Cómo enfrentar la crisis

16/07/2009
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Conocer la naturaleza de la crisis económica puede arrojar luz sobre qué políticas públicas y reformas requiere México para remontarla y aun aprovecharla. Por ello conviene aclarar que son dos sus rasgos principales: 1) terminó la etapa de predominio del capital financiero; y 2), vivimos el periodo de transición del poder global, donde poco a poco se eclipsa la hegemonía de Estados Unidos. ¿Qué implica para el país?

    1) Periódicamente el capital financiero domina a la economía. Su función en cada oleada económica es la destrucción creativa (Schumpeter): promueve y disemina las invenciones tecnológicas. La etapa se caracteriza por inversiones masivas y frenéticas en nuevas tecnologías y empresas. Luego vienen saturación y búsqueda de nuevos horizontes: se desata el frenesí de fusiones en la vieja industria –agobiada por la caída de la ganancia– que conforma corporaciones.

    Para entonces, el poderío del capital financiero rompió con las regulaciones impuestas en la crisis anterior, que restringían su libertad y predominio. Es tierra fértil para especular y crear dinero contable y así mantener altas tasas de ganancia. Sobreviene el desenfreno e impone su visión y cultura al mundo: hacer dinero sin importar cómo es el valor supremo. Abundan corrupción, fraudes, violaciones a la ley, delincuencia de cuello blanco... Permea su ejemplo a la sociedad. Se privilegia a lo privado sobre lo público: el Estado es sirviente del capital.

    Es la era del oropel: pululan los héroes del espectáculo y los deportes: los gatsby, los yuppies, los ronaldo, los joli, los pit, et al. Del otro lado están los piratas, las bandas delictivas: la economía negra. El ingreso se concentra y el darwinismo social se erige en dogma.

    Esta belle époque llega a su fin con el colapso financiero. Los enormes desequilibrios sociales, políticos y económicos del laissez faire, laissez passer, de los años de desenfreno son tan graves que amenazan la viabilidad del capitalismo. Cambia la correlación de fuerzas. En las democracias, la política retoma el control y promueve reformas que encauzan el descontento. Están dadas las condiciones económicas (para aprovechar el despliegue de las nuevas tecnologías y empresas) y sociales para emprender cambios profundos en el papel del Estado, en las regulaciones, en la distribución de la riqueza...

    2) El movimiento secular de la economía ocurre en un contexto especial: Estados Unidos está ahogado en deudas, efecto de la etapa de desenfreno, y eclipsa el papel del dólar como instrumento de intercambio, medida de valor y medio de reserva. Hace años esa nación es la principal deudora del mundo y la crisis de su moneda impedirá que siga como consumidora de última instancia. Y sus acreedores: China, Japón, Europa, Rusia, India, Brasil y hasta México, disputan el poder político y económico al líder decadente.

    Los acreedores de Estados Unidos, que incluye a los productores petroleros de Oriente Medio, luchan por un papel activo en los órganos de decisión económica: FMI, OMC, BM, ONU y empresas calificadoras de deudas; instituciones obsoletas que obstaculizan el nuevo orden mundial. Su renovación permitirá democratizar el sistema-mundo y franquear la trampa que despoja a los pueblos de los Estados nacionales sus potestades políticas para gobernar sus destinos.

    La crisis social, política, económica e institucional de México está inmersa en ese contexto y parte de la solución de nuestros males depende de la transición pacífica del poder global. Por tanto, es clave una política exterior que tenga tal horizonte y fije la meta de participar activamente para que el reparto del poder mundial favorezca el interés nacional. La estrategia incluye atraer industrias en esta etapa de reacomodo económico internacional. En consecuencia, la reserva de divisas no debe usarse para satisfacer o sofocar a los especuladores.

    En política interna, la elite dirigente debe entender que terminó el ciclo de supremacía del capital financiero y es hora de la participación activa del Estado para distribuir la riqueza (cobrar impuestos a quien más gana); combatir pobreza y desigualdad; promover educación y salud; desarrollar infraestructura; impulsar la ciencia y difundir la tecnología. Para ello debe crear la banca de fomento; tareas imposibles si ignora que el equilibrio fiscal es objetivo de mediano plazo; por tanto, debe regularse a calificadoras de deuda. Entre más tarde comprenda estas nuevas circunstancias, más profunda, duradera y disruptiva será la crisis.

Fuente: Forum en línea
http://www.forumenlinea.com/

https://www.alainet.org/fr/node/135103

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