Entre democracia y comunicación: Reaccionar o responder

20/06/2012
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Desde que existen tecnologías de extensión colectivas, existen también dos posiciones muy amplias, una la de los dueños de las tecnologías, y otra la gran mayoría que no las tiene. Siempre el tener implica poder, en este caso, poder financiero. Si miramos hoy día los macro informativos no necesitamos demasiado análisis para darnos cuenta que se soporta en recursos tecnológicos, periodísticos, editores, recursos gráficos y un nivel estético en su puesta en el aire. Todo esto tiene un costo apoyado en la publicidad. La publicidad busca posicionar en el mercado productos para el consumo humano con valor material y simbólico dentro de un marco ideológico funcional al modelo de sociedad. Un modelo es Cuba, otro modelo es Chile. Entonces se hace perentorio buscar el equilibrio y eso requiere trabajo serio y con la gente que sabe. En ellos nos alimentamos para no confundir gatos con liebres.

Si miramos informativos de países en Suramérica no pasará inadvertido que el relato, incluso en el país emisor, lo macro informativo lleva el icono de CNN, Televisión española o de canales de países centrales. Es inimaginable ver en un informativo de ciudades pequeñas informaciones propias que surjan de periodistas de campo. El mundo viene relatado desde afuera, con los matices, condiciones de producción muy claras, salvo el relato futbolero local, policiales y una visión confusa de cultura vinculada a productos culturales y no a conductas sociales vinculadas a la limpieza, la conducción sin cascos y sin normas, fábricas tirando humo que nunca es inocente, ausencia de atractivos para niños, adolescentes como un multideportivo, piletas para los fines de semanas en verano, gimnasios para deportes en inviernos, espectáculos de buena música y no de pachanga y no me refiera a la llamada música clásica sino a la buena música que se da en todos los géneros. Un programa audaz de viviendas dignas con veredas arboladas y calles decentes donde el hogar sea grato para generar una comunicación orientada al entendimiento, donde la palabra emancipe ya que como enseñara Wittgenstein el tamaño de nuestro mundo corresponde al tamaño de nuestro lenguaje.

Traducir a palabras nuestras necesidades significa distensionar las relaciones intrafamiliares, sociales y de intereses contrapuestos, desactivando el insulto tan caro en las redes sociales que representa muchas veces los modos de interacción en la familia, el autoritarismo, cualquier forma de dictadura. Responder con base argumental y no reaccionar de piel, golpes e insultos y no generar una sociedad tensionada. Resulta difícil resolver sobre hechos, la niñez y adolescencia a la deriva, es mejor enfrentarla estudiando como se hicieron los hechos y buscar cooperativamente gobierno y oposición los climas adecuados para que haya en la mente de los niños esperanzas y no marihuana fácil.

Aunque resulte molesto, las modestas propuestas tecnológicas, de periodismo plano y árido, ausencia de atractivo, porque es bueno seducir antes de convencer, seducir al diálogo, al argumento fundado en datos  y no en fantasías verbalistas ya perimidas y sectarias y reconocer que el disenso se da en discursos que van muchas veces en la misma dirección de ese modo es posible que las mónadas mediáticas y en Internet se abran a toda la riqueza que ofrece el cambio a una sociedad justa y que genera un  discurso en que los conceptos no sean erráticos y que con palabras primordiales no se construyan ambigüedades como hoy pasa con democracia y comunicación.

- Walter Dennis Muñoz es periodista, www.facebook.com/walterdennism

https://www.alainet.org/es/articulo/158883
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