La situación de Venezuela, que a la luz pública se muestra salpicada de distorsiones y tergiversaciones propagandísticas, así como de realidades dolorosas para su población, que enfrenta desde hace 7 años una guerra no convencional, propiciada por EE.UU y apoyada por factores internos -que luego instauraron una réplica del poder junto a aliados en Europa y la región- abre el compás electoral.

El Poder Electoral venezolano convocó elecciones legislativas para diciembre próximo (1). Y es que el voto popular es la “grasa que afloja tuercas” en el país suramericano. Este derecho político, a finales del siglo XX e inicios del siglo XXI se afianzó a partir de la gestión de Hugo Chávez, quien fue a la justa electoral de 1999, con el mismo ente y padrón electoral con que ganaron los partidos de derecha, y se hizo de la Presidencia con amplitud.

Esto confirma la voluntad y resolución que el pueblo venezolano imprime al voto cuando decide. En las últimas dos décadas Venezuela ha registrado  mayor cantidad de elecciones que en ninguna otra etapa de su historia reciente,  y lo hizo valiéndose de un sistema automatizado que se audita hasta 21 veces y permite contraste de su data automatizada con el voto dispuesto en urna y las actas de registro de votos en mesa y sus votantes.

Así lo han confirmado observadores internacionales y voceros de partidos opositores que coronaron victorias en diferentes procesos y le generaron derrotas estratégicas a la alineación del Polo Patriótico, como la sufrida por Chávez en el 2007 cuando perdió el referendo por la propuesta de Reforma Constitucional. Con este mismo sistema y poder Electoral han ganado y perdido elecciones, legítimamente, gobierno y oposición en Venezuela.

Así han ascendido al poder, entre much@s otr@s, los opositores: Capriles Radonski (Alcaldía de Baruta y gobernación del estado Miranda); Antonio Ledezma (Alcaldía Metropolitana); Leopoldo López (Alcaldía de Chacao, 2000-2008); Henry Ramos Allup, Julio Borges, Juan Guaidó y María Machado (diputación a la Asamblea Nacional). Igual, los gobernadores actuales de los estados Táchira (Lady Gómez); Anzoátegui (Antonio Barreto); Nueva Esparta (Alfredo Díaz); Mérida (Ramón Guevara) y Juan Guanipa (diputación ante la AN y electo a la gobernación del Zulia, pero rechazó tomar posesión del cargo). ¡La lista es laaaaarga!

Hay que recordar que, ante el desplazamiento de las élites que gobernaron durante más 40 años el país y el arrase popular del chavismo, algunos viejos liderazgos se enquistaron en los partidos tradicionales e impidieron la renovación de sus filas, dispersando las bases y provocando que algunos líderes nuevos formaran ‘tienda’ aparte o protestaran, con lo que se produjeron segregaciones contundentes y divisiones internas profundas.

En tiempos de chavismo, confirmando la pluralidad democrática, una nueva camada de factores integraron facciones políticas, como es el caso del PSUV, Primero Justicia, Voluntad Popular, Un Nuevo Tiempo, El Cambio, Vente Venezuela, Puente, ORA, Vota Piedra, Unidos por Venezuela, Manos por Venezuela, Cambio Pana, Avanzada Progresista, Proyecto Venezuela, entre muchos otros.

No obstante, algunos factores de derecha, que han ocupado cargos de elección popular, vienen promoviendo el abstencionismo desde el año 2005 como fórmula de deslegitimación del mismo sistema que les permitió conformarse y ganar.  Ahora, junto a EE.UU y sus aliados eurocentristas hacen lo mismo. (2)

 Algunos decantaron en “guarimbas” (manifestaciones violentas), violatorias de los derechos políticos de la población, estigmatizando el chavismo, coartando la pluralidad política y amparando acciones violatorias de los derechos humanos por parte de civiles, como la quema de personas vivas (3), destrucción de bienes públicos, tala de árboles, intento de quema de un preescolar, entre muchas otras acciones deleznables, para finalmente, invocar un poder extranjero que dirima asuntos internos del país.

Sin embargo, otra parte de la oposición venezolana -consciente, nacionalista, de partidos estratégicos- que no apoya la injerencia extranjera y que se cansó de poner votos para que una élite selecta llegara a cargos de alcaldías, gobernaciones, concejalías, diputaciones y otros de elección popular -sin hacer trabajo de calle ni cuidar los votos mediante actas en las mesas electorales- sí decidió participar y lucha por hacerse un escaño en la justa electoral venidera.

Asimismo, los partidos progresistas y de izquierda del país, que venían alineados con el gobierno desde el ascenso de Hugo Chávez como candidato y luego como Presidente, para presentarse en bloque a las urnas, hoy debaten para decidir si acompañan el bloque del Polo Patriótico o no.  Algunos ya han confirmado su apoyo y otros han decidido no alinearse y han rechazado la desigualdad social y el desequilibrio salarial en Venezuela. (4).

Finalmente, a la vista mundial está el espíritu cívico del pueblo venezolano, gente que aúpa y celebra los procesos electorales, en los que se puede comprobar que participa masivamente y decide. En Venezuela, quienes se saben fuera del sentimiento de las mayorías, le tienen miedo al sufragio y llaman a la abstención, porque saben perfectamente que en territorio bolivariano el voto popular es una “grasa que afloja tuercas”.

- Ramaris Vásquez es periodista venezolana, con estudios de especialización en Derechos Humanos, de la Universidad Nacional Abierta (Venezuela).

(1) http://www4.cne.gob.ve/web/sala_prensa/noticia_detallada.php?id=3825

(2) https://www.france24.com/es/20200803-venezuela-oposicion-boicot-legislativas-diciembre

(3) https://actualidad.rt.com/actualidad/315736-brutalidad-guarimbas-opositoras-muertes-conmocion-venezuela

(4) https://www.pptoficial.org.ve/pptregiones/1639-nuestra-alianza-es-con-los-movimientos-sociales-y-el-pcv-en-una-alternativa-popular-revolucionaria

https://lanoticiadebarinas.com/locales/llamado-construccion-alternativa-popular-hicieron-pcv-ppt-y-prt/