Egipto y Honduras: un destino común

12/02/2011
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Se ha derrumbado el régimen dictatorial de Egipto. Después de 30 años en el  poder, Mubarak ha cedido a las exigencias del pueblo egipcio, desbordado en las  calles y en las plazas, exigiendo su renuncia. Fueron 30 años de terror en  contra del pueblo, de Estado de excepción, de brutalidad militar y de traición a  los anhelos del pueblo árabe.
 
Todo ha llegado a su final, porque no hay mal que dure 100 años, ni pueblo que  lo resista. Tan buen principio del final que a Mubarak se le han cancelado sus  multimillonarias cuentas en la banca suiza. Bueno, yo corrijo y diré que se  trata del final del principio. No olvidemos que ha sido el ejército, el mismo  que sostuvo al tirano, el que se ha hecho conel poder, eso si, con promesas de  cambio y de conducir al país a un sistema de auténtica democracia. Aunque hasta  ahora los militares no han hablado con la suficiente claridad acerca de lo que  se proponen desde el poder, no cabe la menor duda de que ya no podrán ir a donde  ellos quieran, en contra de la voluntad del pueblo egipcio, sobre todo de su  juventud que ha dicho basta y quiere ser la constructora de un mundo mejor en  base a libertad y participación.
 
Aunque vacilante a lo largo del proceso, el Presidente Obama ha urgido a los  militares egipcios a que expongan con claridad los pasos que piensan seguir para  conducir a una auténtica democracia al pueblo egipcio, después de esa valentía  demostrada durante estos dieciocho días de la firme determinación de ver al  faraón redivivo fuera del palacio presidencial.
 
La euforia y la alegría sin límites han estallado por todo Egipto y el mundo  después de que el vicepresidente, también repudiado por el pueblo, anunciara que Mubarak se iba y que depositaba el poder en los militares.
 
La ola iniciada en Túnez, con el derrocamiento de otro tirano, invade ahora a la  gran mayoría de los países árabes, gobernados por regímenes autocráticos,  inmersos en un mar de corrupción y en total olvido a los grandes intereses y las  más urgentes necesidades de los pueblos.
 
El pueblo egipcio inicia ahora una marcha victoriosa hacia su liberación plena.  Saben perfectamente en que rumbo marchar y será necesario que siga demostrando  su coraje y su determinación para impedir que los militares y los intereses  externos a las grandes aspiraciones de los egipcios se interpongan para burlar
la revolución.
 
El pueblo de Honduras, inmerso en una lucha por lograr reencausar al país por  una nueva ruta que permita a la nación convertirse en la que decida su propio  destino, se encuentra en franca lucha por echar por los suelos la  seudodemocracia implantada hace mas de dos décadas, seudodemocacia que ha  incrementado la miseria de las mayorías y la opulencia de la oligarquía  gobernante apoyada en un ejército corrupto y enemigo del pueblo. Por eso el clamor que se escucha por todos los rincones de Catrachilandia es el llamado al  fin de este sistema injusto y desigual seguido de la refundación del país, para  que todos sus habitantes gocen de libertad y de la protección de un nuevo Estado  diseñado para ser el reflejo de la voluntad soberana del pueblo. Entonces,  cuando las banderas y las plazas del país se desborden con el júbilo de la  victoria, el pueblo arrasará con los militares, porque ya no necesitará de que  tutelen sus decisiones, ni de uniformados, pagados con su sudor, que le repriman.
https://www.alainet.org/es/articulo/147550
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