Un documento esclarecedor sobre el colapso del estado en Colombia

11/10/2016
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camion militar
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He recibido, y me complazco en reproducir más abajo para su difusión, un documento realmente esclarecedor, profundo, riguroso y sin concesiones oportunistas, sobre la crisis del Estado (burgués) en Colombia, producto del intercambio que he mantenido con regularidad en los últimos años con un equipo de trabajo integrado por activistas e intelectuales en ese país latinoamericano, quienes aplican «el método del análisis de la lucha entre clases como factor desencadenante del proceso histórico», como ellos mismos lo advierten en la nota metodológica de su documento.

 

A manera de introducción al mismo, queremos insistir sobre algo a lo que hemos dedicado un libro titulado El papel desempeñado por las ideas y culturas dominantes en la preservación del orden vigente, publicado por la Editorial Dunken de Buenos Aires en diciembre de 2015, cuya edición actualizada aparecerá próximamente en Colombia.

 

Las ideas y culturas que prevalecen en cada período de la historia corresponden a los intereses de las clases dominantes de ese período, cuya prioridad número uno es preservar el orden –económico, social y político – establecido que las beneficia, en lo posible con el consenso, más o menos pasivo de las mayorías y, cuando el consenso falta, con diversas formas y grados de represión, selectiva o de masas.

 

Algunas variantes de las culturas e ideas de las clases dominantes contaminan a la autodenominada izquierda o “progresismo”, llevándola a incurrir en divagaciones metafísicas y extravíos políticos.

 

Precisamos que llamamos metafísicas a las corrientes sociológicas y filosóficas que formulan teorías y proponen interpretaciones de los hechos puramente especulativas, indemostrables e inverificables, vecinas del misticismo.

 

Así se crea un clima intelectual poco propicio al análisis riguroso de los hechos el que consiste en estudiar cuidadosamente la estructura económica y las condiciones políticas, sociales y culturales de una sociedad dada y sus dinámicas y tendencias, incluso la relación de fuerzas de las clases sociales en pugna.

 

Todo ello situado en el marco del sistema económico-social internacional mundializado –denominado con más precisión el capitalismo contemporáneo realmente existente– el cual se caracteriza a escala planetaria por la concentración del poder económico, político, militar y mediático en un puñado de grandes potencias, por la extrema riqueza de una ínfima minoría por un lado y por la frustración y la pobreza de la mayor parte de humanidad por el otro.

 

Los recientes acuerdos de paz celebrados en Colombia y el plebiscito que lo desaprobó ampliamente a través del NO y de la abstención, han dado lugar a un torrente de comentarios, algunos pertinentes y otros provenientes de opinólogos «progresistas» o de izquierda quienes, al margen de la realidad colombiana y del contexto internacional, han analizado el acuerdo y el resultado del plebiscito con los parámetros y la óptica del sistema dominante, alineándose así con la estrategia ambivalente (guerras devastadoras–paz de los cementerios) de las clases dominantes.

 

Ilustres representantes del leadership mundial estuvieron presentes en el show de Cartagena de Indias acompañados por connotados representantes del neoliberalismo periférico neocolonial y del «socialismo del siglo XXI». Todos disfrazados de blancas palomitas.

 

El show estuvo matizado con un toque de realismo mágico macondiano, protagonizado por el pasaje, a modo de advertencia, de los cazabombarderos Kfir que interrumpieron el discurso del jefe de las FARC.

 

Colombia: crisis en la crisis, se profundiza la ilegitimidad del Estado1

 

El mundo tiene sus ojos puestos sobre la dolida Colombia luego del estruendoso fracaso del presidente Juan Manuel Santos –acaecido el domingo 2 de octubre de 2016– para conseguir un apoyo plebiscitario al Acuerdo Final2 alcanzado con las FARC. Luego de seis años de negociaciones en La Habana, acariciaba la posibilidad de ser ‘laureado’ con el Premio Nobel de la Paz,3 así como hacer valedero su anhelo in pectore de ser designado un día no lejano Secretario General de la ONU. Pero como la vida está llena de tumbos y sorpresas al perder el plebiscito el Presidente que lo convocó ipso facto debería renunciar. No hacerlo evidencia un ‘déficit democrático’ y una falencia en su ética política que unos pocos se atrevieron a señalar. Por eso en su alocución nocturna de ese infausto domingo, al reconocer atribulado la adversidad del resultado alcanzó a trastabillar estas palabras: “…aún estoy en funciones…”.

 

Por un vericueto de la historia la cúpula de las FARC mutó –luego de 52 años de lucha armada– en una fracción de la burguesía agraria, comercial y financiera.4 Por ello dejaron sus camuflados de revolucionarios en armas para pasar a utilizar un ropaje social-reformista.5 6

 

Sea lo primero señalar que en la práctica el acuerdo suscrito es un acuerdo inter élites con un sector de la burguesía tradicional que les daría juego político y económico con la anuencia del gobierno de los Estados Unidos y la Unión Europea, quienes dieron su venia para arropar este cometido al Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas.

 

Se trata de un acuerdo entre “victimarios”: a un lado el Estado asesino con su aparato represivo y paramilitar, y al otro las FARC, que han incurrido en “delitos atroces y de lesa humanidad” –en términos del Estatuto de Roma–; dado este pacto entre “victimarios” el acuerdo creaba un sistema de justicia transicional con estándares mínimos, que conllevarían a una impunidad mutua;7 cabe advertir que al no ser castigados tales delitos el ciclo histórico de violencia sistémica tendería a reproducirse en una nueva fase. Así fue como aconteció en 1957, cuando los responsables de La Violencia –los paramilitares de la época llamados ‘pájaros’ y ‘chulavitas’– fueron premiados durante el denominado ‘Frente Nacional’ al ser designados alcaldes y gobernadores, y electos a Concejos, Asambleas y Congreso Nacional. No sólo no se les condenó sino que se les reconocieron prebendas políticas como premio por su labor para contener el ‘comunismo internacional’ y asegurar su integración al régimen que dio origen al pacto oligárquico que se legitimó mediante el Plebiscito del 1° de diciembre de 1957.

 

En términos de la teoría de la revolución y de la historia se requiere –stricto sensu– superar el continuum de violencia contra el pueblo. La estrategia de la oligarquía ha sido perseverante, sistemática, coherente y exitosa para contener el comunismo libertario a lo largo de nueve décadas. El arco de abre con la Masacre de las Bananeras en 1928. Sigue con la muerte de Jorge Eliécer Gaitán cuyo responsable mediante fraude asumió elegido presidente en 1950 con la argucia del ‘basilisco’ y del ‘ignaro pueblo’. De igual forma aconteció con el líder guerrillero Guadalupe Salcedo asesinado luego de la desmovilización de las guerrillas liberales que desde los Llanos orientales iban a tomar el poder en 1952. Luego de los Acuerdos de La Uribe en 1985 a raíz de los cuales surgió la Unión Patriótica, víctima de un genocidio por el cual fue condenado el Estado colombiano.8 El hito de la violencia en este período de desgobierno lo corrobora el magnicidio de cuatro figuras emblemáticas: Bernardo Jaramillo, Carlos Pizarro, Luis Carlos Galán y Jaime Pardo. Hoy el arco continúa tenso y no se cierra aún.

 

Se pasa por un punto de inflexión en esta confrontación histórica que hunde sus raíces políticas en la naturaleza sanguinaria del poder oligárquico-imperialista y que sólo se resolverá dando curso a un cambio radical en el sistema de relaciones sociales de producción y el desmonte del Estado. Es necesario construir nuevas formas de poder comunitario que gobiernen territorios autónomos ordenados por unidades eco-sistémicas (regiones hídricas), que logren armonizar la actividad agroalimentaria con los procesos socio-ambientales, a través de la planeación socio-económica que posibilita la ejecución de planes participativos para el bien vivir. Una administración pública –digna de llamarse pública– que funciona liberada del tráfico de las necesidades humanas por parte de la clase política y sus partidos.

 

La violencia de la oligarquía ha sido de una execrable crueldad, –incluidas torturas, decapitaciones, desapariciones, hornos crematorios, asesinatos, masacres– durante nueve decenios, en el campo fue la obra de sicarios pagados por la oligarquía terrateniente para despojar de sus tierras a los campesinos –que pasaron a la situación de desplazados–9 y también para exterminar y perseguir a los trabajadores urbanos y sindicatos de clase. Los afrodescendientes10 e indígenas11 igualmente perseguidos. En los días agitados que corren se debe quizás hacer notar que mientras se celebra –y se otorga el Nobel a la “voluntad de paz” del gobierno– continúan la persecución y los asesinatos. Por ello es apenas obvia la decisión por parte del Secretariado de las FARC de retirar sus contingentes a zonas seguras.12

 

Retomando el punto sobre el “pacto entre victimarios” explica el constitucionalista Jaime Aráujo:

 

…quienes están negociando el proceso de paz, son los victimarios, no las víctimas y lógicamente los victimarios de uno y otro lado, tratan de obtener provecho; en algunos casos de un grupo sobre otro; y en otros casos para grupos a costa de la sociedad civil y de sus víctimas.

 

El ejemplo, más claro, de beneficio mutuo, es el de la responsabilidad penal, donde los actores armados, han pactado una transición hacia la impunidad, total o parcial; no pudiendo nivelarse por arriba (que sería la hipótesis de que ninguno violó derechos de la sociedad civil); ni colocarse uno sobre el otro (que sería la hipótesis de que un actor respetó los derechos de la sociedad civil y el otro los violó), han decidido nivelarse por abajo (que es la hipótesis real, de que tanto el Estado, como los grupos al margen de la ley, ambos, han violado derechos de la sociedad civil); auto absolviéndose, pactando la impunidad total o parcial, para ambos actores armados y desconociendo de paso los derechos de las víctimas a la verdad, a la justicia, a la reparación y a la garantía de no repetición.13

 

Por su parte los sectores de la ‘izquierda democrática’ fueron cooptados por el Gobierno de Santos mediante una maniobra que consistió en designar como Ministra de Trabajo a la Presidente del Polo Democrático Alternativo, mientras que desde la Oficina del Alto Comisionado de Paz se organizó un plan de sicología de masas denominado ‘La conversación más grande del mundo’ con apoyo de los principales empresarios, los medios masivos de comunicación y su brazo ‘armado’ las encuestadoras para convencer a la opinión que el acuerdo “era el mejor posible”14, “ejemplo para el mundo”, “oportunidad histórica”, “sin vencedores ni vencidos”,15 “el fin de la guerra”,16 etcétera, creando un esquema binario en el imaginario colectivo SI = PAZ, NO = GUERRA. Un proceso político lo intentaron conducir/convertir en una maniobra mediática. Esa instrumentalización no funcionó como a continuación vamos a explicar.

 

El grueso de la población ni se pronunció ni se conmovió, ni se organizó ni participó, en el curso del proceso que conllevó al “acuerdo final para terminar el conflicto y construir una paz estable y duradera”. La Mesa de La Habana asumió que los periplos de selectas personalidades, académicos y víctimas del conflicto armado –que incluía miembros de la ‘fuerza pública’–, foros académicos, páginas web habilitadas, documentos, informes y correos electrónicos nunca revisados;17 se debía interpretar como participación, o al menos eso quisieron hacer significar.18

 

La convocatoria que se hizo por parte de las centrales sindicales, organizaciones sociales y políticos de la ‘izquierda democrática’ y la ‘derecha moderada´ para una votación favorable al plebiscito, sacó a flote sus matices con posturas ambivalentes y dubitativas que se concretaron en dar un SÍ condicionado, como en el protuberante caso del vicepresidente y precandidato presidencial Germán Vargas Lleras y su partido político Cambio Radical; esta postura, como cálculo electoral, le otorgaría un amplio margen de juego al senador y expresidente Álvaro Uribe Vélez. El otro caso es el del senador Jorge Robledo, quien expresó su amplio optimismo por el acuerdo final, pero se mostró bastante pesimista de los frutos que puedan desprenderse de este acuerdo; Robledo se declaró “realista” identificado con el propósito de desmovilizar a las FARC. Tal incongruencia resultó en una enclenque capacidad propositiva que produjo un efecto lesivo a la campaña del SI. La campaña por el NO presumió firmeza y a la vez careció de argumentos, recurriendo a la defensa de la tradición, la familia y la propiedad, agitando el miedo al comunismo (el ‘castro-chavismo’) y denunciando sin cortapisa la degeneración perversa de la ‘ideología de género’ (la propagación del homosexualismo) que caló hondo en el ‘alma nacional’ alimentada con paciencia monacal bajo la fanática consigna de ‘dios y patria’.19

 

La campaña del SI contaba con el apoyo de la academia y de la intelectualidad financiada a través de agencias internacionales, caso especial el llamado “Centro de Pensamiento para la Paz” de la Universidad Nacional de Colombia que asesoró la Mesa de La Habana, y asumió por encargo la realización de diversos foros para garantizar “la participación de la sociedad civil” y crear así un parapeto ante la opinión; adelantaron in genere estudios mediocres y reciclados sobre los orígenes del conflicto y las víctimas, que no lograron crear la mampara para ocultar dos problemas de fondo: el de los ‘secuestrados’ y el de los menores reclutados.20 Vale señalar que las ONG expertas en derechos humanos se prestaron para estos indelicados manejos a la espera de jugosos aportes provenientes de la ‘cooperación internacional’ en la fase del posconflicto. Como bien se sabe el papel de los intelectuales es elaborar el discurso legitimador del régimen y el de las ONG rellenar las fisuras que lo debilitan.

 

El punto esencial del acuerdo es una pieza maestra de la ciencia jurídica contemporánea que contó con la asesoría de constitucionalistas de la talla de Juan Carlos Henao, Manuel José Cepeda, dos eminencias al servicio del gobierno cuya delegación estuvo encabezada por el excelso jurista Humberto de la Calle, más los servicios del experto gringo en derecho internacional humanitario Douglas Cassel de la Universidad de Notre Dame; del lado de las FARC el jurista español Enrique Santiago, experto en derecho penal internacional, el abogado colombiano Álvaro Leyva Durán, ideólogo conservador quien llevó al acuerdo la idea-fuerza según la cual “el derecho a la paz es la base del ejercicio de todos los demás derechos”, y el penalista Diego Martínez miembro del partido comunista.21

 

El punto de partida se halla en noviembre de 2012 cuando las FARC dirigieron una carta al CICR en la que advertían que el acuerdo al que se llegase con el gobierno sería un acuerdo especial en el marco de los Acuerdos de Ginebra. El Acuerdo una vez firmado sería depositado como instrumento de derecho internacional y entraría a formar parte del ‘bloque de constitucionalidad’, esto es, parte integral de la Constitución Política de Colombia, así se blindaría el acuerdo con una conditio sine qua non: su refrendación por una mayoría en un plebiscito a realizarse el 2 de octubre de 2016. Esa refrendación fue la que no se obtuvo.22

 

Luego del estruendoso fracaso se dio curso a una negociación con los triunfadores del NO a los Acuerdos con el objetivo de diseñar una nueva etapa en La Habana sobre el punto de justicia transicional para que los responsables de delitos de ‘lesa humanidad’ cobijados por el Estatuto de Roma del cual es parte Colombia “paguen cárcel” (con énfasis en los miembros del Secretariado). Este es un punto de fondo que define el pulso actual.23

 

Colombia está infestada de bandas paramilitares anticomunistas hiperactivas dirigidas con hilos invisibles por la CIA y la 'inteligencia militar'.24 Un aparato que funciona en el ámbito supranacional bajo códigos secretos que dejó como herencia la tristemente célebre ‘Guerra Fría’. Una institución útil para preservar la ‘seguridad del Estado’, una tarea central que impone la ‘Doctrina de la Seguridad Nacional’ que consiste en la sujeción del mando operacional al Comando Sur del Ejército de los Estados Unidos, un anillo de seguridad en torno al área geoestratégica del Hemisferio Norte (Japón, Estados Unidos, Canadá, Inglaterra, Francia, Italia, Alemania y países nórdicos en contraposición a las fuerzas que se controlan desde Moscú y Pekín).25

 

Dado el fracaso del plebiscito puede tomar 'sentido' la fórmula clásica del derecho público burgués -para retomar los hilos del poder-: la manida constituyente (a la que juegan tanto las FARC y el uribismo hasta hoy), cuando de lo que se trata -desde nuestra óptica histórica- es de impulsar una destituyente y dar forma a 'comunas' en territorios autónomos con autogobiernos propios.

 

Valorar el papel estratégico subcontinental del ELN en esta enrevesada coyuntura táctica, cómo se sabe es una organización política-militar que honra la memoria de Camilo Torres y Ernesto Guevara, se asume a sí misma como 'comunidad en armas', y tener la fuerza ética revolucionaria para no dejarse distraer por los 'cantos de sirena' del régimen e incurrir en las prácticas descompuestas de las ex FARC~EP.26

 

Debe agregarse un punto que se escapa a los opinadores/habladores de oficio -generalmente sumergidos en el positivismo de la sociología aderezado con el funcionalismo de la ciencia política que no puede ser sino burguesa-: el plebiscito fracasó gracias a que el 80% del electorado conformado por un 63% de abstencionistas y un poco más del 17% de los electores no le hizo caso ni a los partidos ni a los políticos, ni al pútrido Estado y sus secuaces; así las cosas los del NO quedaron sorprendidos y los del SI estupefactos. Una serendipia política que cayó en manos del mayor ‘enemigo político’ de Santos cuyo propósito ahora es deshacer el Acuerdo con el apoyo del Fiscal General de la Nación y forzar a Santos a retirarse del cargo.27

 

En conclusión:

 

El liberalismo como doctrina es el trasfondo del Acuerdo de La Habana, los 'críticos al sistema' han entrado a su redil ideológico y se empeñan en cómo lograr que el liberalismo colombiano cumpla su programa social. Se constata en estos convulsos días que aún se acaricia una idea romántica de lo que es la ‘izquierda’ que en verdad es una prolongación de la ‘derecha’ y viceversa.

 

Lo importante es no confundir la propaganda con la realidad y descreer del derecho. La realidad la explica la naturaleza de las relaciones sociales de producción. Las otrora FARC tienen el proyecto de articularse con la burguesía colombiana en la tarea de “democratizar y modernizar el país”.

 

Más allá de su hilvanada factura, de sus interesantes intercisos, de su envolvente fineza retórica, el Acuerdo con el Gobierno Santos en lo que tiene que ver con las FARC, es una cruda –más no tardía– interpelación al liberalismo colombiano para que cumpla con las reformas que no efectuó desde cuando el presidente Alfonso López Pumarejo en 1934 encabezó la “revolución en marcha con su aliado el partido comunista colombiano al que denominada “mi partido liberal chiquito”.

 

El Estado profundiza su carácter ilegitimo dado que como Estado-nación no puede responder por los derechos constitucionales de los ciudadanos que cobija pues no logró establecer una adecuada administración pública por la corrupción rampante, ni alcanzar una República como forma institucional en la que no gobierna la oligarquía.

 

Así el presidencialismo y el centralismo como rasgos del poder en Colombia impiden se desate el nudo gordiano de la crisis en curso que tiende a su profundización. La salida institucional de nuevo se sale con la suya. Así quienes detentan del poder permanecerán nerviosos atendidos por su servidumbre y disfrutando las cómodas de la Casa de Nariño. Aún no están compelidos ni interpelados como para tener que correr angustiados buscando la puerta trasera de su averiado palacete, lo que sólo sucederá hasta cuando se produzca la revolución social.

 

Bogotá, 10 de octubre de 2016.

 

1 Se advierte al lector que este trabajo sigue el método del análisis de la lucha entre clases como factor desencadenante del proceso histórico, se esfuerza en contar con la debida sustentación argumentativa y tener soporte en fuentes de rigor. Es una minuta que reseña un debate abierto y permanente. El trabajo escrito se produce en forma colectiva -sin línea política partidaria ni punto final-, y se asume cómo una acción ideológica contra-hegemónica.

 

2 Huertas Díaz, Omar y José Gerardo Candamil Pinzón (editores) (2016). Acuerdo final para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera logrado a los 24 días del mes de agosto de 2016 en La Habana, Cuba, entre el gobierno nacional y las Facr-Ep. Bogotá: Grupo Editorial Ibáñez.

 

Una lectura del Acuerdo merece tener en cuenta este enfoque "La paz no llega sólo con firmar un acuerdo" he ahí la clave del argumento sobre 'lex pacificatoria', al respecto revisar: http://www.semana.com/nacion/articulo/derecho-en-procesos-de-paz-habla-christine-bell/474441

Sobre los limitados alcances del Acuerdo léanse las consideraciones del Padre Javier Giraldo en: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=217357&titular=%BFpaz-en-colombia?-

 

3 Sobre el significado del Nobel a Santos debe anotarse que si no lo comparte con Rodrigo Londoño Echeverri, Comandante de las FARC, -más conocido por su nombre de guerra Timoléon Jiménez como el apodo de Timochenko-, el Comité muestra su falta de coherencia pues en 1994, Arafat recibió el Premio Nobel de la Paz, junto a Isaac Rabin y Shimon Peres, por las negociaciones de Oslo. Además el Nobel de la paz no tiene valor moral alguno siendo que lo recibieron guerreristas como Obama y Kissinger. Para el caso personal de Santos véase: http://colomdick.blogspot.com.co/2016/10/premian-el-inventor-de-los-falsos.html?m=1 . Para una explicación reaccionaria consúltese en: http://www.periodismosinfronteras.org/paz-a-cambio-de-petroleo.html

4 Al respecto el opinador Fernando Dorado considera que: “El pacto de Paz entre las FARC y el gobierno que encabeza el presidente Santos, es un convenio entre el imperio global (no sólo los EE.UU.), la burguesía transnacionalizada, la burguesía burocrática y un sector de la burguesía emergente surgida durante los últimos 40 años en zonas de colonización y regiones marginadas del país, pero que hoy tiene presencia en ciudades y otras regiones de Colombia. La mayoría de los grandes terratenientes y la gran burguesía agraria entendieron que el acuerdo no afectaba sus intereses y apoyan el proceso de paz. Algunos sectores como los empresarios cañeros y grandes cafeteros se muestran evasivos no por intereses económicos sino por enfoques políticos y discrepancias puntuales”. Léase su artículo “Los trabajadores colombianos y el pacto inter-burgués” en: https://aranandoelcieloyarandolatierra.blogspot.com.co/2016/09/los-trabajadores-colombianos-y-el-pacto.html#.V_R0kODhDNN

 

Por su parte el periodista Eccehomo Cetina explica con acritud la forma de circulación de ingentes masas de capital-dinero bajo el control de las Farc: “Circula mucho más de lo que se cree. En forma de fincas, hatos, minas ilegales, compraventas de oro y empresas en testaferrato, en microempresas y cooperativas, en inmuebles y guacas o caletas en efectivo que poco a poco es puesto a circular. Han lavado a través de tierras y negocios e inversiones filtradas al sistema financiero, pero la firma de la paz es la mayor de las estrategias de la guerrilla para lavar su fortuna. La salida política fue su salida económica, como su fortuna producto del crimen fue el combustible de su guerra irregular”. Consúltese: http://www.elespectador.com/noticias/cultura/el-banco-secreto-selva-articulo-657609 [29 de septiembre de 2016]. También: http://www.kienyke.com/salydulce/banco-farc-proceso-de-paz/

Para una mirada reaccionaria de este delicado asunto veáse: http://www.actuall.com/criterio/democracia/colombia-rodillas-tertsch-desenmascara-la-falsa-paz-las-farc/

Las FARC-EP con fecha 1° de octubre reconocieron la existencia de una “economía de guerra” que les proveyó la base financiera para su accionar con disponibilidad de excedentes para atender sus obligaciones de reparación económica a sus víctimas como puede leerse en: http://www.farc-ep.co/comunicado/farc-ep-procedera-a-declarar-economia-de-guerra.html .

 

5 Dispuso el Acuerdo Final con exultante optimismo que “con el ánimo de consolidar aún más las bases sobre las que se edificará la paz y la reconciliación nacional, una vez realizado el plebiscito, convocarán a todos los partidos, movimientos políticos y sociales, y a todas las fuerzas vivas del país a concertar un a concertar un gran ACUERDO POLÍTICO NACIONAL, encaminado a definir las reformas y ajustes institucionales necesarios para atender los retos que la paz demande, poniendo en marcha un nuevo marco de convivencia política y social” (op. cit., p. 22). El lunes 3 de octubre cuando el plebiscito fracasó el Comandante Timochenko se permitió recordar que: http://www.wradio.com.co/escucha/archivo_de_audio/desde-el-principio-planteamos-que-es-necesario-un-pacto-nacional-rodrigo-londono/20161003/oir/3263122.aspx . Al respecto consúltese la reflexión de Francois Houtart “Pacto Nacional de ‘izquierda’ ¿con burguesía? ¿Cómo entenderlo?”, en: http://kaosenlared.net/colombia-refrendacion-lejana-a-la-justicia-social/

 

6 En extensa entrevista para la revista Semana expresó Timochenko el 30 de enero de 2016: “Nosotros nunca hemos dicho que estamos en contra de la propiedad privada. Nosotros de lo que estamos en contra es de la sobreexplotación de la gente, estamos en contra es de la inequidad tan grande que hay en la distribución de la riqueza en Colombia, de que somos uno de los países más inequitativos del mundo, más corruptos del mundo y donde hay mayor impunidad. Si logramos entrar a superar esos tres elementos, podemos entre todos construir una Colombia más amable”. Véase: http://www.semana.com/nacion/articulo/timochenko-vamos-a-hacer-politica-sin-armas/458573

7 Un lectura taxativa desde el formalismo jurídico puede constatarse en: http://rebelion.org/mostrar.php?tipo=5&id=Jorge%20Freytter-Flori%E1n&inicio=0

 

9 En un documento de estricto carácter oficial titulado Campesinos, tierra y desarrollo rural. Reflexiones desde la experiencia del Tercer Laboratorio de Paz editado por la Agencia Presidencial para la Acción Social y la Cooperación Internacional - Unión Europea, consultable en: https://eeas.europa.eu/delegations/colombia/documents/projects/cartilla_tierra_y_desarrollo_lab_paz_iii_es.pdf reconoce sin tapujo que: “...El desplazamiento y en particular el despojo, la perdida y/o el abandono forzado de las tierras en Colombia tienen magnitudes, complejidades y efectos devastadores para millones de ciudadanos y ciudadanas. Las cifras oficiales señalan que la población desplazada supera las tres millones de personas e involucra a más de 700 mil hogares, de los cuales durante los últimos 25 años, 450.000 perdieron sus tierras por despojo. Regiones con altos niveles de despojo de tierras incluyen el sur de La Guajira, Norte del Cesar, Montes de María, Urabá, Catatumbo, Magdalena Media, Antioquia, Nariño, Putumayo, Cauca, Casanare, Arauca y Meta. En total de las tierras despojadas y abandonadas que suman 6 millones de hectáreas, la mitad tiene trámite de protección y corresponde a una superficie del 5,9% del área agropecuaria del país.10 25. El índice Gini de concentración de tierras ha incrementado a partir del año 2005, ubicándose en niveles de 0,86 y 0,89 respectivamente” (p. 14).

 

10 Sobre el impacto del conflicto en los afrodescendientes revísese: http://centromemoria.gov.co/wp-content/uploads/2013/11/GTZ_AFROS_1_2_.pdf

 

11 Según la ACNUR “La Corte Constitucional Colombiana ha advertido que al menos 35 grupos indígenas se encuentran en peligro de extinción a causa del conflicto armado y el desplazamiento (Auto 004 de 2009 y Auto 382 de 2010). Algunos se encuentran en situaciones más críticas que los demás. La protección a estas comunidades vulnerables, presente en la legislación colombiana, debería ser garantizada”. Al respecto puede revisarse el informe http://www.acnur.org/t3/fileadmin/Documentos/Pueblos_indigenas/2011/Comunidades_indigenas_en_Colombia_-_ACNUR_2011.pdf

 

12 Vale traer a colación el aserto de Alfonso Cano, quien fuese Comandante de las FARC, en su discurso durante el lanzamiento del Movimiento Bolivariano por la Nueva Colombia en el año 1999: “…en Colombia la búsqueda de soluciones políticas tiene en el Estado a su irreductible enemigo”. Véase: https://www.youtube.com/watch?v=ExDi0qH6Bak (a la altura del minuto 7:15).

 

13 Araújo Rentería, Jaime (2016). La sociedad civil mira la paz. Bogotá: Gente Nueva, p. 12. Al respecto consúltese: http://www.semana.com/nacion/articulo/claus-kress-habla-sobre-la-decision-de-la-cpi-sobre-acuerdos-con-las-farc/492401

 

14 Una mirada pragmática y por tanto incongruente que descalifica el acuerdo pero a la vez lo avala puede leerse en: https://www.facebook.com/notes/argenpress/las-multinacionales-y-la-paz-en-colombia/1029072880539045

15 En entrevista con Julio Sánchez Cristo de la W Radio el general Mora Rangel se ratificó en que la negociación de La Habana fue resultado de la derrota militar de las FARC propinada por el Ejército Nacional, dijo con firmeza en una larga interlocución en la emisión del martes 27 de septiembre de 2016. No obstante, el discurso militar en boca del Comandante del Ejército, General Mejía Ferrero, había merecido este comentario: http://m.elheraldo.co/columnas-de-opinion/discurso-285994

 

16 Oígase "El Reporte Colombia. No acaba la guerra mientras persistan las causas que la originaron”, en: http://m.ivoox.com/acabo-guerra-no-parte-ella-audios-mp3_rf_13034822_1.html

 

17 Así lo reconoce el negociador de las FARC Jesús Santrich a la altura del minuto 18 de la siguiente entrevista: https://www.youtube.com/watch?v=Xjy_aDalNt4

 

18 Del laureado escritor William Ospina léase su esclarecedora columna: http://www.elespectador.com/opinion/el-pais-invisible

 

19 Al respecto detállese el siguiente video: https://www.youtube.com/watch?v=VaGJdeC0TW8 ; la habilidosa táctica electoral del Centro Democrático la reveló el Gerente de la Campaña del NO, el exsenador Juan Carlos Vélez: http://www.semana.com/nacion/articulo/plebiscito-por-la-paz-juan-carlos-velez-revela-estrategia-y-financiadores-del-no/497938 . Estas declaraciones conllevaron su renuncia de la organización que acaudilla el expresidente Uribe Vélez.

 

20 Al respecto léase la siguiente declaración de las FARC. http://pazfarc-ep.org/comunicadosfarccuba/item/3537-salida-de-menores-de-edad-de-campamentos-es-decision-bilateral.html . Debe anotarse que la procreación conllevó a que en las filas de la guerrilla se reprodujeran al menos cuatro generaciones de insurgentes a lo largo de seis décadas, y que tanto la milicia como la vocación revolucionaria se transmitieran de padres a hijos y luego a nietos, a través de escuelas y centros de formación, en tal sentido no puede hablarse de “reclutamiento de menores”.

Por su parte la Federación de Víctimas de las Farc -cuyo presidente el periodista Herbin Hoyos- fue excluido de las delegaciones de víctimas que selectiva y con pinzas eran seleccionadas para ser llevadas a la Habana-, el problema real de las víctimas no se resolvió: en 2010 se encontraban más de 400 secuestrados en poder de las FARC y un número considerable de menores reclutados en sus filas. Véase al respecto: https://www.youtube.com/watch?v=PWevTnWEleo ; http://www.las2orillas.co/el-periodista-herbin-hoyos-se-salio-con-la-suya/ ; también http://www.lasvocesdelsecuestro.com/quienessomos_autor.php y http://reconciliacioncolombia.com/web/historia/2129/las-victimas-de-las-farc-crean-su-propia-organizacion

En igual sentido se expresa la ONG Víctimas Visibles que dirige Diana Sofía Giraldo http://fundacionvictimasvisibles.org/fundacion y la congresista Sofía Gaviria http://www.eltiempo.com/politica/proceso-de-paz/entrevista-con-la-senadora-sofia-gaviria-sobre-victimas-y-farc/14462098

 

22 El contexto previo del 2 de octubre puede percatarse con penetrante sarcasmo en el informe “El proceso de paz, desde la mirada de Matador”: http://www.eltiempo.com/multimedia/fotos/poltica3/caricaturas-del-proceso-de-paz-matador/16712870

 

23 Léase la constancia de los congresistas del Centro Democrático Carlos Felipe Mejía en: http://www.centrodemocratico.com/articulo/la-verdadera-paz-nace-de-la-existencia-y-la-aplicacion-de-justicia-senador-mejia y de Alfredo Ramos en: http://www.centrodemocratico.com/?q=articulo%2Fopinion-propuesta-de-negociacion-para-construir-una-paz-verdadera-basada-en-principios versus la postura de Enrique Santiago asesor jurídico de las Farc, en: http://anncol.eu/opinion/item/5321-enrique-santiago . Siguiendo esta última línea el Comandante Timochenko asevera junto con el Secretariado en declaraciones desde La Habana de fecha 4 de octubre de 2016 que el acuerdo ya quedó como definitivo y no renegociable: https://www.facebook.com/notes/argenpress/las-multinacionales-y-la-paz-en-colombia/1029072880539045

 

25 En ese contexto de confrontación mundial y pugnacidad en Colombia, brilla la candidez con la que escribe la filósofa estadounidense Martha C. Nussbaum en carta abierta del 25 de agosto de 2016: “En todas las democracias las personas disienten, y algo que me impresionó grandemente de los colombianos es el amplio interés en el debate público y en el intercambio respetuoso de las ideas. Deseo que mi propio país pueda alcanzar eso. Espero que ustedes se aferrarán a estos compromisos admirables en este momento difícil y no buscarán el camino más fácil pero vacío de la retórica narcisista”.

 

27 Detállense las emisiones de Noticias Uno del sábado 8 y en esp. la del domingo 9 de octubre de 2016 en: http://noticiasunolaredindependiente.com/category/emisiones/archivo/

https://www.alainet.org/es/articulo/180868?language=en
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