¿Puede el fascismo ser opción de poder en Venezuela?
- Análisis
Antes de plantearme la reflexión anunciada en el título que la precede, debemos revisar los acontecimientos mundiales y muy especialmente debemos revisar el proceso brasileño y obviamente, las perspectivas hacia donde va marchando el proceso político venezolano, que viene siendo guía de transformación en la región latino-caribeña. Como ocurre en los amores humanos, los despechos, unidos a lo que pueda ser formas de desencanto, suelen ser, a veces, de sorpresivas y extrañas consecuencias.
Milton Friedman, en Chile, fue guiando los pasos para, sobre la base de un golpe de Estado, transformar radicalmente la sociedad chilena. La creación de un estado de Schok fue uno de los presupuestos iniciales de él y sobre esa base desarrolló la idea de que lo políticamente imposible se vuelva políticamente inevitable.
Friedman: lo políticamente imposible se vuelva políticamente inevitable
Esta es una frase del padre contemporáneo del neoliberalismo, Milton Friedman, el asesor de Pinochet. Considero a Friedman un criminal de guerra, como lo es Jair Bolsonaro, quien podría ser el próximo presidente de Brasil. No tanto por lo que haya hecho hasta ahora, sino por lo que promete que hará. Confío en que el pueblo brasileño derrotará el fascismo.
Esa frase, frecuentemente citada, la ha difundido ampliamente Naomi Klein, en su famoso libro, La Doctrina del Schok, El Auge del Capitalismo del Desastre. La referencia más inmediata es el caso del golpe de Estado y el asesinato, contra el presidente chileno Salvador Allende. La cita es la siguiente:
"Solo una crisis —real o percibida— da lugar a un cambio verdadero. Cuando esa crisis tiene lugar, las acciones que se llevan a cabo dependen de las ideas que flotan en el ambiente. Creo que esa ha de ser nuestra función básica: desarrollar alternativas a las políticas existentes, para mantenerlas vivas y activas hasta que lo políticamente imposible, se vuelva políticamente inevitable".
Esto supone que la población vaya siendo colocada en estado de Schok, es decir, que la inseguridad, el miedo, el autoritarismo y en general, las políticas represivas, vayan convirtiéndose, ante el dominio de la inseguridad y el miedo, más el trabajo de la guerra mediática y las operaciones de guerra psicológica, en proceso de modelamiento de las aspiraciones populares. Por tanto, que en estado de Schok, lo políticamente imposible se vuelva políticamente inevitable. Esta es, precisamente, una de las bases del crecimiento de las corrientes fascistas en el mundo de hoy.
En cierta manera, eso es lo que quiero significar con los despechos, que son tan grandes como el amor que los provoca. En parte por eso, el crecimiento en Brasil de un movimiento anti-PT, que está llevando a respaldar a Bolsonaro, el que afirma que los petistas deben ser fusilados. Cuidado con los despechos y la confianza en los precios acordados con los que nos quieren derrocar. Creo que hay empresarios con los que se puede acordar precios, pero con empresarios transnacionales como Polar, “ni un tantico así”, como suele afirmar el pueblo venezolano.
El capital financiero, la industria militar y el narcotráfico constituyen la médula del capital contemporáneo
En mis trabajos le he venido dando gran relevancia como factor de poder, al narcotráfico. Pero ha sido Vladimir Adrianza quien lo explicitó dándole una significación profunda, en una conferencia que dictó en la Casa de Bello, dirigida por William Osuna, el jueves pasado, 4 de octubre del presente año. Mario silva también ha estado destacando los méritos de Vladimir Adrianza.
Van desapareciendo los espacios de negociación interclasista, base de la democracia representativa
En los modelos keynesianos el ingreso de los trabajadores es una de las claves para el crecimiento de la inversión y por tanto, el crecimiento y desarrollo de la economía y la sociedad. Las políticas neoliberales han revertido esta situación.
Se ha impuesto una súper explotación de los trabajadores apegadas rigurosamente a políticas de mercado, que han liquidado las negociaciones interclasistas (sindicatos y organizaciones empresariales), con intervención del Estado como aparentemente mediador. Al desaparecer los espacios para la negociación interclasista, sólo queda el espacio del mercado, ampliamente dominado por el capital. Lo que políticamente significa un dominio de las soluciones de poder con características autoritarias.
De esta manera, ha ido desapareciendo uno de los fundamentos de la democracia representativa y las reglas del mercado internacional, se van imponiendo, lo que le da a las relaciones obrero-patronales una clara tendencia autoritaria.
En un ensayo “Conflictos mundiales y el tránsito del Estado del Bienestar a la Globalización Neoliberal”, publicado en mi libro “Geopolítica de la Liberación”, editado por “El Perro y la Rana, sostengo varias ideas que complementan, aclaran, amplían y precisan lo que vengo diciendo. Citaré algunos párrafos.
“Esta concentración del capital, implica también concentración del poder político, por tanto, control social, cultural, comunicacional, del pensamiento y de los imaginarios colectivos, es decir, la capacidad, para modelar los sueños e ilusiones de la humanidad, la capacidad para forjar la realidad más allá de nuestra conciencia, más allá de lo que puedan ser nuestras aspiraciones íntimas.”
“Esta conformación del poder mundial es incompatible con la democracia, con la diversidad de la vida humana y natural. Es incompatible con la paz, con los acuerdos interclasistas, con la convivencia humana, con los derechos humanos… La violencia y el uso de la fuerza, que configuran terror y miedo, se van convirtiendo como la mediación social y política por excelencia, como expresión de la dominación del capital.”
“Como consecuencia, todas las conquistas políticas, sociales, culturales obtenidas a través de la lucha secular de los pueblos, van siendo negadas sistemáticamente. El Estado del bienestar está siendo desmantelado.”
El totalitarismo es la solución política mediante la cual el capital financiero y la cúpula militar asociada a él, pueden implementar formas de gobierno opresivas, discriminatorias y dictatoriales. Necesita, por tanto, recurrir al uso de la fuerza y la violencia de manera regular, sistemática y permanente.
El miedo, la inseguridad, la desconfianza, deben ir generando el totalitarismo fascista como una demanda social. El caso Venezuela
La fortaleza de los valores populares solidarios, ha sido base de la fuerza gubernamental
Por una parte, se van creando circunstancias que vayan conformando una vida cotidiana que cada vez más se parezca a un infierno. Por tanto, fue necesario ir destruyendo el efecto tanto de las políticas sociales del presidente Chávez, como de su acción pedagógica orientada a ir revolucionando la conciencia estimulando las relaciones de cooperación, lo que fue desarrollando imaginarios fundados en la solidaridad, en la fraternidad.
Los efectos de las políticas sociales y de la conformación de imaginarios solidarios le fue dando una gran fortaleza al proceso chavista y pudo declararse antimperialista, socialista y seguir adelante.
Sobre esta base se fue derrotando el golpe de Estado de abril de 2002, el golpe de Estado-paro petrolero de 2002-2003 y todas las acciones conspirativas hasta diciembre de 2015.
Golpear la vida cotidiana, estimular el individualismo y deteriorar la solidaridad
Para diciembre 2015 la derecha comprendió que sin derrotar los imaginarios solidarios y las convicciones del pueblo chavista, no podría derrotar al proceso bolivariano. Sobre esa base logró darnos la primera derrota significativa, que pudimos neutralizar.
Pero la derecha confirmó que nuestro punto a ser atacado era y es precisamente, la destrucción de los imaginarios y las prácticas solidarias. Ahí ha estado y está centrada la ofensiva.
La guerra económica
Lo que se ha llamado guerra económica, va mucho más allá de lo económico pues es una ofensiva contra todos los valores, las convicciones y los sueños de la gente.
Los componentes más específicamente económicos son la inflación y la escasez inducidas, el acaparamiento, el llamado “bachaqueo”, el contrabando de extracción… Esto refuerza los efectos sobre la vida cotidiana, las relaciones interpersonales, la relación con el gobierno, con la militancia y la vida compartida de manera solidaria, en fin, conforma un entramado de frustraciones, depresión, tristeza, en fin, afecta la esperanza y el espíritu de lucha en la medida que afecta el consumo, la posibilidad de una vida digna.
Inseguridad, desconfianza en el gobierno y quinta columna
Hay otros factores que complementan los anteriores y que tienen un gran poder destructivo. Ellos son la inseguridad y la desconfianza en el gobierno por los problemas de la corrupción, ineficiencia y burocratismo.
Finalmente, está la acción de la quinta columna, la derecha infiltrada en nuestras filas, que, según mi opinión, tiene que ver con la crisis de los servicios públicos. En nuestro país se viene dando la circunstancia de que los servicios de agua, electricidad, salud, transporte, aseo urbano, etc. han entrado en crisis simultáneamente, golpeando de manera muy severa a toda la población, acentuando el carácter dramático de la vida cotidiana. Esto no puede ser una simple casualidad. Requiere de una mano que coordine
El totalitarismo fascista como demanda social
Estas realidades van favoreciendo las soluciones individuales, el negativismo, la pérdida de la fe y sobre esa base trabaja la derecha y se refuerza la campaña para desmoralizar y sembrar pesimismo.
La inestabilidad, la inseguridad, el miedo, el pesimismo, la pobreza o el temor a caer en ella, van creando una base social, que, acompañada de la guerra mediática y las operaciones de guerra psicológica, van impulsando condiciones para avanzar a soluciones fascistas, autoritarias, que puedan, supuestamente, enfrentar el caos, sólo para enfrentar un caos peor: el de los desollados, los “picados” o descuartizados, el de las fosas comunes… En verdad, ese es el futuro que ofrecen, como si ese no fuera un pasado que ya vivimos.
Ya es evidente que la pobreza, el pesimismo, la falta de confianza en el futuro y particularmente el miedo, van generando rechazo a todos los que sean considerados diferentes. Al que tiene otro color de piel, otra religión, otra nacionalidad, otro idioma, otra sexualidad, etc.
Pese a todo, todavía existen los que pueden convertir al fascismo en una demanda social. Ya lo han hecho con Hitler, con Mussolini, Franco, Pinochet, con Videla… Y ahí está Piñera, gobernando Chile, que se ganó el premio de la Corte Internacional de Justicia, pese que las costas bolivianas le fueron arrebatadas mediante un acto de guerra. Ahí está el sicario general, Almagro, ganándose unos dólares apuñalando por la espalda al pueblo venezolano.
Ahí está Julio Borges y los demás dirigentes opositores clamando por la intervención militar en Venezuela, en una conjunción de fuerzas estatales y mercenarias.
El miedo como instrumento de cohesión social
Una institucionalidad fundada en pactos mafiosos
La inestabilidad, la inseguridad, la violencia y el miedo son armas claves de la dictadura del capital financiero. Con el apoyo de la guerra mediática y las operaciones de guerra psicológica, se va creando una histeria fundada en la inseguridad y la amenaza de una suerte de violencia permanente que golpea desde cualquier lugar, sorpresiva, artera.
Es la manera como se van creando los vínculos mafiosos. Primero, te genero miedo, incluso terror y luego te ofrezco protección. Destruida la cohesión social que daba un pacto social entre diversas clases, con la mediación del Estado, orientado a satisfacer demandas sociales como garantía de estabilidad basadas en determinados niveles de empleo y de ingresos, lo que queda es la solución autoritaria. Eso es lo que le da base al programa de Jair Bolsonaro: protección basada en la violencia y la condena del Estado.
Desorganizar la institucionalidad existente, destruir los procesos de organización popular, de asociación y en general de cooperación solidaria. Al abolir las relaciones y acuerdos interclasistas y avanzar hacia la construcción de una sociedad mundial de carácter totalitario, la violencia y la guerra se convierten en el modo de existir de una sociedad que tiene como ejes a los bancos, la industria militar y el narcotráfico.
El poder es una cúpula militar-financiera-narcotraficante, que hace superfluo al Estado y le confiere atribuciones, básicamente represivas.
Ya he señalado el importante aporte de Vladimir Adrianza sobre este tema, que Mario Silva se ha ocupado de destacar.
Esa concentración del capital, implica también concentración del poder político, por tanto, control social, cultural, comunicacional, del pensamiento y de los imaginarios colectivos, es decir, la capacidad, para modelar los sueños e ilusiones de la humanidad, la capacidad para forjar la realidad más allá de nuestra conciencia, más allá de lo que puedan ser nuestras aspiraciones íntimas.
Ha surgido así la peor dictadura sobre el pensamiento, el alma y el corazón de la humanidad y la siempre generosa naturaleza. La dictadura mediática es uno de los poderes que va modelando todo, tratando de subordinarnos a la voluntad de los grandes especuladores financieros.
Esta conformación del poder mundial es incompatible con la democracia, con la diversidad de la vida humana y natural. Es incompatible con la paz, con los acuerdos interclasistas, con la convivencia humana, con los derechos humanos… La violencia y el uso de la fuerza, que configuran terror y miedo, se van convirtiendo como la mediación social y política por excelencia, como expresión de la dominación del capital.
Como consecuencia, todas las conquistas políticas, sociales, culturales obtenidas a través de la lucha secular de los pueblos, van siendo negadas sistemáticamente.
La soberanía, la autodeterminación de los pueblos y la igualdad jurídica de los Estados, son víctimas inmediatas del capital financiero.
Desorganizar la institucionalidad existente, destruir los procesos de organización popular, de asociación y en general de cooperación solidaria, son tareas esenciales de este poder totalitario.
¿Se van dando condiciones para el surgimiento en Venezuela de un poder fascista como demanda social?
Mi respuesta es afirmativa. La base social fascista existe, pero le ha faltado un liderazgo y las circunstancias políticas que le permitan manifestarse con posibilidades de triunfo. Tiene mucho que ver con aciertos de la conducción política chavista, que les han impedido moverse con posibilidades de éxito.
Las convicciones democráticas del pueblo venezolano están muy arraigadas
El proceso bolivariano ha sido muy importante para la consolidación de esas convicciones y la práctica política de la derecha, muy influida por prácticas fascistas, ha contribuido a fortalecer los principios democráticos de la sociedad venezolana.
Lejos de estancarlas, la agresión imperial las ha fortalecido
El pueblo venezolano ha conocido la agresión imperial, la ha sufrido y en esa misma medida, se ha hecho más antimperialista.
La labor pedagógica del Presidente Chávez ha sido esencial
Al poner al día la tradición mirandina y bolivariana, que tuvo efectos trascendentes tanto en la práctica como en el pensamiento. Chávez les dio un poderoso soporte a las convicciones del pueblo venezolano.
La dirección chavista ha hecho su trabajo
Encabezada por el presidente Maduro y Diosdado Cabello, pese a las debilidades del PSUV como partido, ha sabido mantener viva la tradición antimperialista. El discurso del presidente Maduro en la ONU, fue un buen ejemplo sobre el mantenimiento de esa continuidad.
La corrupción, el burocratismo, las inconsecuencias, hacen daño y de no corregirse pueden horadar la conciencia del pueblo chavista
Este pueblo, aun cuando siga siendo bolivariano y precisamente por serlo, puede darle la espalda a la dirección chavista y no sentirse obligado a defender un proceso en el que vaya perdiendo confianza.
La libertad de los empresarios para hacer lo que les venga en gana, particularmente en lo que tiene con la fijación de precios, está golpeando seriamente el estado de ánimo de la población. Una sensación de indefensión va creciendo, sensación que luego se encuentra con los problemas en el transporte, en la salud, el aseo urbano…
Los efectos perversos de los errores gubernamentales
El gobierno, pese a la acertada política económica del presidente maduro, no ha sabido enfrentar eficientemente la llamada guerra económica. La gente va sintiendo que no hay suficiente firmeza en el enfrentamiento a las maniobras de la derecha. Siente que dentro del gobierno hay cómplices, incluso, gente que se beneficia de la crisis.
La guerra de precios y la creencia en que los grandes empresarios respetarían los llamados precios acordados, ha creado muchas dudas y se comienza a hablar de nuevo de falta de gobierno.
Los grandes empresarios han neutralizado los efectos del aumento salarial, la situación se deteriora día a día y no se toman medidas. Hemos como regresado a la situación que se creyó cerrada el 20-08-18.
¿Cómo reaccionaría la gente ante la oferta engañosa de un grupo de poder que ofrezca poner orden?
Poner orden a la especulación con los precios, a la escasez, a la inseguridad, a la crisis en los servicios públicos (agua, electricidad, salud, etc.), que ofrezca severas penas de prisión a los bachaqueros, a los que los promuevan, al que compre. Encarcelar a gerentes de bancos, de grandes empresas y así por el estilo.
Que ofrezca armar a la gente para acabar con los corruptos, con los especuladores, con grupos de extranjeros, en fin, con un programa fascista disfrazado de bolivariano ¿Cómo reaccionaría la gente?
Claro que esos serían ofrecimientos demagógicos que no se cumplirían o de cumplirse, sería asesinando chavistas.
Segunda parte, breve mención a lo ocurrido en Brasil
¿Dónde ganó el PT?
Más que donde ganó el PT, debemos preguntar, ¿dónde ganaron las corrientes patrióticas? Donde hay claras victorias, generalmente no fue un triunfo del PT, sino de movimientos sociales que se han mantenido trabajando codo a codo con el pueblo. En otros lugares donde antes se triunfaba, ahora hay sentimientos anti-PT. No quiero significar que en ninguna parte haya ganado el PT por su propio esfuerzo.
El PT no hizo un serio trabajo de politización
Esto demuestra que solamente con políticas sociales no se ganan elecciones, mucho menos se forma a un pueblo para la defensa de la patria en tiempos donde la agresión imperial siempre está a la orden del día. En Brasil, hubo un éxito importante en logros sociales, pero no en el desarrollo de la conciencia de la gente.
Esta es una seria advertencia para el proceso venezolano. Es legítimo promover los éxitos en la construcción de viviendas, pero eso es insuficiente. Es la educación y la práctica política lo que eleva al pueblo.
El PT no privilegió la política antimperialista, la defensa de la soberanía…
En más de una ocasión Dilma trató de evitar responsabilidades al gobierno de EEUU en diversas dificultades que afectan a los pueblos, incluido el pueblo de Brasil. Se creyeron el cuento de la buena vecindad. Se creyó en la buena voluntad de Obama, quien hizo un récord mandando a asesinar, con el uso de drones, a los que, colocados en la llamada lista negra de la CIA, tenían la acusación de terroristas.
¿Será por eso que Dilma no resultó electa para integrar el senado de Brasil?
Pese a los ilimitados méritos que acumuló, no fue electa. Hay que reflexionar sobre eso y sacar conclusiones, no sólo para el presente sino para el futuro.
Esta reflexión sobre Brasil queda abierta. Está emparentada con nuestro futuro común, con el torrente de pueblo y de militantes honestos, que, de todas maneras, a pesar de los desaparecidos, asesinados que se produzcan hoy, sabemos que este esfuerzo no se perderá. Al final los pueblos, la justicia, la solidaridad, la fraternidad, la democracia, la paz y los derechos humanos triunfaran. Los bolsonaros no triunfarán y pase lo que pase, terminarán cubiertos por el oprobio y la vergüenza. Igualmente ocurrirá con los llamados “evangélicos”, que hoy los respaldan.
Complementaciones al debate sobre la experiencia brasilera
El debate entre regalar las cosas o fijar un precio de mercado
Luego queda una discusión pendiente que yo la he planteado en más de una oportunidad. Se trata del conflicto entre la práctica de regalar las cosas y fijar un precio de mercado. Creo que eso sea una solución. Regalar es absolutamente pernicioso. Cuando se entrega una casa se esta transfiriendo naturaleza y trabajo. Es necesario que la gente entienda y valore eso y entienda que dicho costo debe ser compensado.
La retribución solidaria y la gratitud sincera
Yo he dicho, que hay que desarrollar el concepto de la retribución solidaria. Es decir, no sólo se debe compensar con dinero, pues no podemos confirmar que el dinero es la relación que media todas las relaciones sociales. Eso es propio del Capital y el capitalismo, pero una nueva sociedad debe establecer formas de mediación entre la gente, distintas al dinero.
Lo que sí se debe confirmar es que lo que se recibe hay que compensarlo, retribuirlo. Lo más esencial es desarrollar la gratitud sincera pues el solo acto de agradecer espiritualmente, puede cambiar muchas relaciones, entre otras, la relación mercantil. Ese lugar común de que amor con amor de paga, tiene un sentido profundo. Lo que hay que sustituir es la palabra pagar, que refiere a una relación mercantil.
La vivienda no puede ser una simple reproducción del rancho
No se trata, desde un punto de vista clasista, de despreciar el rancho. Este fue un momento de nuestra existencia, que nos permitió un refugio, un lugar para la vida. Yo conocí ranchos muy pobres, pero muy llenos de esperanza, de gratitud.
Desplegar la relación amorosa, sincera, puede desarrollar una gran fuerza espiritual. A partir de la generación de esa fuerza, se puede originar un poder, sí, un poder, orientado hacia la retribución sincera, amorosa. La gente puede, con ese sentimiento, encargarse de los jardines y la siembra comunal, del cuido de la limpieza, de la seguridad… En fin, de tareas que determinen que la vivienda que se recibe no sea una simple prolongación del rancho que rememore desdicha y abandono, sino la perspectiva de una nueva vida, de un nuevo amanecer iluminado por la esperanza y el espíritu del que está construyendo otro porvenir distinto a la fijación de un precio de mercado o del que trata la nueva vivienda como si fuera un rancho, una reminiscencia de un pasado que muchos consideran oprobioso.
La política social no es suficiente
Se puede realizar una política social muy exitosa, pero el pueblo sigue observando que existen importantes privilegios, especialmente en el orden material. Que el modo de vida de funcionarios en los más diferentes niveles de gobierno, no se corresponde con una conducta ajustada a la ética revolucionaria.
Que altos y medianos funcionarios no terminan de bajarse de los carros negros, con un buen grupo de escoltas, mientras el pueblo padece las consecuencias de la crisis, es algo que sigue provocando graves daños. Hasta odio. Ese odio es el que puede generar que un Bolsonaro cualquiera, liderando el odio y el resentimiento social, pueda llegar ser presidente de un país tan importante, tan lleno de glorias, como Brasil.
El liderazgo fundado en la luz sin fe, en lucifer
Ese liderazgo, fundado en el resentimiento y el odio, así sea en el nombre de Dios, que es el peor odio que puede existir, pues se funda en la luz sin fe, es decir, en Lucifer, el diablo. Ese liderazgo, muy “evangélico” él, es el que podría infiltrarse a través de nuestras fronteras y destruir al proceso bolivariano, sobre todo si este se fundare en el odio de clase y no en la solidaridad clasista que se trasmuta en amor a la humanidad, que aun cuando por fuerza de las circunstancias tenga que ir a la guerra, nunca será una guerra para oprimir y someter al otro, sino para liberarlo y redimirlo. Somos herederos de las guerras que realizó Bolívar, que nunca fueron para oprimir sino para liberar.
La fe de mendigo o de comerciante
La luz sin fe es aquella que se transforma en fe de mendigo o fe de comerciante. La metáfora es que el mendigo que vive pidiéndole a Dios: una casa, un carro, dinero… Como si Dios fuese su secretario. O la fe del comerciante, que lo que hace es vivir proponiéndole a Dios una suerte de tratos comerciales: si me das esto, yo hago aquello.
No es la fe del “evangélico”, que bastardea los evangelios pues es capaz de, en nombre de Dios, apoyar a alguien que defiende la tortura, la pena de muerte contra los homosexuales, los pepetistas…
Me quedo con la fe de los mártires de Chicago, de los comunistas que entregaron la vida a cambio de un futuro mejor para la humanidad
Me quedo con la fe de los que, aun cuando proclamaban que no creían en Dios, se fueron a las numerosas guerras que el capital ha promovido y promueve, y lo siguen haciendo hoy, en nombre de un futuro mejor, que saben que no lo vivirán, pero mueren sabiendo que un día habrá una humanidad, que sí verá ese futuro. Me atrevo a creer que esos militantes han muerto, de alguna manera, bendecidos por Dios.
Me quedo con la fe de los mártires de Chicago, que un 1° de mayo, cuando posteriormente los condenaron a la horca, por un crimen que no habían cometido, fueron capaces de decir estas hermosas palabras: “Salud tiempo, en el que nuestro silencio, será más poderoso que nuestras palabras que estrangula muerte”. Eso se llama fe, prefirieron enfrentarse a la muerte, antes que salvar la vida para respaldar a un criminal como Jair Bolsonaro, que a lo mejor mañana viene a asesinar, a violar, a descuartizar a las venezolanas y venezolanos, incluidos nuestras niñas y niños.
Un juramento parecido hicimos los guerrilleros de los 60
Por eso somos críticos, por eso denunciamos a la derecha infiltrada, a la quinta columna. Por eso hemos mantenido una conducta insobornable, porque preferimos el silencio de la muerte antes de vendernos a cambio de beneficios materiales, inmediatos. Allá los traidores, los que se han corrompido.
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