El neocolonialismo racista que impera en Chile

14/07/2016
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Una clara evidencia del carácter neocolonial y racista se demostró en las máximas autoridades de Chile, concretamente a través de su canciller, quien aseguró que su país "no admite" una inspección de autoridades bolivianas a los puertos chilenos de Arica, Antofagasta e Iquique, como lo anunciaran autoridades del país para verificar los abusos a los transportistas nacionales.

 

Cuando se dan éstas expresiones ya no alcanza explicar la realidad desde actitudes coloniales, desde posiciones radicales. Durante años hemos tenido que sufrir, primero, la imposición colonial de la lengua y hoy cuando se escuchan esos argumentos se abren paso, nuevamente los viejos inquisidores que recurren a esas manifestaciones para justificar sus errores.

 

El racismo colonial pro chileno, abre hoy un nuevo campo de debate: el del neocolonialismo racista, ya no podemos aceptar que los discursos de esa índole, se construyan desde la mirada colonial con fuerte carga racista, especialmente para quienes trabajan en procesos de descolonización es altamente denigrante.

 

A la par de lo que propone el canciller aymara, David Choquehuanca, quien diseñó una estrategia que la hace pública para emprender la tarea decisiva de efectuar la inspección in situ, tras las graves denuncias de transportistas y empresarios quienes hablaron de maltratos y el incremento de tasas portuarias, pese a la obligación chilena de garantizar el libre tránsito como estipula el Tratado de 1904, se hace necesario oír otras voces que vayan con la línea de lo que plantea el canciller.

 

Por ello, las reacciones no se dejaron esperar, a una sola voz representantes de la clase política nacional repudiaron esa práctica de discriminación y de racismo con argumentos que los calificaron de “posiciones descabelladas”, hasta otros que apoyan en sentido, el Tratado al ser una compromiso obligatorio entre partes, que es lo que tanto reclama Chile, contempla el mismo que haya el más amplio e irrestricto libre tránsito.

 

El hecho que el canciller, en representación del Estado boliviano, decida viajar a Chile para inspeccionar ese libre tránsito, que mediante el Tratado se comprometió garantizar el estado chileno, no puede ser burlada su investidura, y la palabra empeñada a la fe del Estado chileno, es nomás una actitud que demuestra el incumplimiento al Tratado y humillación a la dignidad de todo un pueblo.

 

El primer mandatario fue más allá para identificar la postura chilena y remarcó que, "si el canciller chileno no acepta inspección de puertos en Arica y Antofagasta es porque sabe que no cumple con Tratado de 1904", refiriendo una vez más a la burla de la que es objeto nuestro país por el incumplimiento de ese Tratado, porque los hechos así lo demuestran.

 

El proceso de la construcción de relaciones bilaterales en un plano de confianza mutua llegó tras la agenda de los 13 puntos pactada ya en el primer gobierno de Michelle Bachellet cuando se crearon espacios de diálogo y que fue un espacio, un momento propicio, para abordar con confianza este tema que es tan sensible para Chile como para Bolivia y, además, sin afanes de politizar, sin generar falsas expectativas, sino trabajar responsablemente.

 

Y si se mira el proceso con detenimiento desde la gestión de Bachellet, la agenda con Chile tuvo importantes avances gracias al empuje que le dio el Canciller aymara, avances que están en varios documentos, resultado de las intensas reuniones con cancilleres, vicecancilleres, sobre lo que se vino a llamar, “trabajar propuestas concretas, útiles y factibles”.

 

Los incrédulos de la política exterior tendrán que saber que con un ministro indígena, se logró posesionar a diferencia de los otros gobiernos, una agenda con temáticas serias en las relaciones bilaterales y multilaterales. Y pese a los impases que se dieron en este último tiempo, azuzados por los mismos medios de comunicación de Chile, el canciller boliviano ha señalado que la agenda se la tiene que reencaminar, porque el diálogo es la base de la construcción de esas propuestas concretas, útiles y factibles.

 

Las actitudes neocoloniales con tinte racista frenan la posibilidad de construir procesos de acercamiento y dialogo, y el desafío pasa por ser militantes del Vivir bien y vivir en armonía con la naturaleza. Nadie puede decir que apoya el proceso de cambio cuando tiene sentimientos de venganza, de odio, y sobre todo cuando no se tiene presente el bien de la comunidad.

 

David Choquehuanca ya tiene el respaldo de muchos patriotas y de quienes construyen la unidad para estar al frente de la demanda, por ello creemos que el canciller aymara entra en la historia como el nuevo “willka”, el “hombre luz”, que recorre los caminos de los andes, los valles y los llanos, que como Túpac Katari y Bartolina Sisa, se multipliquen, sean millones y se conviertan en nuevas voces que anuncien un nuevo Pachakuti!

 

Camilo Katari, es escritor e historiador potosino

https://www.alainet.org/es/articulo/178787
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