Presidente en la Argentina

28/05/2019
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Desde hace unos diez días me he dedicado a mirar y escuchar debates políticos en la TV. Opiniones sobre las próximas elecciones a los comentaristas y analistas en diversos programas de debate. Ha sido interesante.

 

Hace muchos años atrás, cuando recién se había recuperado el Estado de Derecho en la Argentina, muchos alumnos en la Carrera de Cs. de la Comunicación de la U. de Buenos Aires nos preguntaban que venia ahora. La respuesta que les dimos fue que la recuperación del Estado Derecho abría la posibilidad cierta de construcción de la Democracia. Para ello era necesario el desarrollo social y político de la comunidad. Crear organizaciones sociales de base, militar políticamente, participar en los Centros de Estudiantes -entre otras actividades-, desarrollo que se había visto impedido por las múltiples dictaduras militares.

 

Digo que ha sido interesante este ver y escuchar a periodistas, políticos o publico general, por que salvo excepciones como Julio Bárbaro, más algún otro, en general he podido –desde mi punto de vista- comprobar que en estos más de treinta y seis años desde que Raúl Alfonsín llego a la presidencia de la Argentina, no se ha avanzado mucho en entender que es el Estado de Derecho y la Democracia.

 

Algunos no perciben que es ser militante, otros niegan que vivamos en Estado de Derecho, sin captar que no estarían opinando sin el. Algunos sostienen que todo político es deshonesto y otros directamente son enemigos de los partidos políticos, los cuales en ocasiones no han actuado de la mejor manera, pero que si bien merecen la crítica, no pueden ser objeto de la condena. En general tengo la impresión que no se distingue claramente entre la realidad y la forma efectiva de las cosas.

 

El panorama político argentino es complicado. En muchos casos –por no decir en la mayoría- parecería que lo inmediato, lo urgente son los objetivos personales sobre las aspiraciones de la comunidad para el país y el pueblo.

 

En los últimos días parece que esto pudiera clarificarse. La renuncia de la exPresidenta Cristina Fernández a ser candidata nuevamente para ese cargo me hace sospechar que están buscando abrir los caminos para la unidad del peronismo teniendo como objetivo que éste gane las próximas elecciones presidenciales de octubre. Tengo la impresión que ella quiere pasar a la historia como una de las mujeres más importantes de su partido, después de Evita, dejando de lado también su candidatura a vicepresidenta para lograr la unidad.

 

Esto es solo una especulación personal, pero concibo tener algo de razón para ello. Su situación personal no es la mejor en este momento. El estado de salud de su hija y los múltiples cargos judiciales que enfrenta hacen que su preocupación deban estar en otros frentes de acción y no en poder dedicar su esfuerzo a solucionar los dramáticos problemas del país.

 

El cardenal Mario Poli pidió el 25 de mayo "ir a un gran pacto nacional dejando de lado los intereses sectoriales", en el Tedeum que presidió en la catedral metropolitana con motivo del 209 aniversario de la Revolución de Mayo. ¿No será que le han escuchado? Por que el cardenal también advirtió que "no pocas veces los impactos mediáticos logran instalar confusiones y desaliento, mientras el ciudadano de a pie no resigna su derecho".

 

La búsqueda de esta unidad peronista –que suponen que recuperaría al país- pasa por su historia frente a la base comunitaria, como fue la redistribución de la riqueza nacional, el crecimiento del empleo y la participación del Estado para aumentar la producción global, en el primer Gobierno de Perón. Entre 1946-1959 los asalariados aumentaron su participación en el ingreso nacional del 39% al 46% logrando condiciones de vida hasta entonces prácticamente desconocidas.

 

También hay otros factores importantes que hacen que se busque la unidad del peronismo. La muy mala gestión del actual mandatario Mauricio Macri, el mal desempeño de su equipo personal de trabajo hacen que sus posibilidades reales de reelección sean cada día más escasas. No esta claro como pueda revertir esta situación. Todo dice que el futuro es negro y poco propicio.

 

Sospecho y esto es solo una sospecha, que el candidato peronista que resultara del consenso de los diferentes grupos internos que renunciaran a sus propias ambiciones, será una sorpresa pues no esta en este momento entre ninguno de los que existen o en las previsiones electorales.

 

Por otra parte es interesante desde lo anecdótico que no olvidemos a André Marie Jean Jacques Dupin quien a mediado del siglo XIX fue Presidente de la Cámara de Diputados y de la Asamblea Legislativa de Francia y decía que “La Sociedad de Jesús es una espada cuya empuñadura está en Roma, y su punta en todas partes”.

 

https://www.alainet.org/es/articulo/200072
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