Ni negocio ni raja política de los sismos

29/09/2017
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De la tragedia generada por los sismos del 7 y 19 de septiembre “No se debe hacer negocio ni sacar raja política”, plantea José Narro Robles. Muerte y destrucción que también fue acrecentada, y mucho, no sólo por las “fuerzas de la naturaleza”, sino por la irresponsabilidad criminal de algunos desarrolladores inmobiliarios y la corrupción de varios funcionarios capitalinos, así como por la pobreza a secas y la extrema que padecen Oaxaca y Chiapas.

 

Coincido con el secretario de Salud y aspirante a la candidatura presidencial de su partido, el Revolucionario Institucional, a la Presidencia de la República. Coincidencia que implica compartir las ideas que comentaré, aclaración obligatoria porque la última ocasión que cité un planteamiento de Héctor Aguilar Camín fue descalificado de inmediato por su trayectoria vinculada al poder. Como que cuesta trabajo separar las ideas de los portadores de ellas, y esto empobrece el debate.

 

El mismo suspirante del PRI subraya que no debe haber tal contaminación entre las tareas de la reconstrucción y las aspiraciones políticas, porque “uno no puede construir sobre la desgracia nada para beneficio propio. Tampoco se puede obtener beneficio económico, ni sacar raja política. No se vale aprovechar estas situaciones para ganar presencia”.

 

Sólo que el mismo coahuilense de Saltillo establece los límites de sus acertados y plausibles deseos: “Esto está en la conciencia individual, porque no hay una regla ni ordenamiento jurídico. Ni siquiera es una condición política. Lo que hay es una condición ética y moral que se tiene o no”. (Ángeles Cruz Martínez, La Jornada, 28-IX).

 

Condición ética y moral que están ausentes en el grupo gobernante. Por ejemplo, Enrique Ochoa impulsa una ofensiva en Televisa, Imagen, Azteca, Grupo Fórmula y otros para presentar al partido del presidente Enrique Peña como muy desprendido con los recursos públicos que recibe y hasta solidario con los que lo perdieron casi todo.

 

Para que no quede la menor duda de que el octogenario Institucional y las franquicias Verde y Encuentro Social entendieron “el reclamo de la sociedad”, el oligopolio mediático lo multiplica, arrinconando al Frente “Ciudadano” por México y el Movimiento Regeneración Nacional que, al parecer, no quieren saludar con sombrero ajeno las ingentes necesidades de los damnificados, sino plantean reorientar el paquete económico de 2018. Y en el caso de Morena, drásticos planes de austeridad que empiezan por la costosísima Presidencia, de lo que nadie se ocupa, y hasta el gran negocio del sexenio, el Nuevo Aeropuerto Internacional.

 

Mientras Narro Robles, impactado por las más de dos semanas que tiene coordinando la ayuda a los damnificados en el Istmo de Tehuantepec, reivindica que junto a “la reconstrucción de casas y edificios, tenemos que reconstruir relaciones y un sistema distinto de valores”, el gobierno federal reconstruye febrilmente el apoyo ciudadano a Peña Nieto y realiza encuestas para medirlo.

 

Reposiciona también al PRI para cambiar las coordenadas de la sucesión presidencial y que no sean tan desfavorables. Y si para eso es preciso hacer harta demagogia, en la que es un experto impar, la hará para “desparecer” el financiamiento público a los partidos y los legisladores plurinominales, lo que requiere mayoría calificada con la que no cuenta y en el primer caso los tiempos legales se agotaron al comenzar el 8 de septiembre el proceso electoral.

 

El lunes platicamos sobre el gran negocio empresarial.

 

Utopía 1880, 29-IX-17

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