¿Criminales financieros nos gobiernan?
- Opinión
El narcotráfico y la agresión contra Venezuela
La muerte del planeta y de la humanidad está muy determinada por el capital financiero global. El cambio climático y la ofensiva contra los gobiernos que defienden la soberanía, la independencia y un futuro distinto al que representa el capital, son un solo proceso. El imperio británico se debilita a mediados del S. XX. Bajo el patrocinio Rothschild, fue el primer imperio narcotraficante. Sometió a China mediante el comercio del Opio, como hace EEUU hoy controlando el comercio de la Cocaína y la Heroína. Colombia y Afganistan son casos emblemáticos. De Afganistan sabemos menos. Pero uno de los motivos de la invasión de Afganistan fue estimular y controlar el cultivo y la producción de opio, el cual sale hacia el mercado mundial en los aviones de la fuerza aérea de EEUU. El cambio climático y el exterminio de líderes sociales y países soberanos asumen la intensidad y necesidades del narcotráfico. Aparte de las razones que conocemos, como la necesidad que tiene EEUU de apropiarse de nuestras riquezas naturales, está la urgencia de utilizar la ubicación geoestratégica de Venezuela en función del tráfico de drogas hacia los mercados de EEUU y Europa.
En Venezuela se radicaliza la agresión. Fue asesinado el general de la FANB, Jackson Silva, comandante de un grupo que fue emboscado en el estado Aragua. En total 11 militares han perdido la vida entre esta emboscada y un accidente de helicóptero. Nobles representantes de la unidad cívico militar, patriótico modo de existir.
Las muertes no naturales y la corrupción
Guillermo Torín, Memo, dirigente obrero, militante de la Liga Socialista, con quien tuve una cercana relación, que me permitió observar su intenso proceso de autoformación y como en dicho proceso se elevó enormemente su crecimiento intelectual, cultural y espiritual, falleció víctima de un cáncer. ¿Muerte natural? No. La alimentación, la cultura, son fuentes de enfermedad. Investiguen a Monsanto, que impulsa una agricultura o más bien un agronegocio, que favorece una alimentación generadora de cáncer y otras graves enfermedades.
El capital trasnacional va extendiendo la enfermedad por el mundo. No sólo por el modo de vida que promueve, que implica la alimentación, los horarios de trabajo, el consumo de drogas, la extensión de la pobreza, la caotización de la vida cotidiana, las agresiones políticas y militares… día a día le roba la vida a la gente, la salud se va deteriorando y sobre todo le afecta la salud espiritual, cuya cura no se resuelve en las farmacias ni a través de prescripciones facultativas. Un día la gente muere, pero generalmente ninguna muerte es natural.
A un país asediado como Venezuela, a la gente se le va robando y caotizando la vida cotidiana. La existencia material puede ser la primera víctima, pero a veces sin que se dé cuenta, incluso sin sospecharlo, la agresión imperial le va quitando la paz espiritual. La guerra psicológica, mediática, la amenaza permanente de agresión militar, la escasez de medicinas, el deterioro de los hospitales, del transporte, la escasez de agua, el deterioro de los servicios básicos, hasta el no poderse tomar una cerveza, van dejando una profunda huella en el alma. El no poder alimentar a la familia, ir a un cine, en fin, el no poder desarrollar pequeños aspectos de la vida, va deteriorando psicológicamente. El suicidio, las riñas, el estímulo a las soluciones individuales y el deterioro de la solidaridad, son todas manifestaciones de la guerra, crueles, espantosas… es la batalla que se propone doblegarnos moral y espiritualmente, que puede iniciarse por la destrucción de la vida material, que tiene como sustrato el asesinato espiritual de la humanidad.
El pecado más grande es la corrupción y la labor que hacen los quintacolumnistas, sobre todo los que se visten de rojo rojitos.
El fin de la II Guerra mundial no significa la conquista de la paz
Independientemente de que se funda la Organización de las Naciones Unidas y se aprueba La Carta de las Naciones Unidas, la guerra no cesó. Finalizando la II Guerra Mundial (GM), EEUU lanza bombas nucleares sobre Japón, iniciando un nuevo peligro y un nuevo período para la humanidad: la amenaza permanente del holocausto nuclear.
El surgimiento del campo socialista es, por una parte, una cierta garantía para la defensa de la paz mundial, pero la política agresiva de los imperios, particularmente de EEUU, se convierte en una amenaza de guerra permanente. En 1950 se inicia la guerra de Corea, que culmina en 1953 sin un tratado de paz.
La larga guerra de Vietnam puede decirse que comienza durante la II GM y tiene un punto culminante con la derrota del imperio japonés por parte de los vietnamitas. Pero el imperio francés invade de nuevo Vietnam y la guerra se profundiza. Esa fase culmina en 1954 con la derrota de los franceses en la batalla de Dien Bien Phu, que conduce a la firma de un tratado que establece la posibilidad de una salida pacífica. Pero el imperialismo estadounidense interviene, viola los acuerdos y la guerra se reinicia. Termina finalmente en 1975 con la derrota de EEUU.
El 1° de enero de 1959 triunfa la guerra de guerrillas en Cuba, nace la Revolución Cubana que estimula las luchas revolucionarias en la región latinocaribeña, en África, Asia, incluso en EEUU y Europa. Cruentos acontecimientos se desarrollaron. La lucha guerrillera en Venezuela, que fue un acontecimiento relevante para toda la región. La lucha guerrillera se extendió por el continente latinocaribeño.
La insurgencia armada se extendió por África, Asia, incluso, hacia EEUU y Europa.
El neoliberalismo es el comienzo de la tercera guerra mundial
El consenso de Washington fue una declaración de guerra contra la humanidad. El Estado del Bienestar fue una consecuencia del impacto del socialismo sobre la vida cotidiana generada en el mundo del capital durante la postguerra. Desempleo, pauperización, hambre… giro de los trabajadores hacia la izquierda en varios países europeos. El miedo al socialismo y a la posibilidad de perderlo todo, obligó a los dirigentes del capitalismo a desarrollar, por una parte, la represión y las guerras de contrainsurgencia y por otra parte, una política de seducción para corromper al movimiento obrero, sobre todo a los sindicatos, a la burocracia obrera y a la socialdemocracia. Esto logró detener los giros radicales, derrotar electoralmente, sobre todo en Francia e Italia, a los partidos comunistas y socialistas e imponer gobiernos favorables a la intervención hegemónica de EEUU.
La intensificación de la acumulación de capital y las sobreganancias que se obtuvieron, pudieron financiar el Estado del Bienestar, fue posible transferir reivindicaciones a los trabajadores y mantener altos beneficios para el capital.
Por razones que ahora en este resumen no puedo abordar, entre mediados de los años 60 y comienzo de los 70, se presentó una profunda crisis en el mundo del capital, que se expresó entre otros fenómenos, en la aparición de rendimientos decrecientes y la caída de la tasa de ganancias, lo que obligó a suspender progresivamente el financiamiento del Estado del Bienestar, acompañado de la hegemonía del capital financiero, que no apoya sus ganancias en la economía real, sino en las operaciones financieras, las que pueden producir elevadas tasas de ganancias sin producir una aguja.
Se agudizan las conspiraciones contra la Unión Soviética y el campo socialista y las políticas de mercado, se convierten en el eje de las estrategias del capital financiero. Surge así el Consenso de Washington, que fue precedido por el derrocamiento de Allende, la Operación Cóndor y otras tropelías contra los movimientos populares de América Latina, África y de todo el Sur. Logró salir triunfante el sandinismo.
Pero sin duda el neoliberalismo es el comienzo de la III guerra mundial, un proceso muy violento que barrió a los pueblos del Sur, en un proceso muy drástico, pero desarrollado en el terreno político, económico y particularmente en el campo de la información, la destrucción de los valores solidarios y la exacerbación de la competencia como el vínculo fundamental entre los seres humanos.
El mercado se convierte en eje de la vida social y esta se va organizando sobre la base de saber aprovechar las “oportunidades” que el mercado “ofrece”. El que las sabe reconocer, sabe competir y las aprovecha, avanza, el que no se va quedando fuera. Se vivirá en una especie de guerra de todos contra todos. Ganará el que “sepa” competir.
En ese proceso emergió Venezuela con el Presidente Chávez al frente defendiendo la soberanía solidaria, que se funda en el reconocimiento del otro, la defensa de los intereses comunes, el enfrentamiento a las amenazas imperiales y la posibilidad de la integración, de la unión en la diversidad.
Del reencuentro Sur-Sur, con un carácter no simplemente geográfico, sino geopolítico. El Sur son unos intereses fundados en la defensa de la soberanía solidaria, que no depende solamente de la ubicación geográfica.
El campo de batalla comienza a experimentar importantes transformaciones con respecto a la II Guerra Mundial. Eso ha hecho difícil que se aprecie el comienzo de una guerra mundial, más cruel y asesina que todas las anteriores, más abarcante de los diversos intersticios de la sociedad mundial y más criminal, pero que se hizo experta en la práctica de la mentira, del encubrimiento, del distraccionismo y de la perversión de los organismos multilaterales, como las Naciones Unidas y en la construcción de un nuevo multilateralismo fundado en pactos militares, centrado en la Otan.
La III Guerra Mundial se perfila más compleja, más criminal y con una activa participación de un poder emergente, las masas de capital provenientes del narcotráfico
El golpe contra las torres gemelas del 11-09-01, fue un golpe de Estado contra la democracia, la paz y los derechos humanos y se generalizó la guerra por todos y desde todos los intersticios de la sociedad. Se consolidó lo que he llamado Estrategia Imperial de Guerra Permanente, el correlato geopolítico para el Consenso de Washington. Consolida un poder transnacional con la dinastía Rothschild al frente.
Aparece claramente un trípode de poder, claramente interconectado e interdependiente: el poder financiero, el poder militar y el poder del narcotráfico. El poder del narcotráfico es cada vez más esa masa crítica de capital siempre disponible, bien sea desde Goldman Sachs o desde la más anónima banda que opera en el más empobrecido barrio de cualquier lugar del mundo.
Esa masa crítica de capital que se mueve a través del sistema financiero, en multitud de cuentas opacas, representa ese ilimitado flujo de capital que financia la industria militar, la subversión de derecha que alimenta conspiraciones, guerras, derrocamientos de gobiernos, asesinatos políticos que quedan en la oscuridad, la desestabilización permanente de gobiernos, como el de Venezuela, de Bolivia, de Nicaragua… Bolivia ha demostrado que un buen gobierno es el mejor camino contra la desestabilización y el narcotráfico. Debemos tomar nota de eso.
El narcotráfico dejó de ser ese aliado que se movía en la oscuridad. Ha adquirido visibilidad como poder mundial. Aparece financiando un golpe de Estado, ejércitos privados como los que mueve esa transnacional de la guerra que es Black Water, empresas que producen armamentos, material de guerra como como chalecos antibalas, etc. Mientras algunos sectores y gobiernos tienen déficit de capital, las empresas asociadas al narcotráfico ven crecer sus mercados y sus ganancias.
La ilegalidad del narcotráfico solo existe para los efectos de la oferta y la demanda, pues ello encarece el precio tanto de la venta como de la compra, lo que incrementa las ganancias y la acumulación de capital, que fluye no sólo a través de los paraísos fiscales sino a través de la banca formalmente establecida.
En Venezuela el narcotráfico mundial es clave en la desestabilización pues permite una casi ilimitada fuente de capital siempre disponible. Por ejemplo, de donde sale el financiamiento para el mantenimiento de la vida de lujos de Julio Borges, para las giras de Guaidó, etc.
El narcotráfico se alimenta de la ilegalidad y la represión
Plantearse el problema de la legalización o regulación del consumo de drogas, es en un debate nacional-mundial, que debería llevarse a la ONU. La producción de la droga tiene un potencial de oferta ilimitado, por lo que los precios tenderían a bajar y las sobreganancias a desaparecer, lo que sería un duro golpe al narcotráfico.
La ilegalidad y la represión son consustanciales con las sobreganancias que obtiene el narcotráfico. El carácter clandestino de la distribución limita la oferta y es un factor clave en la formación de los precios. Creo que tanto el gobierno como las organizaciones sociales, deben estudiar este tema con urgencia.
24-05-19
Del mismo autor
- ¿Criminales financieros nos gobiernan? 28/05/2019
- ¿Puede el fascismo ser opción de poder en Venezuela? 12/10/2018
- El ruido campesino ¿Romperá el silencio? 28/07/2018
- Poder de la calle, contra la guerra de precios, por la paz, es el camino 28/06/2018
- La paz, el diálogo y el sufrimiento del pueblo 04/06/2018
- Eduardo Sanoja y Rómulo Niño, héroes del pueblo 31/05/2018
- ¿Hasta cuándo aguantará el pueblo? ¡Soluciones ya! 30/05/2018
- Maduro y las llaves del futuro inmediato 23/05/2018
- ¿Por qué lanzarle un salvavidas al dólar? 07/05/2018
- Guerra de precios ¿falta de gobierno? 20/04/2018