Panamá y la teoría del cambio social
La celebración del bicentenario en Panamá debería estar preocupada por la discusión acerca de en qué punto de la historia se encuentra el país. La sociedad panameña marcha hacia rumbos desconocidos en condiciones de no vidente.
- Opinión
En Panamá se siente una gran incertidumbre. Los filósofos y científicos sociales panameños se preguntan en qué punto de la historia se encuentra el país. Algunos señalan que se agotó el periodo neoliberal y atravesamos un claroscuro de crisis sostenida hasta que aparezca lo nuevo. En ese interín, nos advierte Antonio Gramsci, surgen los monstruos. La tesis del fin de las políticas neoliberales (desregulación, flexibilización y privatización) es la que mayores adeptos tiene.
Analizar los cambios sociales no es plantear profecías ni jugar a las adivinanzas. Esta no es la tarea de los filósofos, mucho menos, de los científicos. Ambos sobre supuestos epistemológicos, teóricos, metodológicos y datos empíricos han construido cuerpos teóricos con capacidad de explicar los cambios sociales. “Esto es buscar las regularidades del cambio, determinar las leyes de la evolución del sistema social, aislar los procesos típicos”.
Los cambios sociales, como objeto de estudio, llevan una larga tradición en las Ciencias Sociales. Según Raymond Boudon se pueden encontrar un programa de cuatro tipos de teorías del cambio social. Un primer tipo evidencian y demuestran la existencia de tendencias más o menos generales e irreversibles. Un segundo son las que contienen leyes condicionales y leyes estructurales. Un tercero son las que se centran en las formas de los cambios sociales y no en su contenido. Un cuarto son las teorías que tratan las causas o factores del cambio.
Tipo 1 - Búsqueda de tendencias
Este grupo de teorías -influenciadas por las estadísticas- buscan constatar empíricamente las tendencias. A este grupo se suman las teorías que afirman la existencia de etapas. Los clásicos más célebres dentro de esta corriente son la “ley de los tres estadios” de A. Comte, las “etapas de crecimiento económico” de W. Rostow, la “teoría de la transición demográfica” de D. Loschky y W. Wilcox, las “Clases y conflictos de clases en las sociedades industriales” de R. Dahrendorf y las proposiciones de crecimiento económico y de movilidad social de W. Mills.
Comte señalaba que el desarrollo de la humanidad había transitado por tres etapas. Una primera mágica-religiosa, seguida por una metafísica y culminaba en la sociedad técnica-científica. Para Rostow el crecimiento económico pasa por un cierto número de estados. Para los demógrafos las sociedades modernas tienden en una primera etapa a la baja de la mortalidad sin baja de la natalidad. Posterior a la estabilización de la mortalidad y baja de la natalidad que conduce a una tercera etapa de estabilización del crecimiento demográfico. Mientras Dahrendorf sostenía que los conflictos de clases de las sociedades industriales se transformarían en otros tipos de conflictos donde estaría en disputa la distribución de la autoridad y la influencia. Transformación debido a la movilidad social y otros factores que permiten las sociedades industriales.
Este grupo de teorías perdieron su capacidad de explicación y han sido abandonadas por la comunidad de científicos. Pero podrían ser retomadas.
Tipo 2 – Leyes condicionales y leyes estructurales
Este grupo de teorías contienen proposiciones condicionales tipo (Si A, entonces B) o estructurales (si A [un conjunto de variables], entonces B). Un ejemplo de la primera es la “ley tocquevilliana de la movilización política”. Esto es “si un pueblo es oprimido, entonces éste se levantará sobre sus opresores”, tal como ocurrió en la Revolución Francesa para Tocqueville.
También autores pueden señalar lo inverso, pero manteniendo el mismo tipo de proposición, por ejemplo, “el mejoramiento de las condiciones sociales puede generar expectativas excesivas en relación con las posibilidades que para su realización ofrece el sistema, lo que desencadenaría un descontento generalizado o estallido social”. Esta última proposición suele utilizarse en los debates sobre la debacle de los gobiernos progresistas del siglo XXI en el cono Sur.
Estas teorías no se limitan al campo de la movilización política. Por ejemplo, las teorías que tienen como proposición que “posterior a un periodo de mejoramiento continuo de las condiciones económica, es seguido por otro periodo de recesión o regresión” o “que las sociedades industriales nuclean a las familias, por tanto, desaparecen las familias extendidas de las sociedades campesinas”.
Para Boudon una gran parte de estas teorías se centran por investigar “las implicaciones de las estructuras de relaciones y fuerzas productivas sobre el cambio de los sistemas sociales”.
Tipo 3 – Búsqueda en las formas
Este grupo no anuncian aquello que va a cambiar, sino la forma y la manera en que se producirán los cambios. En este grupo se puede encontrar la dialéctica de Hegel-Marx y las revoluciones científicas de T. Khun. Este último planteaba que a un periodo de estabilidad en la ciencia (normal), le sigue un periodo de inestabilidad o anomalías donde hay pugna y resistencia, es decir, un periodo donde los datos no son coherentes con la teoría, generan una ruptura, por tanto, la emergencia de un nuevo paradigma de la ciencia.
Tipo 4 – Búsqueda de las causas o factores
Estas teorías tienen proposiciones tipo (A es causa de B). En este grupo podemos encontrar a M. Weber y K. Marx. El primero en “La ética protestante y el espíritu del capitalismo” señala que los valores pueden ser las causas de la transformación de las relaciones de producción. Mientras que Marx lo planteó a lo inverso.
La incertidumbre
Seguramente los intentos de los científicos y filósofos panameños, por explicar en qué punto se encuentra la sociedad panameña, estarán situados en alguno de estos 4 grupos de teorías del cambio social. También pueden tener proposiciones de los distintos grupos. Una obra compleja como la de Marx tiene proposiciones de los grupos 2, 3 y 4. Por el momento, la incertidumbre reina sobre las posibles explicaciones que se puedan generar. La celebración del bicentenario debería estar preocupada por esta discusión, pero ni al debate invitan. A excepción de los encuentros que se están impulsando desde el Centro de Investigaciones de la Facultad de Humanidades (CIFHU). La sociedad panameña marcha hacia rumbos desconocidos en condiciones de no vidente. También aún tarda la antítesis en irrumpir.
El autor es Sociólogo de la Universidad de Panamá. Investigador asociado del Centro de Estudios Latinoamericanos, “Justo Arosemena”. Becado IDEN-SENACYT. Maestrando en Ciencias Sociales.
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