¿Desmontando el neoliberalismo?
- Opinión
El secretario general del FMLN, Medardo González, declaró la semana pasada que el actual gobierno está en proceso de “desmontar el modelo neoliberal” que impusieron los sucesivos gobiernos de ARENA (1989-2009).
El dirigente de izquierda basa su afirmación en la implementación de los programas de apoyo a sectores sociales vulnerables, impulso a la educación, reforma de salud y la reactivación productiva cuyos resultados son innegables: reducción de la pobreza y del analfabetismo, mayor acceso a servicios de salud, etc.
Es cierto que programas emblemáticos, como la “Pensión Básica Universal” para los adultos mayores o el “Vaso de Leche” para los escolares, impactan positivamente en población que nunca había recibido beneficios del Estado.
Sin embargo, implementar políticas sociales no es suficiente para “desmontar el modelo neoliberal”. Los programas de protección social mitigan los efectos del neoliberalismo, pero no cambian las estructuras que concentran la riqueza en las élites empresariales y excluyen al resto de la población.
Desmontar el neoliberalismo en El Salvador pasaría por revertir la privatización de servicios públicos esenciales y de las pensiones, la dolarización y el esquema fiscal regresivo que –como dice el padre José María Tojeira– trata demasiado bien a los ricos.
Pasa también por recuperar facultades estatales en la economía, replantear los tratados comerciales y modificar el marco jurídico que beneficia a las grandes empresas, permite la elusión tributaria y menoscaba la autodeterminación del país (leyes de Inversiones, Zonas Francas, Minería, Turismo, etc.)
Por tanto, la declaración de Medardo González debería provocar una profunda reflexión y debate en la izquierda (partido, gobierno, organizaciones progresistas) sobre si realmente está desmontándose el neoliberalismo o sólo se maquilla con políticas sociales.
Esta discusión podría conducir a una verdadera alianza de todos sectores (políticos, sociales, académicos, religiosos) de la izquierda para actuar coordinadamente en la lucha por las transformaciones estructurales y un modelo post-neoliberal basado en la justicia social y la redistribución de la riqueza.
Dada la falta de correlación, sobretodo parlamentaria, para impulsar estos cambios, la izquierda gobernante necesita la fuerza de todas las organizaciones populares, movimientos progresistas y sectores democráticos para construir “correlación social y política”.
El FMLN y el gobierno deben apostarle a la movilización y presión popular para desmontar el neoliberalismo y retomar el proyecto histórico de la izquierda: la construcción de un país verdaderamente democrático, equitativo y sustentable.
- Asociación de Radios y Programas Participativos de El Salvador (ARPAS) - http://www.prensa.arpas.org.sv/
Del mismo autor
- El Salvador: la insurrección necesaria 08/09/2021
- El Salvador: soberbia presidencial y catástrofe nacional 24/08/2021
- El bukelismo es dueño del aparato estatal 12/07/2021
- Ley de Agua: el turno de las organizaciones 22/06/2021
- Segundo año de Bukele: lo bueno, lo malo y lo feo 31/05/2021
- Nueva legislatura: el peor comienzo 03/05/2021
- Bukele en transparencia: salió “cohete soplado” 15/04/2021
- Elecciones 28F: lo bueno, lo malo y lo feo 01/03/2021
- El “fraude mayor” 23/02/2021
- El TSE bajo ataque presidencial 18/02/2021