Declaración Final de las y los participantes:
Escuela
07/08/2011
- Opinión
En Guabito nos encontramos por primera vez todas y todos los que llegamos a formarnos en comunicación al norte del Cauca, allí mismo hoy nos graduamos cerca de 80 personas como Comunicadoras y Comunicadores Comunitarios. Son sentimientos encontrados los que nos invaden: una inmensa alegría por lo compartido y el camino a seguir, pero también mucha tristeza porque en ese mismo lugar, el 14 de octubre de 2010 fue asesinado nuestro compañero Rodolfo Maya Aricape. Hecho que hace parte de todo el accionar violento que se ha incrementado en Colombia, y en particular, en el Cauca por parte de todos los actores armados. Lo que pretenden es despojarnos de nuestros territorios y explotar los bienes comunes, por ello los dueños del poder implementan el terror y la guerra y el ajuste económico estructural. En ese contexto, los medios de comunicación de las élites y el capital, nos han querido acallar con sus diferentes estrategias, pero también el ejército que se hace llamar del pueblo nos amenaza y asesina. Mientras tanto, todas y todos los que creemos en otros mundos posibles, nos defendemos con el pensamiento, la palabra y la acción desde todos los ámbitos comunitarios. En ese sentido, la Escuela de Comunicación “El Camino de la Palabra Digna, es un resultado de nuestra resistencia milenaria y de nuestro tejido con otros pueblos.
El primer proceso de formación en comunicación en el norte del Cauca se realizó entre 1999 y 2002 en el Resguardo/Municipio de Jambaló. Allí se capacitaron más de 70 comunicadoras y comunicadores comunitarios, en producción radial, impresos, video y fotografía. Un grupo de esta primer escuela inició su trabajo radial en la emisora Radio Pa'yumat, otros empezaron a hacer registros audiovisuales desde sus resguardos, mientras unos nuevos se acercaron a las Tecnologías de Información y Comunicación –TIC. Estos jóvenes indígenas con apoyo de personas externas, serían los gestores del Tejido de Comunicación en el 2005 y de la Escuela de Comunicación “El Camino de la Palabra Digna”, en el 2010.
En el 2009 el segundo congreso de la zona norte en Tacueyó, llamado II Minga de Pensamiento, también fue un espacio determinante para la creación de la Escuela de Comunicación. Allí el pueblo Nasa viendo la necesidad de fortalecer sus procesos político organizativo y los Planes de Vida, decidió ratificar la creación de distintos espacios de formación, entre ellos, una Escuela de Comunicación, la que hoy llamamos: “El Camino de la Palabra Digna”. Es así que a finales de abril del año 2010, el Tejido de Comunicación ACIN, dio inicio al primer encuentro de la Escuela de comunicación, con una participación de cerca de 140 representantes de procesos indígenas, sociales y populares, procedentes principalmente del departamento del Cauca, pero también de Casanare, Antioquia, Cundinamarca, Huila, Nariño, Caldas y Valle del Cauca.
Desde el principio la escuela se planteó como un espacio de formación diverso, intercultural y multilingüe, en donde no solo estuviesen presentes las herramientas técnicas y pedagógicas para comunicar, sino las formas propias y cotidianas para compartir e intercambiar conocimientos y saberes. Reconociendo y gestando la comunicación como una estrategia política de reflexión y movilización de los pueblos, frente a las continuas agresiones que vivimos. Siempre con un objetivo común: La defensa del territorio y la vida digna.
La escuela ha centrado su accionar en dos pilares fundamentales: el componente ético y político de las comunicadoras y los comunicadores, encaminado a sembrar conciencias críticas, propositivas y autónomas, que brinden alternativas a la resolución de diferentes problemáticas que afrontamos los pueblos. Y el componente técnico, con el manejo de herramientas y lenguajes de la comunicación, tanto propios de las comunidades autóctonas, como apropiados de las tecnologías de la información y la comunicación.
Desde este espacio de formación nos proponemos hacer comunicación autónoma, porque la participación directa de mujeres, hombres, jóvenes, niños y mayores no sólo en el hacer cotidiano, sino también en las decisiones políticas en los territorios, es nuestro mayor desafío. Así anhelamos que nuestras voces acalladas y restringidas durante cientos de años, renazcan y se conviertan en ecos en los campos y en ciudades, diciéndole al mundo que seguimos más vivos que nunca. Exigiendo nuestros derechos y ejerciendo los deberes con nuestras comunidades desde el mandar obedeciendo, respetando la vida en todas sus formas y protegiendo nuestra Gran Casa que es la Madre Tierra. Ese ser que nos brinda vida, que nos acoge desde tiempos inmemorables y que hoy se encuentra en más riesgo que nunca antes, por la ambición y la avaricia de capitalistas a quienes solo les interesa acumular riquezas y poder. Ellos, los enemigos de la Madre Tierra, no sólo compran territorios, también compran conciencias, sin importar por encima de quienes tengan que pasar, de cuantas guerras tengan que desatar y de cuantos engaños deban pronunciar.
Por tal razón, nosotras y nosotros como semilla plantada desde la comunicación para la verdad y la vida, entendemos que procesos, dinámicas y prácticas comunitarias son el eje central de lo que vamos construyendo, que nuestros saberes nos unen y nos dan grandes fuerzas para seguir tejiendo los nudos, los hilos y los huecos, sin olvidar que nuestros procesos son como una gran mochila, en la que todos nos entrelazamos reconociendo las problemáticas que nos afectan, para así, identificar acciones y estrategias que desde comunicación nos permitan seguir resistiendo y brindando alternativas de vida.
Nosotras y Nosotros, nos comprometemos a caminar la palabra digna mediante el tejer de hilos, como formas y medios que utilizamos para visibilizar, debatir, criticar y proponer alrededor de huecos, es decir, temas de nuestras prácticas cotidianas, de nuestros procesos y de nuestras problemáticas y propias contradicciones. Con el firme objetivo de fortalecer espacios de diálogo y seguir comunicando desde el territorio y tejiéndonos con otros pueblos y procesos.
Somos voz de resistencia, somos estrategia comunicativa para la vida y tratamos de seguir las buenas huellas que han dejado nuestros antecesores, para seguir construyendo y trazando camino en cada uno de nuestros territorios y Planes de Vida. Nuestros compromisos están y se encuentran ligados en el tiempo y en el espacio, para fortalecer interna y externamente todo este caminar de la palabra digna que construimos desde la diversidad de nuestros saberes. Compromisos que deben estar presentes no solo en nuestros pensamientos, sino en acciones concretas que anhelamos se conviertan en semilla y en fuente de inspiración para otros pueblos y procesos que siguen gritando desde la invisibilidad y el silencio.
Nuestras prácticas de vida comunitarias para seguir siendo desde el territorio, se articulan con acciones comunicativas a través de los “hormigueros”, de los puntos de encuentro, de la reflexión y de la acción conjunta. Acciones que nos permitan reunir, mantener y difundir conocimientos encontrados desde cada una de nuestras comunidades y particularidades, para ir levantando y tejiendo los diferentes pensamientos que deben acompañar los pilares de los Planes de Vida de nuestros pueblos.
Hoy ratificamos que nos unen más nuestros procesos de luchas y de resistencias, porque nos hemos articulado entre indígenas, afrodescendientes, campesinos y sectores urbanos, entendiendo el Tejer comunicación desde, para y con nuestros pueblos y organizaciones, con los cuales recíprocamente se in-forma, se concientiza y se articula para movilizar y accionar nuestros Planes de Vida y para resistir y construir alternativas frente al Proyecto de Muerte, caminando y liberando la Palabra de la verdad y la vida. Quienes incentivamos el caminar de la palabra digna, soñamos con hacer realidad la construcción de un “país de pueblos y sin dueños”, diverso y lleno de colores, aromas, sabores y sensaciones en el que todas y todos tengamos cabida.
4 de agosto de 2011, Resguardo de López Adentro, Vereda Guabito, Caloto- Cauca, Zona Norte.
Primera promoción de la Escuela del Tejido de Comunicación.
El primer proceso de formación en comunicación en el norte del Cauca se realizó entre 1999 y 2002 en el Resguardo/Municipio de Jambaló. Allí se capacitaron más de 70 comunicadoras y comunicadores comunitarios, en producción radial, impresos, video y fotografía. Un grupo de esta primer escuela inició su trabajo radial en la emisora Radio Pa'yumat, otros empezaron a hacer registros audiovisuales desde sus resguardos, mientras unos nuevos se acercaron a las Tecnologías de Información y Comunicación –TIC. Estos jóvenes indígenas con apoyo de personas externas, serían los gestores del Tejido de Comunicación en el 2005 y de la Escuela de Comunicación “El Camino de la Palabra Digna”, en el 2010.
En el 2009 el segundo congreso de la zona norte en Tacueyó, llamado II Minga de Pensamiento, también fue un espacio determinante para la creación de la Escuela de Comunicación. Allí el pueblo Nasa viendo la necesidad de fortalecer sus procesos político organizativo y los Planes de Vida, decidió ratificar la creación de distintos espacios de formación, entre ellos, una Escuela de Comunicación, la que hoy llamamos: “El Camino de la Palabra Digna”. Es así que a finales de abril del año 2010, el Tejido de Comunicación ACIN, dio inicio al primer encuentro de la Escuela de comunicación, con una participación de cerca de 140 representantes de procesos indígenas, sociales y populares, procedentes principalmente del departamento del Cauca, pero también de Casanare, Antioquia, Cundinamarca, Huila, Nariño, Caldas y Valle del Cauca.
Desde el principio la escuela se planteó como un espacio de formación diverso, intercultural y multilingüe, en donde no solo estuviesen presentes las herramientas técnicas y pedagógicas para comunicar, sino las formas propias y cotidianas para compartir e intercambiar conocimientos y saberes. Reconociendo y gestando la comunicación como una estrategia política de reflexión y movilización de los pueblos, frente a las continuas agresiones que vivimos. Siempre con un objetivo común: La defensa del territorio y la vida digna.
La escuela ha centrado su accionar en dos pilares fundamentales: el componente ético y político de las comunicadoras y los comunicadores, encaminado a sembrar conciencias críticas, propositivas y autónomas, que brinden alternativas a la resolución de diferentes problemáticas que afrontamos los pueblos. Y el componente técnico, con el manejo de herramientas y lenguajes de la comunicación, tanto propios de las comunidades autóctonas, como apropiados de las tecnologías de la información y la comunicación.
Desde este espacio de formación nos proponemos hacer comunicación autónoma, porque la participación directa de mujeres, hombres, jóvenes, niños y mayores no sólo en el hacer cotidiano, sino también en las decisiones políticas en los territorios, es nuestro mayor desafío. Así anhelamos que nuestras voces acalladas y restringidas durante cientos de años, renazcan y se conviertan en ecos en los campos y en ciudades, diciéndole al mundo que seguimos más vivos que nunca. Exigiendo nuestros derechos y ejerciendo los deberes con nuestras comunidades desde el mandar obedeciendo, respetando la vida en todas sus formas y protegiendo nuestra Gran Casa que es la Madre Tierra. Ese ser que nos brinda vida, que nos acoge desde tiempos inmemorables y que hoy se encuentra en más riesgo que nunca antes, por la ambición y la avaricia de capitalistas a quienes solo les interesa acumular riquezas y poder. Ellos, los enemigos de la Madre Tierra, no sólo compran territorios, también compran conciencias, sin importar por encima de quienes tengan que pasar, de cuantas guerras tengan que desatar y de cuantos engaños deban pronunciar.
Por tal razón, nosotras y nosotros como semilla plantada desde la comunicación para la verdad y la vida, entendemos que procesos, dinámicas y prácticas comunitarias son el eje central de lo que vamos construyendo, que nuestros saberes nos unen y nos dan grandes fuerzas para seguir tejiendo los nudos, los hilos y los huecos, sin olvidar que nuestros procesos son como una gran mochila, en la que todos nos entrelazamos reconociendo las problemáticas que nos afectan, para así, identificar acciones y estrategias que desde comunicación nos permitan seguir resistiendo y brindando alternativas de vida.
Nosotras y Nosotros, nos comprometemos a caminar la palabra digna mediante el tejer de hilos, como formas y medios que utilizamos para visibilizar, debatir, criticar y proponer alrededor de huecos, es decir, temas de nuestras prácticas cotidianas, de nuestros procesos y de nuestras problemáticas y propias contradicciones. Con el firme objetivo de fortalecer espacios de diálogo y seguir comunicando desde el territorio y tejiéndonos con otros pueblos y procesos.
Somos voz de resistencia, somos estrategia comunicativa para la vida y tratamos de seguir las buenas huellas que han dejado nuestros antecesores, para seguir construyendo y trazando camino en cada uno de nuestros territorios y Planes de Vida. Nuestros compromisos están y se encuentran ligados en el tiempo y en el espacio, para fortalecer interna y externamente todo este caminar de la palabra digna que construimos desde la diversidad de nuestros saberes. Compromisos que deben estar presentes no solo en nuestros pensamientos, sino en acciones concretas que anhelamos se conviertan en semilla y en fuente de inspiración para otros pueblos y procesos que siguen gritando desde la invisibilidad y el silencio.
Nuestras prácticas de vida comunitarias para seguir siendo desde el territorio, se articulan con acciones comunicativas a través de los “hormigueros”, de los puntos de encuentro, de la reflexión y de la acción conjunta. Acciones que nos permitan reunir, mantener y difundir conocimientos encontrados desde cada una de nuestras comunidades y particularidades, para ir levantando y tejiendo los diferentes pensamientos que deben acompañar los pilares de los Planes de Vida de nuestros pueblos.
Hoy ratificamos que nos unen más nuestros procesos de luchas y de resistencias, porque nos hemos articulado entre indígenas, afrodescendientes, campesinos y sectores urbanos, entendiendo el Tejer comunicación desde, para y con nuestros pueblos y organizaciones, con los cuales recíprocamente se in-forma, se concientiza y se articula para movilizar y accionar nuestros Planes de Vida y para resistir y construir alternativas frente al Proyecto de Muerte, caminando y liberando la Palabra de la verdad y la vida. Quienes incentivamos el caminar de la palabra digna, soñamos con hacer realidad la construcción de un “país de pueblos y sin dueños”, diverso y lleno de colores, aromas, sabores y sensaciones en el que todas y todos tengamos cabida.
4 de agosto de 2011, Resguardo de López Adentro, Vereda Guabito, Caloto- Cauca, Zona Norte.
Primera promoción de la Escuela del Tejido de Comunicación.
https://www.alainet.org/es/articulo/151732?language=en
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