Varios actores políticos que ocuparán cargos destacados en el próximo Legislativo y Ejecutivo federales, encabezado éste por Andrés Manuel López Obrador, así como dirigentes empresariales persisten en emitir juicios como si México se encontrara en el calendario electoral de hace más de 50 días.

La inercia de la campaña ocupa un espacio importante en sus apreciaciones, cuando están en la antesala de ser gobierno. Y esto puede costarle caro no sólo a sus partidos sino al país porque los 30.1 millones de votantes por el Movimiento Regeneración Nacional esperan diagnósticos certeros, políticas y programas que atiendan a las más acuciantes necesidades.

Diagnósticos como el formulado por Alfonso Durazo en Morelia, Michoacán, en el “Foro Escucha: por la pacificación y reconciliación nacional”, respecto a que el gobierno de AMLO “recibirá una seguridad en ruinas… Unos han dicho que México se ha convertido en una tumba, otros aseguran que en una fosa”, parece más propio de quien busca la frase efectista para ganar el aplauso, que de la tarea del próximo secretario de Seguridad Pública para armar una apreciación que contemple los claroscuros de la compleja realidad.

Que bien que el exsecretario particular de Vicente Fox y antes de Luis Donaldo Colosio, adelante que el plan para la pacificación y la reconciliación nacional “tendrá un bastión en el combate financiero del crimen organizado, más que en atrapar a narcotraficantes”. ¡Excelente! Falta que contemple que el anterior es el gran negocio financiero de una parte de la plutocracia global y de la mexicana. Y está por verse si lo permitirán a los gobernantes y éstos reconfirman que Juntos haremos historia.

En 25 de los 32 estados los negocios “están paralizados o semiparalizados por la violencia”, juró José Manuel López Campos, presidente de la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo, durante el anuncio del levantamiento del mapa de delitos en empresas, que elaborará para entregarlo a AMLO. Pero mucho antes ya tienen una “conclusión” para quedar bien con el próximo presidente de la república.

Criticable es también la incapacidad de Durazo Montaño para explicar la creación de la Guardia Nacional, contemplada en la Constitución pero sin respaldo en ninguna ley secundaria, y por ello es letra muerta. Ahora resulta que “su objetivo era optimizar los recursos, pero implica reformas legales no prioritarias en este momento”. ¿No lo sabían Francisco Alfonso y Andrés Manuel? Y si no lo sabían para qué hicieron tanto ruido sin apoyarse en estudiosos del tema como José Francisco Gallardo y Fausto Cantú Peña.

Otro que practica las frases en blanco y negro, sin el vasto colorido de los matices, es el virtual líder de los senadores de Morena, Ricardo Monreal, quien adelantó que el gobierno de Obrador “enfrentará una descomposición social muy grave, una enorme deuda, es decir, un país en agonía y hecho pedazos”.

Es buena la frase para reproducirla en discursos de campaña, pero no en la víspera de constituirse en la mayoría senatorial.

También el presidente electo refrendó en un desayuno con los senadores electos de Morena y los partidos Del Trabajo y Encuentro Social, a punto de perder el registro, y ofreció división y equilibrio de poderes. “Vamos a ser muy respetuosos. No será el Ejecutivo el poder de los poderes”. Sólo que el beisbol como deporte prioritario y la designación de Monreal “por un compromiso político” muestran, por desgracia, todo lo contrario.

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@IbarraAguirreEd