El turismo sería una buena alternativa si…

12/07/2017
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Foto: ALAI
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En los países del Sur, como es el caso del Perú, el turismo sería una de las buenas alternativas frente a una agricultura que no dinamiza la actividad económica ni ofrece salarios convenientes para mejorar el cuadro de vida de los obreros agrícolas, de los pequeños y micro agricultores. Y lo sería, a condición de crecer dentro de un modelo socio-económico diferente al actual.

 

Comencemos por señalar que a pesar de las promesas políticas, la agricultura en los Andes sigue estancada con una forma de trabajar que se vale de la chaquitaclla y, en el mejor de los casos, del buey y el arado. Una forma de trabajar vieja de 10 mil años y, por consiguiente, ofreciendo un nivel de ingresos a los campesinos que linda en la extrema pobreza. A pesar de la eliminación del gamonalismo, las comunidades campesinas, los pequeños y micro agricultores y sus familias, sufren de un total abandono. Siguen siendo los parias dentro de la “sociedad peruana”.

 

En cambio, cuando se observa a la agricultura de exportación, ya sea en la costa como en la sierra y la selva, diríamos que existe una gran diferencia con relación a la agricultura de la chaquitaclla y del buey. En realidad, para la economía interna del país y de sus obreros agrícolas, el cambio es bastante frágil y mínimo. ¿Por qué?

 

Por cuatro razones evidentes. Primero, porque la totalidad de las utilidades que generan las grandes empresas agrícolas de exportación se transfieren hacia el exterior, dado el origen externo de sus capitales. Segundo, la totalidad de la gran inversión, esencialmente en infraestructura de riego y mejoramiento del terreno cultivable, es realizada con cargo a los dineros y el endeudamiento del país. Es un regalo de los pobres del Perú a los ricos extranjeros que, según ellos, vienen a invertir y crear puestos de trabajo.

 

Tercero, el salario del trabajador agrícola bordea el salario mínimo oficial. Y la empresa se encarga de realizar toda clase de subterfugios para evitar desembolsar en la seguridad social que les corresponde. Todo esto con la complicidad de autoridades y políticos corruptos que cierran los ojos y no ejecutan las penalidades impuestas.

 

 Cuarto, en general, la agricultura se desenvuelve con un alto grado de competencia entre sus empresas, tanto a nivel mundial como local. Dado las características del modelo socio-económico actual, esto conduce a mantener salarios bajísimos, sin ninguna perspectiva de mejora. Los pobres de los países del Sur alimentan a “precio huevo” a los pobladores de los países ricos. Ante tal panorama, ¿existen actividades económicas alternativas?

 

Una de ellas es el turismo, rentable y creador de puestos de trabajo. Es el caso de sitios turísticos emblemáticos como Las Vegas, el Gran Cañón, y Disneyland en Estados Unidos; la Torre Eiffel y Disney Europa en Francia; el Nilo y las pirámides en Egipto, la Costa Brava en España, la Gran Muralla en China, Machu Picchu en Perú, etc. Como se puede apreciar, en un buen número de casos, estos sitios de atracción turística son el regalo de la Naturaleza y de un pasado glorioso de grupos humanos. Pero, ¿cuál es el punto débil de esta actividad económica?

 

Tomemos un caso concreto, Machu Picchu. Este lugar sagrado de los Inkas no es un regalo de la Naturaleza. Es el producto del esfuerzo, físico e intelectual, de los pueblos originarios del Tawantinsuyo. Una obra colosal que sigue sorprendiendo al mundo. ¿Y quiénes son los beneficiarios de este regalo?

 

Los que se benefician son, primero, los dueños de las casonas del centro del Cusco convertidas en hotel, restaurante, boutique, etc. En su gran mayoría, los beneficiarios son descendientes de los invasores del Tawantinsuyo, quienes arrebataron las tierras y obras a los runasimi para luego hacerlos trabajar gratuitamente. Enseguida, los beneficiarios son las empresas formadas por dichos invasores en forma personal o asociados con extranjeros. Todo esto lo realizan en complicidad con las autoridades políticas, que en la casi totalidad de casos son los mismos descendientes-usurpadores del Tawantinsuyo. ¿Y el resto de la población, la gran mayoría?

 

Este modelo de crecimiento y de desarrollo debe ser substituido por otro, en donde toda la población se beneficie del resultado económico de la atracción turística, regalo de la Naturaleza o del esfuerzo de grupos sociales tanto del presente como del pasado. De esta forma, la inversión masiva para poner en relieve este regalo, repercutirá positivamente sobre toda la población no solamente de la zona geográfica, sino también del país. Tanto más que la casi totalidad de esa inversión que acompaña a la atracción turística proviene de fondos del presupuesto público.

 

Lima, sjl, 12  de julio del 2017

 

Dr. Hugo Salinas

salinas_hugo@yahoo.com

 

https://www.alainet.org/es/articulo/186751?language=en
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