Amazonia… una tragedia para la humanidad

26/08/2019
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Un C130 bombardea con retardante químico
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Gran parte de la población mundial está informada de los inmensos incendios forestales que afectan a la Amazonia en Brasil y a Santa Cruz en Bolivia.

 

La Amazonia es la región con mayor biodiversidad de la tierra y su extensión abarca nueve países. El lector normalmente la relaciona con el Brasil, país que posee la mayor extensión de ella, seguido por el Perú. Pero también parte de ella está en Bolivia, Colombia, Ecuador, Guyana, Guayana Francesa, Surinam y Venezuela. Son más de siete millones de kilómetros cuadrados –casi el 40% de América del Sur-, de los cuales una parte está sufriendo hoy la devastación que causan miles de focos de incendios forestales. Sólo en Bolivia arden más de 700.000 mil hectáreas y hay más de 2.000 familias afectadas.

 

Escribo este artículo con algún conocimiento del tema. En el pasado fui Jefe Nacional de Combate de Incendios Forestales en la División Forestal del Servicio Agrícola y Ganadero, SAG, en Chile, donde más de una vez trabajé con gente del Servicio Forestal de USA. Ocasionalmente presté asesoría sobre este tema en otros países.

 

Con total autoridad puedo afirmar que estos incendios afectarán a toda la humanidad y que la recuperación de los daños que producen tardará más de cien o doscientos años en recuperarse. Por ello lo que estamos viviendo en la Amazonia de Brasil y Bolivia es una tragedia que el sistema capitalista causa por su ambición de riquezas, a todas las mujeres, hombres y niños, sin límites de raza o edad.

 

El gran responsable al día de hoy es el presidente Jair Bolsonaro que ha dado piedra libre a quienes producen “quemas” para eliminar la selva y dejar terrenos aptos para la ganadería y la siembra de soja. Pero no es sólo Bolsonaro, es el estado de Brasil que nunca –salvo puntuales excepciones- hizo nada efectivo para proteger este patrimonio de la humanidad.

 

Recuerdo hace ya mucho tiempo –unos treinta años atrás- haber viajado desde Santa Elena del Uairen, Venezuela, cuando Roraima aún no era Estado brasileño. Con mis hijos recorrí navegando por el Amazonas, el Madeira o en buses hasta llegar al Paraguay. Una de las vistas más repetidas que nos tocó observar eran las “quemas”. Por muchos kilómetros veíamos el fuego consumir selva y vegetación. No eran incendios forestales, eran quemas.

 

Los incendios que están afectando a esa región tienen como origen esas quemas impulsadas para deforestar, con el objetivo de destinar la tierra al pastoreo o a la soja.

 

De esta manera se han deforestado en el mes pasado 2.255 Km2, más de cuatro veces lo que se hizo en el mismo mes del año pasado.

 

La región está habitada desde hace más de 10 mil años. Actualmente entre los varios países que la comparten hay más de 34 millones de personas. De ellos, no menos de tres millones son indígenas que hablan 86 lenguas y cientos de dialectos, repartidos en más de 400 tribus, muchas de ellas sin contacto alguno con otras personas.

 

La tarea de combate es gigantesca. La comunidad internacional debe tomar cartas en el asunto, se necesita la movilización inmediata de todos aquellos que están en condiciones de enfrentarlo. Hay países que especialmente deben estar presentes por su alta especialización en este tema. Estados Unidos, España, Chile, Canadá, Australia, quizás son los primeros que deben acudir por su experiencia en campos muy difíciles del combate de incendios forestales. Algunos de ellos, como USA, España o Canadá, cuentan además con equipamiento y son productores de equipos y productos como el retardante químico o las herramientas especiales necesarias.

 

No se trata sólo de aviones bombarderos, que se ven muy eficientes y lo son, pero que necesitan condiciones especiales de logística para operar y abastecerse.

 

 

La infantería “al ataque”

 

Recuerdo en un curso a pilotos de aviones bombarderos que, al terminar, uno de ellos dijo “Esto es como en la guerra, sin infantería no se triunfa”.

 

El Gobierno brasileño debe movilizar ya a su Ejército para ir a combatir al frente. Se necesitan ahí, en el frente de batalla y no protegiendo al sistema capitalista de su gobierno. Es toda la humanidad que está en peligro y deben mostrar que son útiles para todos. No puede ser que sigan en sus cuarteles porque un excapitán de Ejército que hoy preside el país no ha sabido qué hacer.

 

 

 

 

 

 

 

https://www.alainet.org/es/articulo/201790
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