Pensar más allá de lo establecido

25/07/2007
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  • Opinión
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El tema de la izquierda guatemalteca, a diferencia de otras latitudes del continente, es poco abordado y debatido con las respectivas actualizaciones y profundidad que el tema merece. En no pocas ocasiones en las que se escribe sobre ella, la mayoría de veces la intención resulta siendo realizar manifiestos de lo que no nos gusta o de lo que pensamos que debería de ser. En ocasiones lo que se expresa, son diferencias no en el plano ideológico o político, sino diferencias personales. Posiblemente uno de los rasgos que más sobresalen, son las opiniones cargadas de decepciones y frustraciones.

Esto demuestra, plenamente, a diferencia de otras corrientes de pensamiento, que es un tema en el que el corazón y el cerebro están presentes de manera permanente. En muchos casos las criticas, del tipo que sean, sirven a muchos como ejercicio de sanidad. Seguramente algo necesario para poder trascender a otros planos.

En cualquiera de los casos, y muy a pesar de la historia de desencuentros por la que las izquierdas han transitado, es necesario recordar y tener presente que la izquierda también ha tenido grandes logros. Parafraseando a un reconocido pensador de izquierda, que considera que sin la izquierda expresada en las organizaciones guerrilleras de las décadas de los 60, 70, 80 y 90 seria imposible explicarnos la historia reciente de nuestro país y del mundo.

En la actualidad, lo arriba expuesto, más los resultados que arrojen las elecciones generales del 9 de septiembre, serán razones suficientes para reflexionar sobre la izquierda y todo de lo que ella deviene. En otras palabras, el actual orden de cosas, plantea una reflexión profunda en cuanto la manera de seguir concibiendo a la izquierda.

En primer termino, es necesario reconocer que las izquierdas en Guatemala no son únicamente las expresiones político partidarias de URNG y ANN. E insistir en que absolutamente nadie tiene, por llamarle de alguna forma, el derecho de patente, de la denominación de izquierda. Como si esto, en la lógica capitalista, fuera algo que sólo determinado grupo de personas tiene el derecho a reivindicar. Porque, además, un numero muy grande de personas esta disgregada en el país y por falta de un espacio no ha podido participar en la reconstrucción de la izquierda como movimiento.

A nuestro entender un escenario post eleccionario debería contemplar (aunque este planteamiento no es nuevo), que para la reconstitución de la izquierda es necesario salir de la lógica electoral que tanto limita. Esto quiere decir trabajar para construir un movimiento lo suficientemente amplio y plural, con una real capacidad de actuar y expresarse políticamente. Porque es precisamente esa base a la que se tiene que buscar.

Importa, entonces, hacer énfasis sobre la necesidad de salir de la dinámica que imponen los partidos y quienes los dirigen. Y comprender y dejar atrás las discusiones sobre las candidaturas, sobre las figuras, y la razón es porque profundizar en la reconstrucción de la izquierda va más allá de los partidos.

Sobre este punto resultaría muy conveniente alejarnos de la idea sobre que si no es en el partido no hay otro espacio en donde participar. Porque en realidad existen muchas cosas que podemos hacer y decir desde otros espacios, como la articulación de las expresiones organizadas populares de frente a las políticas neoliberales. En este punto correspondería, entonces, a los partidos verse a si mismos de forma critica y apoyar, si lo consideran así, al fortalecimiento de las fuerzas sociales. Respetando, además, la naturaleza de los espacios.

Es indudable que sobre esta cuestión hace falta camino por recorrer. Pero existen nuevas experiencias en América Latina de las cuales podemos aprender. Para de esta forma con la comprensión de nuestra realidad poder transformar la sociedad excluyente en la que vivimos.

La apuesta es por la unidad de las diferentes fuerzas sociales. Una unidad que salga de la lógica con la que se intentó, en algún momento, sobre todo cuando desde la constitución de la URNG, que se limitaba a la unidad de acción pero que en el fondo carecía de contenido.

Esta unidad debiera ser entendida como la confluencia de diversas fuerzas, en consecuencia de diferentes formas de trabajo, de interpretación, de reivindicaciones y, en base a estas características, articular los diferentes esfuerzos. Pero el gran desafió esta en el como, y este es el compromiso, la construcción. Basada en el respeto de las diferencias.

Una última consideración tiene que ver con la promoción y creación de pensamiento crítico, a través de la formación, el estudio, la discusión, vinculado indisolublemente con la práctica. Para de esta forma comprender, de mejor manera, el papel que nos toca que jugar en este momento histórico.

Finalmente, Guatemala tiene una historia manchada, en algunas de sus etapas, por las dictaduras militares, por la intervención del gobierno imperial de Estados Unidos, pero de forma paralela tiene una larga historia de lucha y resistencia, que debe ser referente para luchar por reescribir, nosotros, nuestra propia historia.

Fuente: Incidencia Democrática (Guatemala)
http://www.i-dem.org
https://www.alainet.org/pt/node/122391
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