Ambigüedad de la CIDH
14/05/2013
- Opinión
Ayer concluyó en Cochabamba, Bolivia, la II reunión del Sistema Interamericano de protección de los Derechos Humanos, SIDH, organismo hemisférico dependiente de la OEA creado para promover la observancia, la defensa de los derechos humanos y como órgano consultivo.
La Comisión Interamericana para la Defensa de los Derechos Humanos, CIDH, es uno de sus organismos, el otro es la Corte Interamericana de Derechos Humanos. En las últimas décadas la CIDH ha estado seriamente cuestionada por su apego al país imperialista. 17 son sus funciones, todas orientadas a la promoción, protección, formación y defensa de los derechos humanos.
La CIDH, más que una honra para la dignidad, protección y defensa de los derechos humanos de los pueblos americanos, ha sido una vergüenza, un lastre para este continente. Y como bien dice el argot popular “el dueño del perro es el que le da de comer”. Esto es necesario saberlo ya que según entendemos el mayor contribuyente económico a este organismo hemisférico es ESTADOS UNIDOS y, por lo tanto, se auto proclama, aún sin haber ratificado la Convención, el derecho de ser el principal censor para juzgar qué gobiernos o qué países violan los derechos humanos, siendo este país el más grande violador en América y el mundo, sino veamos: a) Asesora y ha asesorado a los ejércitos latinoamericanos en masacres genocidas contra sus propios ciudadanos (Argentina, Chile, Haití, Guatemala, Nicaragua, El Salvador, Honduras, etc.). b) Muchas de sus empresas han cometido tremendos desastres ecológicos en el mundo afectando seriamente a etnias, comunidades y el ambiente. c) Mantiene una cárcel clandestina, GUANTÁNAMO, donde viola flagrantemente los derechos humanos de los ciudadanos del mundo. d) Irrespeta con la instalación de bases militares la soberanía y los territorios de los países de América. ch) Promueve y participa en la mayor cantidad de guerras en el mundo actuando como un vil invasor. d) Viola, sin ser señalado por la CIDH, los derechos humanos de los ciudadanos estadounidenses en su país, principalmente de las etnias y los migrantes nacionalizados o no.
Otro problema que afecta al Sistema es que la sede de este organismo está en Washington y de esta manera, abierta o subliminalmente, este país influye o decide en las políticas de este órgano. Además de las serias hostilidades que Washington siempre ha mostrado hacia los gobiernos progresistas de Latinoamérica o que se salen de su órbita. Por eso una de las conclusiones de Cochabamba es pedir el traslado de la sede a un Estado firmante del Convenio.
La dignidad y libertad de los pueblos nunca debe estar en el puño del mandamás imperialista.
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