Avance en los acuerdos de paz: un entorno favorable para la equidad

29/05/2013
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Paz, desarrollo y equidad serán una triada indisoluble
 
El acuerdo del Gobierno y las FARC, en cuanto al tema agrario, pone una agenda de compromisos que esperamos –en el sentido profundo de la esperanza-  rompa definitivamente el vergonzoso lugar que ocupamos como uno de los países más inequitativos en el mundo.
 
Los retos para el gobierno y la sociedad son de grueso calado. Además de producir definitivamente políticas y leyes para la equidad, consistirán en profundizar un entorno favorable para romper la espiral de concentración de la riqueza generada en Colombia y lograr que eso se traduzca en compromisos con aquellos actores- élites económicas y políticas- que por diferentes medios han concentrado la riqueza del país en unas pocas manos.
 
La política y la regulación económica en Colombia deberán tener como visión, enfoque y acción, la equidad y la paz. No más políticas agrarias que se traducen en concentración, ni más practicas guerreristas o corruptas que le ponen atajos a un acuerdo de paz sostenible.
 
En el estudio del Instituto Geográfico Agustín Codazzi (IGAC) sobre la concentración de la tierra rural, el promedio del GINI para el mundo es de (0,63) – recuérdese que este es un indicador que cercano a 0 refleja equidad y cercano a 1 refleja concentración-.
 
En el extremo con mayor concentración está Barbados con un Gini de (0,94), seguido por Paraguay con (0,92). En el otro extremo está Noruega que con (0,18) es la nación que ostenta la mayor equidad de la tenencia de la tierra.
 
Este índice para América del norte y América central es de (0,75) y para América del Sur es de (0,85). En esta región los países de Paraguay, Brasil, Perú y Colombia son los que exhiben los mayores coeficientes de  concentración de la propiedad rural (IGAC, 2012: pág. 84)
 
Según el estudio referenciado, se afirma que en los últimos 10 años el proceso de concentración de la tierra en Colombia se ha profundizado y la modalidad de concentración, más que la extensión del predio, ha sido la adquisición de diferentes predios por un mismo propietario. Para poder ilustrar este fenómeno el IGAC construyo el índice de concentración de propietarios, este se encontraba en 2009 en 0,886, más alto que sus niveles del año 2000, (IGAC; 2012: 118). Plantean también como la adjudicación de baldíos ha sido junto con el conflicto armado dos de las más importantes razones de este proceso de concentración.
 
Una investigación entregada por la revista Semana en el mes de noviembre de 2012 da cuenta del rol que ha tenido en este proceso la asignación de baldíos. “El Estado ha repartido en la última década 2,5 millones de hectáreas de baldíos. Sin embargo de estos predios, que debían destinarse a campesinos sin recursos, una tercera parte fueron asignados con irregularidades o quedaron en manos de personas adineradas, empresarios, políticos y profesionales.”[1].
 
 Para el caso de Antioquia la problemática es más grave, pues el GINI de propietarios alcanzó un valor de 0,914, el correlato de la región con mayor número de desplazados, de tierras expropiadas y de algunos de los grandes empresarios que no han sido mayoritariamente los más proclives a políticas de equidad y paz.
 
Así entonces paz, desarrollo y equidad serán una triada indisoluble que deberá marcar el rumbo de la construcción de nuestra sociedad en las próximas décadas. Y Antioquia debería ser emblemática en transformar su realidad con un compromiso profundo de gobierno, empresarios y sociedad civil, para mostrarle al país que los actuales acuerdos son económica, política y éticamente sostenibles.
 
Nota:
 
- María Soledad Betancur Betancur es Directora del Observatorio de Derechos Humano  del IPC www.ipc.org.co/agenciadeprensa
https://www.alainet.org/es/articulo/76406
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