“Compañeros soldados”

¿Si estamos en revolución por qué los tres soldados aymaras no inician su carrera militar?

05/03/2013
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 ¿Por qué los tres soldados aymara retenidos por 32 días en Chile reciben tan solo condecoraciones o el grado de Cabo? Aunque todo reconocimiento siempre es importante para una persona. El hecho real es que sin embargo en la vida cotidiana el grado de Cabo no nos sirve de nada sino es en la vida militar. En este sentido ¿no debían acaso también iniciar una carrera militar porque se han convertido en el símbolo de la lucha y dignidad contra Chile en los últimos 50 años en Bolivia? ¿O esto no es posible porque son aymara que no pertenecen a la estirpe criollo militar y político? Esto tiene sentido decir porque los señores del poder casi todos los días hablan de la revolución en Bolivia y en toda revolución pues existen recambios históricos profundos.
 
Sin embargo aquí prima al parecer nuevamente el factor “raza” en tanto que éste es un sistema de clasificación y jerarquización de las relaciones sociales y los sentidos construidos en la vida social. De hecho éste es uno de los grandes factores del orden colonial y de la modernidad según A. Quijano[3]. Pues la misma se ha impuesto no solo como jerarquías sino que produjo un orden e imaginarios sociales que hasta el día hoy han definidos la realidad social porque nuestra gente dice: "así siempre ha sido”. Es decir, la “raza” en sentido político y social es un gran factor de orden colonial y racista porque es un mecanismo de selección de los “mejores” ya sea en el aspecto físico o lingüístico sin que éste necesariamente tenga que ser un indicador real de las diferencias.
 
El hecho para nuestro caso es que los tres soldados solo podrán trabajar en el Estado en los niveles inferiores como ocurre hoy con muchos aymara en el gobierno y el Estado. El Ministro de Defensa, Rubén Saavedra, sobre la misma fue claro cuando dijo en Oruro que los soldados podrán capacitarse en áreas técnicas. “Ellos serán capacitados en áreas técnicas y luego depende de la decisión de ellos pueden ingresar a trabajar en una institución estatal o asimilarse en alguno de los institutos militares, pero es una decisión de tendrán que tomar ellos”[4]. La frase “asimilarse en algunos de los institutos militares” es vago aunque suena como una posibilidad abierta sobre lo anterior. Dado que en un momento “revolucionario” como éste debe haber una decisión clara y oportuna, aunque las instituciones militares siguen siendo un espacio de discriminación racial y de las nacionalidades indias.
 
Para tener mayor precisión hayamos un breve repaso de lo que pasó hasta el 2 de marzo cuando los soldados fueron liberados. El 25 de febrero de 2013 tres soldados, Álex Choque Quispe (20 años), Augusto Cárdenas García (19 años) y José Luis Fernández Choque (18 años) caen detenidos por policías chilenas. Se lo acusa de cruzar la frontera Bolivia-Chilena que de hecho es imposible divisar de dónde empieza y dónde termina esta frontera por la magnitud de su topografía. El gobierno chileno y la Justicia de este país acusan a los soldados de ingresar con armamento y con uniforme militar, por lo que han sido sometidos a un proceso. Aunque el proceso judicial fue visiblemente injusto e incoherente, aunque explicable como un hecho político. Los tres soldados son de la “nación” Killakas Asanaki, región de los históricos pueblos aymara como deja notar el Memorial de Charcas de 1582.
 
En todo este periodo ocurrieron varios hechos. Uno de ellos es el impase entre el gobierno de Piñera de Chile y Morales de Bolivia. Uno y otro trataron de desgañitarse para mostrarse que están preparados para toda eventualidad histórica. Aunque el gobierno chileno fue abiertamente belicista. Dijo lo que ya se sabe en Bolivia en sentido de que Chile tiene toda una estrategia contra Bolivia. Y en ese contexto en Bolivia se volvió a mover profundos sentimientos antichilenos, como la del mundo aymara independientemente de si son sindicatos o ayllus. Marcharon hacia el Consulado chileno en La Paz para hacer conocer su profundo rechazo a la actitud del gobierno de Piñera. Y en ese mismo proceso ocurrió algo paradójico en Bolivia. Pues re-surgió imaginarios sociales racistas y esto dentro del propio gobierno de Morales-García cuando la Ministra de Informaciones Amanda Dávila se refirió a los soldados detenidos haciendo uso del diminutivo “soldaditos”[5]. Un hecho por demás llamativo aunque esa es la forma en el que suelen referirse la clase media criollo o mestizo cuando hablan de lo indígena en Bolivia. En lengua española lo diminutivo generalmente es para hacer notar la diferencia o un sentido inferior de lo Otro. Es una operación semántica para quitar valor a algo y ponerle en un lugar inferior, por ejemplo, a una persona. Lo diminutivo solo se lo puede decir a una persona conocida porque en esa relación puede existir un aprecio personal. No con alguien que no se lo conoce personalmente. Esto nuevamente desnuda un racismo de un régimen “revolucionario” que expone cada día sus desvaríos, su lenguaje inferiorizante, etc. O un paternalismo criollo expresado en el maternalismo de la ministra.
 
En el otro lado, los Carabineros chilenos, aunque los trataban aparentemente bien a los tres soldados, se observaba sin embargo en las imágenes un trato también inferiorizante. Pues los policías chilenos ponían sus manos en el hombro de los soldados como si fuera uno de sus conocidos. A un desconocido o incluso a un enemigo que se entiende que existe entre el Estado boliviano y el chileno no se lo puede poner las manos en el hombro porque es ese Otro. Aunque esto es normal entre amigos porque se palmea en los hombros. Lo que aquí se observaba era un trato y control sobre esos Otros como un acto de sobreposición del Chile sobre lo boliviano. Toda relación social se define por los sentidos que la damos a ella. Y aquí por los sentidos dados, los carabineros los trataban a los soldados aymara como inferiores. Si es por seguridad que se hizo esto, era imposible algún intento de fuga. Entonces ¿por qué los trataba así? Sin duda en ella se pudo observar relaciones de inferiorización y de control de los cuerpos enemigos. Hubo uso de un lenguaje simbólico para mostrar el sentido de superioridad chilena sobre la “inferioridad” de los Otros. Éste es un racismo chileno sobre el soldado aymara. Similar operación hacen estos por ejemplo con los Mapuches. Y éste fue expresado por el propio presidente Piñera cuando dijo: “Voy a defender con toda la fuerza del mundo nuestro territorio, nuestro mar, y nuestra soberanía”[6]. Luego argumento en otro momento: “Chile no le va a entregar soberanía ni territorio chileno a Bolivia, porque no corresponde”[7].
 
Esta es la viacrucis que pasaron los soldados bolivianos. Así en ese contexto nos parecen insuficiente las condecoraciones realizados por la cúpula miliar y gobierno de Bolivia. El mejor homenaje es que ellos inicien una carrera militar. Esto para mover el sustrato colonial de los Institutos militares porque estos siguen siendo los lugares de una radical exclusión y racismo anti-aymara. Aunque había o hay todavía el Programa de inclusión a los jóvenes indígenas pero de esto no sabemos hoy de cuáles han sido los resultados, por ejemplo, del ingreso de jóvenes indígenas al Colegio Militar de Ingavi. En 2006 y 2007 se creó el Programa de Igual de Oportunidades[8] de inclusión de los jóvenes indígenas en las Fuerzas Armadas, aunque con el mismo currículo del Colegio Militar Gualberto Villarroel. Es decir, no se modificó el pensum de estudio sino se mantuvo aquella que viene de la vieja guardia colonial de las Fuerzas Armadas. Es en ese sentido que continúa la distinción dadas por el factor “raza”, idioma, origen cultural y lengua, aunque la Constitución la prohíbe expresamente. Si quiere quitarse este estigma de encima el Colegio militar de Ingavi de reproducir un profundo racismo y colonialismo interno, es oportuno que lo indio sea parte y constituyente de la nueva era militar en Bolivia.
 
Lo anterior hace que muchos jóvenes aymara o quechua no puedan hacer carrera militar porque siguen primando las condiciones de estatura, el color de la piel, las condiciones económicas y los apellidos. Excepciones siempre existe, pero la regla es ésta. Por eso no tenemos generales, coroneles aymara, quechua, guaraní o mojeño, etc. etc. Porque el Colegio militar está reservado para el estipe criollo y sus descendientes. En esto la mentada descolonización no tiene sentido ni realidad, aunque los militares han asumido símbolos aymara como la wiphala[9]. Esta realidad anti-india o anti-campesina pues debía ser trastocada para que no existan privilegios por jerárquica de “razas” donde los de la piel más clara son generales y las de más ocurro son soldados y sargentos o suboficiales. Similar hecho ocurre en la policía.
 
Si los tres soldados iniciaran su carrera militar junto a los jóvenes indígenas que ingresaron al Instituto militar daría por lo menos una sensación de que algo cambia. Además nos parece que ellos se han ganado este lugar por lo descrito arriba. Si no ocurre este hecho, pues el mismo pasará como muchos otros como un simple uso de lo indígena para fines de legitimación de una institución colonial-republicano y de un régimen político. Aquí la palabra uso tiene el sentido histórico de hacer uso de algo para fines propios o de una institución. En el pasado reciente se hizo uso político del indio mediante el pongueaje del régimen del MNRismo. Hoy esto tiene mucha vigencia por eso el propio Presidente Morales en Washington dijo: “Chile abusa de los tres soldados aymaras”. Si el presidente es coherente con su discurso entonces debía ordenar que los tres soldados sean admitidos en el Colegio Militar de Ingavi bajo los merecimientos mencionados ampliamente arriba. Esto es si no se quiere seguir usando lo indígena para fines del poder y de la legitimidad de la institución militar. Aunque de hecho hoy se usa y abusa del indio y de su lucha para que sigan viviendo mejor los oligarcas que nunca estuvieron en las luchas ni en los levantamientos sociales.
 
Aunque también es importante dejar notar frases interesantes como el del Comandante general del Ejército, Fernando Ceballos, cuando expresó en la Plaza Murillo en el acto de condecoración: “compañeros soldados”. (10) Nunca esta frase había sido pronunciado por sectores sociales que siempre han considerado lo aymara como el enemigo interno de la patria. Ahí está todo un trabajo a desarrollar.
 
 
Notas:
 
 
[3] A. Quijano, ¡Que tal raza! 2000, http://alainet.org/active/929 (3/06/2012).
 
 
[5] En la primera semana de febrero de 2013 la Ministra de Comunicación Amanda Dávila se expresó de este modo y difundido por varios medios de comunicación radial y televisiva.
 
 
 
[8] Convenio Interinstitucional. “Programa de Igualdad de Oportunidades para Postulantes Indígenas para y/o Originarios a los Institutos Militares del Ejército”, Comando del Instituto Militar del Ejército, Colegio Militar del Ejército “Cnl. Gualberto Villarroel, 2006.
 
[9] Aunque se usa la wiphala sin mayor rigurosidad en varias unidades militares dado que este símbolo ocupa escalones menores en relación a la bandera rojo, amarillo y verde y otros símbolos. Y en otras unidades militares no se utiliza la wiphala de siete colores y cuarenta y nueve cuadrados sino de muchos colores y cuadrados como suele utilizar el gobierno del MAS. Esto se observa por ejemplo en el Cuartel Ingavi de El Alto.
 
[10] Declaración del Comandante del Ejército en la Plaza Murillo en la oportunidad de la condecoración de los Soldados retenidos en Chile del día 4 de marzo 2013.
 
 
Pablo Mamani Ramirez, Sociólogo aymara qulla karangeño y alteño.
 
https://www.alainet.org/fr/node/74218?language=es
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