Un experto en secesiones

06/05/2008
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Aunque el portavoz del Departamento de Estado, Tom Casey, reiteró el apoyo de Washington a la “unidad territorial” de Bolivia, la cancillería norteamericana tiene como representante ante Evo Morales a un especialista en secesiones, de activa participación en Kosovo, el embajador Philip S. Goldberg.

Entre 1994 y 1996, el embajador Goldberg fue jefe de la oficina del Departamento de Estado para Bosnia, participando activamente en el proceso de rebalcanización de los Balcanes, que Estados Unidos y Europa Occidental promovieron –bombardeos mediante– para desmembrar definitivamente a lo que fue la república federativa de Yugoslavia durante los años del Mariscal Tito.

Aquella nación, que logró superar durante décadas sus conflictos étnicos y religiosos y que alcanzó suficiente poder como para enfrentar simultáneamente a Occidente y la URSS (en tiempos del Padrecito Stalin), quedó fracturada en pequeños estados sin ningún poder. El último en “independizarse” fue Kosovo, el pasado 17 de febrero de este año, con el apoyo de Estados Unidos y parte de la Unión Europea y la airada disidencia de Rusia, Serbia y España. Esta última, a pesar de contar entre sus dirigentes al ex secretario general de la OTAN, Javier Solana, no está muy deseosa de que los vascos imiten a los albanokosovares.

Precisamente, antes de marchar a Bolivia, el embajador Goldberg fue jefe de misión en Pristina (la capital de Kosovo) entre 2004 y 2006. En su gestión ante el gobierno de Morales, debió dar incómodas explicaciones por un sonado caso de espionaje que estalló en febrero último, cuando el asistente de seguridad de la embajada, Vicent Cooper, fue acusado en un testimonio judicial de contratar agentes locales para espiar a cubanos y venezolanos en territorio boliviano. Cooper fue expulsado de Bolivia y el embajador Goldberg debió disculparse ante Evo Morales.

Antes y después, el diplomático secesionista financió a diversos grupos opositores disfrazados de ONG “independientes”, a través de dos agencias usuales en esta materia: la NED (National Endowment for Democracy) y la USAID (que en los setenta entrenaba policías sudamericanos).

Según un comunicado de la embajada de Estados Unidos en Bolivia, en enero de 2007 se realizó un interesante simposio sobre “seguridad y defensa, con un enfoque específico sobre el tema del terrorismo”, en el que participaron representantes del Departamento de Estado y Defensa de Estados Unidos, junto con funcionarios civiles y militares de Bolivia. Según la prosa de la embajada, “el Grupo Militar de los Estados Unidos (…) coordina, de manera regular visitas de asistencia humanitaria a Bolivia, que incluyen los recientes programas de atención médica para personas necesitadas en Santa Cruz y en Cobija (…) para apoyar al gobierno de Bolivia y al pueblo boliviano”.

La expresión “el pueblo boliviano” comprende selectivamente a los dirigentes separatistas de Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija, que levantan banderas autonómicas que lindan con el separatismo. Uno de sus dirigentes principales es (¡otra vez los Balcanes!) Branko Marinkovic, un ciudadano de origen croata que preside el Comité Cívico de Santa Cruz.

Su discurso lo define mejor que una proclama oficial de Evo: “Mi familia conoce la dureza del comunismo, huimos de un país que fue tomado por los comunistas y allí también hubo hambruna (…) Se acerca la guerra, que sepan las madres cruceñas que si vamos a ir a la guerra, vamos a derramar la sangre de sus hijos de manera responsable”.

- Miguel Bonasso es periodista y diputado nacional argentino.

Fuente: http://criticadigital.com/impresa/index.php?secc=nota&nid=4005
https://www.alainet.org/pt/node/127379

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