Frei Betto: "El hambre es una vergüenza"
25/09/2003
- Opinión
Al hablar en el Aula Magna de la Universidad de la Habana, Frei
Betto, destacado intelectual y asesor especial para temas sociales de
la presidencia de Brasil dijo que "tener comida antes de ser un
derecho humano, es un derecho animal, y a mí, como ser humano, como
brasileño y como cristiano me da mucha vergüenza vivir en un país en
que mucha gente no tiene acceso a ese derecho animal tan sencillo,
que es tener un poco de pan, un poco de bebida para sobrevivir".
Invitado por la embajada de Brasil en Cuba, la Universidad de La
Habana y la Casa de las Américas, Frei Betto, ofreció ayer una
conferencia magistral en el recinto universitario en la que explicó
los aspectos claves del Programa "Hambre Cero" que lleva a cabo el
gobierno de Luiz Inacio Lula da Silva en ese hermano país del sur de
América.
En las palabras de bienvenida el escritor, profesor de la Universidad
de La Habana y presidente de la Casa de las Américas, Roberto
Fernández Retamar, rememoró los "viejos encuentros cuando el amigo
Betto nos alimentó con sus perspectivas acerca de la educación
popular y, luego, sus enriquecimientos contribuyeron a que nuestra
Revolución asumiera una actitud justa a propósito de la religión. No
podemos olvidar que, entre los muchos libros —casi medio centenar que
ha escrito Betto—, hay uno que se llama Fidel y la religión y que
tiene una importancia enorme en lo que toca al destino de nuestra
patria".
Al agradecer la invitación y la presencia de tantos amigos, Betto
dijo sentirse muy feliz pues hablaría de "una acción política del
gobierno de Lula, que es solamente una versión administrativa del
gesto evangélico de la multiplicación de los panes; y hacerlo además,
en la Universidad de La Habana, representa "para nosotros los
dominicos una extensión de nuestro convento, porque aquí se dan los
aires de la presencia dominica que llegó a este país no para promover
el genocidio de los indígenas, sino para promover la cultura y la
salud de este pueblo".
"Hambre Cero" — señaló— está cambiando el perfil social de Brasil y
como resultado el compañero Lula ha decidido hacer una unificación de
los programas sociales del país. Antes, en Brasil, la economía era
medio y fin de los gobiernos, ahora tiene un fin social. Hemos
encontrado, también, una tremenda solidaridad internacional; muchos
países, entidades, iglesias, ONGs, nos están apoyando; y en Cuba,
desde el primer momento de la toma de posesión de Lula, el Comandante
Fidel Castro, no solamente preguntó mucho sobre el Programa, sino que
ha promovido conversaciones con los ministros del área social para
conocer detalles y encontrar acuerdos de colaboración".
Asimismo dijo que "Hambre Cero no va a tener éxito en Brasil sin la
tan esperada reforma agraria en un país que tiene dimensiones
continentales y donde solo el 1 % de los propietarios tienen en sus
manos el 44 % de las tierras cultivables".
"Pero ¿Por qué "Hambre Cero"? —dijo— primero porque es un escándalo
que en Brasil, que no tiene ninguna catástrofe natural, no se
producen temblores de tierra, no tiene desiertos, nieve; un país de
extensiones continentales con diferentes climas y diversidad de
sectores productivos, todos los días convivimos con el hambre de una
extensa parte de la población, cerca de 44 millones de personas viven
en situación de subnutrición; de los 400 mil niños que mueren cada
año en América Latina, de cero a cinco años, Brasil, lamentablemente
contribuye a esa cifra con cerca de 180 mil niños. Entonces, por
razones humanitarias, éticas y cristianas no podemos convivir con esa
situación. Y esa es la razón por la que Lula ha organizado este
programa".
"Hay una razón política —enfatizó— y es que Brasil tuvo la más larga
esclavitud de las tres Américas: 358 años; y fuimos la última nación
americana que promovió la abolición oficial de la esclavitud, lo que
significa que durante más de 300 años, la esclavitud en Brasil ha
sido considerada tan natural como la existencia del día y de la
noche. Y Lula ha aprendido con la historia del nuestro pueblo que un
problema social solamente encuentra su solución cuando pasa a la
agenda política".
En otra parte de su intervención Betto comparó las campañas que ha
nivel mundial se desarrollan para erradicar la pandemia del SIDA y la
escasa atención que recibe el problema del hambre. "En el primer
mundo —dice— hay millonarias movilizaciones para encontrar una vacuna
contra el SIDA; pero no es el SIDA el fenómeno que más mata, es el
hambre. Según la FAO en el planeta hay 840 millones de personas en
estado de subnutrición crónica. Entonces, hay una pregunta en el aire
¿si el hambre mata veinte veces más que el SIDA, por qué hay tantas
movilizaciones por el SIDA y no por el hambre? Lamentablemente la
respuesta es cínica: el SIDA no hace distinción de clases, el hambre
sí".
Al referirse al presidente Lula y sus políticas a favor de los
sectores populares brasileños, dijo: "Lula es una excepción en la
historia republicana de Brasil, puesto que ningún otro presidente ha
venido de la pobreza. De los doce hijos de su madre, cuatro han
muerto por hambre y él mismo ha experimentado el hambre en su niñez.
Por eso la preocupación central de "Hambre Cero" es no convertirse en
un programa asistencialista. No se trata de una larga distribución de
comida a lo largo de todo el país, sino de elaborar un programa de
inclusión e inserción social, que tiene como punto central la
distribución de la renta, el acceso al trabajo, la conquista de
derechos y la autoestima".
Según explicó Betto, el programa es profundamente revolucionario ya
que no se contenta con paliar el hambre sino que apuesta por la
inserción social de cada familia beneficiada. En tal sentido expresó
que "cuando llegan a las familias las tarjetas de alimentación,
paralelamente llegan un conjunto de políticas públicas que ayudan a
pasar a las familias de la exclusión a la inserción social; de
inmediato llegan las tarjetas de los programas de salud,
alfabetización, escolarización, huertas comunitarias, construcción de
viviendas, microcréditos, agricultura familiar y otros para que al
cabo de un año y medio no dependan de la ayuda del gobierno federal".
"En este año —señaló— el programa tiene cinco prioridades: los
municipios del norte de Minas Gerais, donde hay un nivel más fuerte
de miseria; las aldeas indígenas en situación de subnutrición, los
campamentos y asentamientos rurales, las comunidades de descendientes
de esclavos —que son cerca de mil— y las poblaciones que viven de la
basura, sobre todo en los grandes centros urbanos".
Es interesante resaltar cómo "Hambre Cero" combina tanto políticas
locales como sectoriales y federales con el propósito de lograr la
inserción social de las familias y las comunidades en un trabajo que
integra no sólo los aspectos económicos sino aquellos de tipo
educativo. En tal sentido, Betto dijo que "no basta que la gente
tenga acceso a las políticas públicas, es necesario también trabajar
con la subjetividad y los paradigmas de la gente. Esto responde a la
experiencia que nosotros tenemos en Brasil, y que los cubanos conocen
bien, porque la Casa de las Américas ha sido nuestra primera
anfitriona en el tema de la educación popular; un trabajo que hacemos
en América Latina con las comunidades eclesiales de base y sin jamás
recibir ningún beneficio material. Baste decir que entre los 35
ministros de Lula, cinco proceden de esas comunidades".
"Los beneficiarios del programa —dijo— son, en lo fundamental, las
madres solas, cabezas de familia, los jóvenes y los niños. Y es una
exigencia del programa social del gobierno de Lula que todos los
niños que estén en edad escolar asistan a las escuelas".
"En cuanto a los EE.UU. —expresó Betto— ese gobierno ha manifestado
interés por el Programa pero no se ha firmado ningún acuerdo de
cooperación. En enero, en el primer encuentro que el presidente Lula
tuvo con Bush, este le preguntó cuál era la posición de Brasil acerca
de una eventual guerra contra Iraq, y Lula respondió que en Brasil
hay un proverbio que afirma que la cabeza piensa donde los pies
pisan, en Brasil nuestra guerra es otra, no es para quitar vidas,
sino para salvarlas, es la guerra contra el hambre".
* Idania Trujillo de la Paz. Centro Martin Luther King
https://www.alainet.org/pt/node/108461
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