El pacto por Colombia
10/11/2013
- Opinión
El presidente del Banco Interamericano de Desarrollo Luis Alberto Moreno, hizo en días pasados una propuesta de realizar un “Pacto por Colombia” en donde los empresarios, la academia, las organizaciones sociales y la política se pongan de acuerdo sobre lo fundamental.
La idea central es reproducir, a la medida del país, las experiencias vistas en otras latitudes, gracias a las cuales personas del mundo privado, la academia, las organizaciones sociales y la política se han puesto de acuerdo en torno a una hoja de ruta que trasciende el calendario electoral de sus respectivas naciones permitiendo la elaboración de un pacto político incluyente, que en nuestro caso, sin duda alguna, deberá ser un esfuerzo nacional por la construcción de la paz. Pues los acuerdos y pactos que se han llevado a cabo en la historia de Colombia siempre han sido de elites en los cuales se ha excluido a la inmensa masa de colombianos de los sectores medios y populares.
Es bueno recordar que tanto en Colombia como en varios países de América Latina, los pactos políticos que se han dado, se han evidenciado a partir de lo que en ciencia política se ha denominado como “consociationaldemocracies” o pactos de las élites; a los que siempre recurren en ciertos momentos de la historia los sectores políticos dominantes de un país para superar en un período determinado sus crisis,pero que también, en ocasiones, ha servido para propiciar momentos de construcción de paz imperfecta entre los sectores dominantes que han propiciado la guerra.
En tal sentido, se ha entendido por “pacto consociational”, a los acuerdos “en los que las élites forman una coalición para equilibrar una fragmentación política o cultural” (Pecaut, 1989:575). Se ha denominado así a la alianza bipartidista que en Colombia conllevó al período del Frente Nacional, como una forma de “consociacionalismo” en tanto fue una alianza de largo plazo, o de larga duración, para la consolidación de la democracia bipartidista o para la transición de la dictadura Rojaspinillista a la democracia.
Esta fórmula de pactos consociacionaleso también llamada democracia consociacionalcomo forma de superar mediante pactos sus crisis políticas en momentos determinados de su historia, ha sido tradicionalmente muy utilizada por parte de las élites para hacer sus paces en varios países del mundo, y en particular en algunos del continente latinoamericano. Tal fue el caso de la coalición del pacto de punto fijo en Venezuela en 1958 en el cual se sentaron las bases de la nueva democracia liberal a propósito de la caída del régimen del dictador Marco Pérez Jiménez. Igualmente en Uruguay el llamado Pacto del club navalde 1984 en el cual los partidos políticos: Frente Amplio, Unión Cívica y el Partido Colorado, acordaron con las Fuerzas Armadas facilitar el tránsito a la democracia después de más de una década de dictadura cívico-militar.
La llamada concertación para la democracia, o concertación por el NO, fue la forma que asumió el pacto consociational en Chile para el retorno a la democracia que integró un acuerdo con 18 partidos políticos y fuerzas sociales a fin de impedir la continuidad del régimen fascista de Augusto Pinochet, y que culminó exitosamente con el plebiscito del 5 de octubre de 1988 en el cual el NO por la continuidad del dictador obtuvo cerca del 60% de los votos.
Estos pactos, como se puede observar, siempre suponen la existencia de más de un partido o movimiento político en tanto su razón de ser (del pacto) es el ámbito del conflicto bipartidista o multipartidista, que induce necesariamente como consecuencia a un cogobierno y a la corresponsabilidad en la política. Consecuencia que en el pacto del Frente Nacional Colombiano de 1958 se expresó para Pacificar el País sobre la base de la alternancia presidencial, de la repartición paritaria y equitativa del gobierno por un período inicial de 16 años (1958-1974), y que posteriormente se amplió por casi 16 años más como cogobierno bipartidista (1958-1991). Período nefasto que patrimonializó lo público hasta la puesta en vigencia de la Constitución de 1991.
De tal manera que, es necesario determinar cual es el alcance de la propuesta del doctor Luis Alberto Moreno, presidente del BID. Si se trata de una propuesta de “pactos consociationales” de los que en el país han logrado perpetuar la dominación del modelo hegemónico de gobierno bipartidista generando democracia limitada de tipo consociacionalista (Hartlyn Jonathan, 1993), y lo que es más grave, que han sido experiencias frustrantes para la inmensa mayoría del pueblo que todos los días observa con mayor escepticismo y desencanto la práctica de la política. O si se trata de un pacto incluyente y participativo con todos los sectores sociales, económicos y políticos, no solo para aumentar la productividad, sino también para crear las condiciones para la consolidación de una Colombia democrática, pluralista e incluyente que permita construir la Paz. De ser así, debemos estar prestos todos los colombianos sin distingos políticos, sociales, económicos, de clase o de etnias, a ayudar en la construcción de ese pacto por la Nueva Colombia.
Héctor Alonso Moreno
Profesor asociado-Universidad del Valle
Fuente: Semanario Virtual Caja de Herramientas Nº 378
Semana del 8 al 14 de noviembre de 2013
Corporación Viva la Ciudadanía
https://www.alainet.org/fr/node/80753
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