muy pocas veces fueron participes de la selección misma, fueron seleccionadas, sí, pero no participaron en ese proceso de elección”, concluyen las autoras.

Asimismo, dentro de un mundo político desigual, cobran fuerza los prejuicios contra las mujeres y su participación en la política. En ocasiones, la actuación de una mujer en política es tildada de “palanqueos” u oportunismos, atribuidos ambos a la presencia de lazos de la mujer con algún político de peso y no por su propia trayectoria como militante política.

“Existen frecuentes prejuicios que las candidatas o legisladoras lo son por ser familiares de figuras fuertes masculinas -reflexiona Marx- (…) Es una cosa que ocurre para ambos lados, y en todo caso no seria algo que decidieron las mujeres sino que se trata de una decisión que tomaron los varones”.

Las autoras sostienen que si bien los números devienen importante para avanzar en la materia, los elementos cualitativos no alcanzan. “Quedan pendientes una serie de cuestiones”, afirman las investigadoras, y añaden que el estudio de los partidos políticos en cuanto a la confección de listas, proporcionaría una nueva vía de investigación.

“Una línea muy importante de investigación es ver qué pasa dentro de los partidos políticos, porque si las mujeres tuvieran una participación mayor en los procesos de conducción y decisión, en combinación con prácticas más democráticas, podrían introducir factores favorables para lograr mayores niveles de igualdad de género. Creo que es un terreno poco explorado por las investigaciones de género”, concluyó Jutta Marx.

Fuente: Agencia Periodística del MERCOSUR (APM), Facultad de Periodismo y Comunicación Social, Universidad Nacional de la Plata, Argentina.
http://www.prensamercosur.com.ar

https://www.alainet.org/es/articulo/133995
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