Estadísticas de la hipocresía

19/05/2015
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Ayer leí en la BBC que cien personas murieron por peleas de comida. Era en una embarcación de migrantes hacia el primer mundo. Este año ya van más de 60.000 personas las que intentan cruzar el Mediterráneo, para escapar de los resultados espantosos del llamado desarrollo y progreso: guerras, peleas de poderosos pero en territorios de pobres con Estados donde no existe, ni por asomo, derechos humanos. Todos los días mueren como animales, cientos y cientos de humanos desechados por el modelo de desarrollo impuesto por los países llamados centrales. Sí, el desarrollo y progreso esencialmente es destrucción de la naturaleza, y eso afecta directamente al medio ambiente de los más pobres y vulnerables. Pero también desarrollo y progreso es el modelo económico, que está construido y diseñado para favorecer a los más poderosos en el mundo, donde los más pobres y débiles no tienen lugar alguno, sino como simples estadísticas y simples números fríos de noticias mundiales, para el lavado de consciencia de los más inquietos en el mundo.

 

 El cinismo de la hipocresía gringa tiene ribetes escandalosos. En realidad, ya no tienen límites porque su hipocresía tiene el tamaño de su culta y pulcra manera de referirse a las cosas. Se asustan de la invasión de pobres, de bárbaros y de piel oscura, porque molestan estéticamente sus calles y sentimientos blancos y racistas. Es una historia conocida, desde las épocas coloniales y conquistadoras. Ese cinismo que opera al cien por cien, ya que sus intereses coloniales tienen tentáculos en todas sus operaciones dizque capitalistas: las ganancias son el fin que justifica todos los medios. Las guerras son el negocio más rentable en la historia moderna. Las guerras están absolutamente justificadas desde los Estados gringos, y sus inmensas inversiones tienen que ser nomás rescatadas por todos los medios posibles. Así, el invento de guerras es la constante más dramática de la historia moderna, después de la segunda guerra mundial. Primero fue la excusa de la guerra fría, donde los más poderosos en ambos bandos inundaron de armas e ideología a todo el mundo, y varios países se enfrentaron sangrientamente, sembrando millones de muertos en nombre de ambos bandos. Los golpes de Estado y las siniestras combinaciones de los servicios de espionaje, hicieron viento en popa a los mercaderes de la muerte. Hoy los inventos son más crueles: terroristas, islamistas, migrantes. Excusas necesarias y justificables para seguir con las ganancias, de las industrias más rentables del mundo: misiles, drones, aviones, fusiles, tanques, buques. Todo para matar y destruir.

 

 Lo grave de ese cinismo gringo es que todas las guerras y experimentos políticos e ideológicos, se realiza en el llamado tercer mundo. En la misma Europa hay también espacios del tercer mundo: los Balcanes, Ucrania. En esos lugares, donde los Estados no entienden de derechos humanos y ni hay Estados, y los gringos lo saben, están permitidas y recreadas todas las posibilidades para los negocios de la muerte. Pero también allá donde hay Estados; y sus ideologías son contrarias al pensamiento único gringo, son espacios de desestabilización armada, por ejemplo Siria, Yemen, Líbano e Irán. De todos esos lugares millones de humanos, sobre todo mujeres, niños y jóvenes huyen no sólo para salvar sus vidas, sino para buscar algo de estabilidad y algo de futuro, en un mundo donde empieza a ser un lujo pensar en la estabilidad y el futuro. La guerra es nomás la parte más importante del desarrollo y el progreso, sus industrias son las más rentables. Qué importa si eso signifique millones de muertos, desplazados, mujeres violadas, regiones destruidas y bombardeadas: el fin justifica los medios. En todos los bandos en conflicto, son los mismos mercaderes de la muerte los que venden las armas, y todos los artefactos como las informaciones de inteligencia de los gringos. Los negocios gringos no tienen compasión ni piedad, características básicas desde que se conoce los paradigmas del capitalismo moderno, allá en el siglo XIX.

 

 Los migrantes pobres, hambrientos y miserables, son el resultado directo de lo que se llama desarrollo y progreso. Producto de procesos histórico estructurales de injusticias, ausencia de Estados y ausencia de básicos elementos de oportunidades, desde tiempos inmemoriales cuando la intervención colonial de los países ricos y saqueadores. Y desde siempre se intenta negar estos hechos, los esfuerzos gringos en eso son notables. Desde sus intelectuales, hasta sus cientistas sociales más brillantes, niegan y cierran los ojos ante lo evidente. Y mientras siga el modelo de progreso y desarrollo actual, no será posible otro mundo distinto. Porque es un modelo hecho y derecho para crear pobres y miserables, porque eso precisamente da sentido al modelo que es de triunfalismo y de éxito…sobre miles de millones de hambrientos, desplazados y fracasados para el modelo.

 

La Paz, 18 de mayo de 2015.

https://www.alainet.org/es/articulo/169712
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